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Luis Guillermo Echeverri V.
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Legitimidad, legalidad y dictaduras travesti

La esencia de la problemática regional actual, radica en que vivimos una grave inversión de la escala de valores y se nos extravió el fundamento ético de la debida relación jerárquica entre legitimidad y legalidad.

La filosofía del derecho establece que lo que se denomine como legal, necesariamente primero tiene que ser legítimo. Razón por la cual no debemos justificar la legalización de aquellas conductas que son ilegitimas y nocivas para la sociedad.

Tenemos un problema grave de legitimidad cuando la legalidad es interpretada de forma ambivalente por quienes ejercen la representatividad democrática y el control en los Estados actuales mediante formas autocráticas o dictatoriales disfrazadas de democracias.

Nuestras sociedades pierden su unidad de propósito en materia de desarrollo socioeconómico, cuando un porcentaje significativo de la ciudadanía se desvía del referente que representan sus valores fundacionales: culturales, éticos, cívicos, familiares y patrios.

Actualmente nuestras sociedades y sus economías operan en un mar de contradicciones, en gran parte a cuenta de la falta de autenticidad en la información. La ciudadanía sin duda está confundida en esta época donde las comunicaciones digitales y la desinformación sumada a las carencias culturales y educativas, ponen en duda la propia escala de valores promedio de la sociedad.

Es crítico entender que el referente de legalidad con que juegan las organizaciones criminales terroristas disfrazadas ideológicamente, es totalmente opuesto al de la legitimidad que sustenta el ordenamiento legal preexistente en nuestras débiles democracias constitucionales.

El problema de ilegitimidad se torna insoluble al transgredirse la legalidad, aceptando que sean criminales los que llegan al poder en estas democracias anárquicas, pues para los delincuentes apeados de ideología, el Estado y las leyes existentes son ilegitimas.

¿Cómo esperamos que personas que se formaron y provienen de la delincuencia y el crimen organizado o que llegan al poder patrocinadas por esas fuerzas oscuras, no cometan luego abusos de poder al acomodar el concepto de legalidad a conveniencia de su propio referente de legitimidad?

Los líderes actuales se valen del populismo para imponer a la sociedad un tipo de cambio que se engendra en el concepto de la revolución destructiva en contraposición al de la transformación gradual.

Lo anterior explica la obsesión desmedida por derrumbar las estructuras institucionales existentes por parte de quienes abusan descaradamente del poder pues se sienten con derecho a estar por encima de la ley y de quienes llegan al poder después de haber vivido del crimen.

Es así como el populismo en lugar de trabajar con la escala de valores establecida, habla de la necesidad de invertir los referentes idiomáticos que sustentan los conceptos elementales por nuevas acepciones que utilizan la máscara del favorecimiento minoritario y que desconocen la naturaleza de aspectos tan básicos como el género.

Esto explica por qué la urgencia de cambiar hoy los sistemas de educación: ética, moral, cultural, religiosa, cívica, de respeto por el prójimo y amor a la patria y  la familia, y los modelos de libertad económica y de mercados, por formas ideologizadas de adoctrinamiento basadas en el odio y el resentimiento que se oculta tras lo que por moda se determina como políticamente correcto.

De ahí el apuro por cambiar los principios constitucionales, incluida la importancia de la independencia de poderes, y por debilitar o reemplazar la administración de justicia ordinaria por sistemas de justicia especiales diseñados a la medida de sus referentes parcializados en materia de legitimidad.

Así se explica la obsesión por derrumbar la estructura conceptual sobre la cual está edificada nuestra institucionalidad occidental, fundamentada en valores democráticos bien establecidos que son los que le han dado legitimidad a la legalidad hasta nuestros días.

En el caso de Colombia este problema se atenúa de forma grave, pues existe una cultura permisiva con relación a toda la problemática asociada a la droga, que está terminando con la biodiversidad y el medio ambiente, con la sana formación y desarrollo de la juventud y con la cultura de legitimidad de la legalidad y hasta con la honorabilidad personal en nuestra sociedad.

Es demasiado evidente la actual falta de carácter y entereza de los líderes de nuestras sociedades en toda la región iberoamericana. Parece que olvidamos la máxima de que “Si el balance de los países no es bueno, el balance de las empresas no podrá ser bueno”.

Esta  realidad obliga a la reflexión sobre qué tan crítico resulta que exista unidad de criterio de los líderes de la clase dirigente en todas las instancias institucionales con relación al referente de legitimidad de las acciones públicas con que se conduce un Estado, pues primero debe estar la nación que los intereses ideológicos, económicos y personales de los políticos o de algunos empresarios.

Las instituciones gremiales y asociaciones productivas, están lideradas por figurines incapaces de defender el deber ser que soporta los valores esenciales para la sana convivencia social en medio de una región donde las naciones están regidas por reconocidos delincuentes y no pasa nada.

¿Comprensible? No lo sé, pero es triste ver como algunos de los grandes empresarios regionales se acomodan y cada uno va por su cuenta. No se reúnen ni se juntan a exigir nada a los gobernantes.

Entretanto, los grandes ejecutivos buscan como cabildear al nuevo sistema, tragándose la carnada de que así solucionarán sus problemas puntuales, ignorando que van a quedar enganchados en los arpones del anzuelo atado a la cuerda que maneja el pescador.

La clase política baila la música que imponga quien controla el Estado mientras el concepto de oposición corre grave peligro de extinción. El resto de la sociedad se arruga, calla, y permite la violación de la legitimidad.

Ya no hay sociedad civil porque quienes abusaron de ese importante concepto, están en el poder, y ya no hay sanción social porque pocos cuentan con la solvencia y autoridad moral para ejercerla.

En Colombia, como ya ocurrió en Venezuela, Argentina, Chile, Bolivia, Nicaragua y en otras naciones hermanas, la legalidad se pasó de rosca en las pasadas elecciones. Una vez se aceptó como democrática la conducción de la sociedad a manos de delincuentes indultados con un referente diferente de legitimidad al que consigna el pacto social, es casi imposible que el país regrese a las formas democráticas y menos por medio de procesos electorales amañados y constituciones debilitadas o reformadas con otra escala de valores como referente de legitimidad.

Este problema es cultural y le va a costar al desarrollo de la región entera el sacrificio de varias generaciones hasta que toquemos fondo y el caos sea tal, que desde la miseria seamos capaces de reconstruir una convivencia sobre valores éticos sólidos y no fundamentados en la excusa de la inclusión de diversas formas de interpretar la legitimidad para construir legalidades amañadas.

La región en general cada día está más mal, pero Colombia, un país controlado por las fuerzas oscuras del “negocito aquel”, en pocos meses pasamos de trabajar con unos valores democráticos sólidos, a reemplazar libertad con libertinaje y nos transformamos en una autocracia o un control absoluto de lo que antes fuera la independencia de poderes.

Estamos a manos del pacto entre diversas fuerzas representadas por individuos con una escala de valores inversa a la que nos ha servido en 214 años de democracia, imperfecta pero libre, y la falta de unidad que conlleva a la indefensión de la sociedad, nos aboca a tener un nuevo referente de legitimidad al ver como se establece una dictadura travesti, es decir disfrazada de democracia.

Comunicado a la opinión pública

Por Luis Guillermo Echeverri Vélez
Expresidente de la Junta Directiva de Ecopetrol S.A.

Muy respetados señores y señoras;

Quiero expresar a todos los accionistas mi gratitud infinita por habernos conferido el mandato fiduciario y la honrosa responsabilidad de servir a la empresa y al país desde la junta directiva que hoy terminó su encargo.

Mis deseos de éxitos a la compañía y a la nueva junta, pues de ello dependen en buena parte los ingresos de los accionistas, del Estado, y de las regiones productoras del país.

De todo corazón expreso a todos los trabajadores de Ecopetrol, mi más profundo agradecimiento por la oportunidad de haber podido servirle a esta familia de la Iguana conformada por profesionales extraordinarios y seres humanos maravillosos, de quienes he tenido el privilegio de aprender inconmensurablemente durante un periodo transformacional que ha arrojado los más destacados resultados históricos dentro de los 71 años de existencia de la empresa.

Al igual que mis compañeros, termino este mandato: enamorado de la empresa, y admirado por la calidad del talento y la gran ética de trabajo de todos los equipos profesionales; con la satisfacción del deber cumplido, y reconociendo que la compañía que hoy entregamos tiene infinitas posibilidades de seguirse transformando y entrar a competir en igualdad de condiciones con los principales actores de mercado energético global.

Agradezco al presidente Duque, a sus ministros de Hacienda y Crédito Público y Minas y Energía, el respaldo y apoyo que nos dieron para poder adelantar la constante mejora del gobierno corporativo y mantener la debida independencia, objetividad y transparencia en la toma de decisiones.

Esta nota también tiene por objeto dar cuenta a ustedes y al país; del estado de la compañía que recibimos en marzo de 2019; la gestión realizada hasta la fecha por el gran grupo de directores que me guiaron y acompañaron en esta difícil y retadora jornada en la cual trabajamos sin tregua de la mano de la administración y de todos los trabajadores para lograr los resultados que hoy entregamos amparados por los reportes al cierre del primer semestre de 2022.

Por todo lo que Ecopetrol significa para Colombia, es mi deber expresar a ustedes mi profunda preocupación por el futuro de la compañía debido al gran impacto adverso en materia de la pérdida de confianza y valor que sufre la compañía a consecuencia de los irresponsables anuncios y declaraciones políticas del nuevo gobierno en contra de la seguridad y soberanía energética, la producción convencional y no convencional de hidrocarburos, y los anuncios de importación de gas de Venezuela.

Todo lo anterior afecta el futuro de la producción y exportaciones del sector; la valoración de la empresa; la capacidad financiera; la capacidad de inversión estratégica; el costo de sus títulos de deuda; la calificación del riesgo de la empresa y del Estado; los ingresos y el costo financiero de la compañía y del Estado; y la gran contribución económica de alto impacto social que hace el grupo en favor de las comunidades en todo el territorio nacional.

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Lo invitamos a leer el anexo Resumen de la gestión de la Junta Directiva y la administración en el período 2019 – 2022. Y también puede revisar el Informe de la Junta Directiva 2019 – 2022. Siga los enlaces.

¡Quien ignora la historia está destinado a repetirla!

Con el ánimo de que el lector encuentre la referencia a tiempos actuales y reflexionemos sobre la importancia de las próximas elecciones parlamentarias para el futuro de nuestro país, transcribo esté artículo autocritico del parlamento de entonces, escrito en los años 50 por el entonces senador de la República, Luis Guillermo Echeverri Abad, quien fuera mi abuelo paterno titulado: Grandeza y pobreza del Parlamento.

Grandeza y pobreza del parlamento

Por Luis Guillermo Echeverri Abad

(Obra Completa. Pag. 307 Tomo I. Editorial Bedout. 1965)

Por cesión continua de atribuciones esenciales, que no era otra cosa que pereza del Congreso y desmedida ambición del Ejecutivo, llegamos al caótico ambiente que encontró́ la dictadura. Ella se inspiró precisamente en muchos errores del Congreso y en no pocos del Ejecutivo. En ellos se atalayó para desparramar arbitrariedades y corrupción; en ellos, desgraciadamente, hubo de encontrar respaldo seguro para no despreciable copia de iniquidades.

Ese continuo otorgamiento de facultades extraordinarias, no solo en lo expresamente previsto por la Ley de Leyes para la soberanía y el orden público, sino para casos de exclusiva competencia del Congreso, que forman como su esencia misma, creó el estado de relajación nacional que no podía menos de llevarnos al caos de la tiranía.

El Congreso, ocupado en intrigar ante el Ejecutivo, y este feliz con las intrigas –como medio ellas de robustecer su organismo– había abandonado los caminos y deberes propios, y aceptaba, de buen grado, sin resistencia ni oposición, que cada vez fuera menor su categoría y más débil su influjo legislativo, y menor la zona de sus atribuciones, para que a tiempo el Ejecutivo invasor y monopolista adquiriera suma abundosa y fuerte de poderes.

Al Ejecutivo lo llenó de poderes el Congreso, y para satisfacer sus anhelos de omnipotencia, no vaciló nunca en crear organismos, inútiles muchos de ellos, todo para surtir la demanda de las intrigas parlamentarias.

Gran parte de “Los Prostitutos” que en tanta cantidad existen, obra son de arreglos y concesiones recíprocas entre Congreso y Ejecutivo. Y qué tarea tan áspera será la de revisar cuáles sirven y cuáles estorban o dañan. Se han creado tantos intereses en torno a “Los Prostitutos”, que será obra lenta estudiados para saber de cuántos debe prescindirse.

Existen algunos que francamente no tienen uso; que se ignora por completo la obra que hayan adelantado durante su existencia molondra, de pereza remunerada y costosa.

Muy oportuno, bueno, conveniente, necesario y urgente, sería que “Los Prostitutos” existentes produjeran sus memorias para el Congreso venidero, pues el país debe enterarse minuciosamente de lo que han hecho en esa selva burocrática, y conocer cuántos existen, lo que vale sostenerlos y la falta de armonía administrativa que establecen.

La actual desarticulación en el Gobierno depende, en parte apreciable, de la existencia de entidades autónomas, muchas de ellas sin control efectivo, arbitrarias en sus iniciativas y casi irresponsable. Esa delegación de funciones pródiga hasta la exageración, oculta responsabilidades y diluye los presupuestos. Los ministros no alcanzan a vigilar “Los Prostitutos”, ni siquiera a conocerlos y el país sabe de ellos que los paga, pero poco, o nada, recibe como fruto de su acción. En ocasiones tienen atribuciones y campos de acción similares, y por ello no se sabe cuál debe obrar, ni a cuál debe recurrirse, más claramente, son un Estado dentro del Estado; una segunda administración a topa tolondra, costosa y en la mayoría de los casos superflua.

La lista de “Los Prostitutos” es larga, demasiado larga, y nadie sabe hasta hoy cuánto vale sostenerlos, ni se conoce, a decir cierto, si el gasto está o no remunerado, si tiene o no justificación. En esta nueva etapa de la vida nacional el Congreso tendrá, pues, que analizar con calma esa situación, pero para ello se requieren datos e informaciones precisas, porque seguramente el estudio esmerado llevará a refundir muchos de ellos, o a prescindir de no pocos.

Y entre “Los Prostitutos” que es de urgencia, de necesidad estudiar, hállase el Seguro Social, monstruo dilapidador y creador de grandes males. La experiencia nos está demostrando la orgía de gastas en que con dinero de jornaleros, empleados y patronos, ha vivido ese monstruo, que soporta un robo, que se conozca, de treinta millones de pesos. Ha sido escuela de ineptos y refugio de fracasados, llevados a él por meros intereses políticos, en el que los “conejos”, a sueldo y jornal, han venido sirviendo para experimentación y aprendizaje.

En el campo el tal Seguro Social ha ocasionado violencia y abusos, y lejos anda de haber dado asistencia a los beneficiarios. Ha servido sí, para cobros indebidos y para vagabundear al personal de trabajadores y colaborar copiosamente en su desmoralización. Igualmente ha servido para que se refugie en él la oligarquía, a la que en las ciudades se dispensa, por demagogia y propaganda, toda suerte de cuidados y atenciones, mientras los pueblos y campos están abandonados. Si se abriera una encuesta entre los trabajadores y afiliados al Seguro Social, posiblemente daría como resultado el deseo de regresar a los servicios que las empresas y particulares les daban antes, muy superiores y más oportunos que los presentes. Son tantas las tachas, vicios, errores, que tiene ese instituto, que daría para varios artículos, luego es muy urgente que tenga listo su informe para que el Congreso estudie la conveniencia de liquidarlo, o la necesidad de sostenerlo, si es que esta existe.

Y como el Seguro Social hay muchos otros, que cuando se estudie su funcionamiento mostrarán males y errores tremendos, lo que apenas es natural dada la falta de interventoría, o la presencia de interventores complacientes; la ausencia de vigilancia pública y la exagerada autonomía que se les concedió.

Los reglamentos del Congreso, adoptados para épocas diferentes a las actuales, adolecen de fallas que reclaman enmienda inmediata. Son cedazo por donde se cuela la recursiva imaginación parlamentaria cuando de entrabar el debate se trata, o el interés eminentemente político quiere imponer su dominio sobre los de carácter nacional. Dan asidero para toda suerte de rabulerías, gracias a las cuales se hicieron en el Parlamento muchos prestigios vacíos y falsas eminencias. Se era buen congresista –y resulta oportuno memorarlo– tan solo por el aprovechamiento marrullero de los reglamentos; por el leguleyismo encaminado a torcer el sentido de las normas; por la habilidad en saber presentar una proposición de esta o de aquella clase, dirigida a prolongar debates o a desviados de sus fines. Es decir, en lo que solían llamar “templo de las leyes”, los mismos encargados de hacerlas empezaban incumpliéndolas o dándoles interpretaciones acomodaticias, cuando ello valía para propósitos de la política, o del simple exhibicionismo empalagoso y petulante.

Esos reglamentos, a más de ser complejos y andar regados en diferentes actos de consulta difícil y en ocasiones contradictorios requieren enmienda inmediata, si el Congreso realmente quiere adelantar trabajos metódicos, con respaldo serio y ansia de acierto. A la hora presente el discurso debe ajustarse al tema, abocado directamente, y con limitación adecuada de tiempo.

Por áspero que sea un tema, veinte o treinta minutos son suficientes para exponerlo, desde que el orador lo haya estudiado y entendido. No es preciso, tampoco, que sobre un mismo tema intervengan quince o veinte oradores, que por lo común hablan de cosas distintas al motivo de la discusión. Generalmente en un debate sobran diez o doce discursos, porque harto difícil es hacer creaciones o variaciones sustantivas sobre una tesis económica, o sobre un problema social, si el informe de la comisión está ceñido al fin y la exposición de motivos es clara y documentada. De allí que se justificaría una comisión que estudiara las exposiciones de motivos y únicamente aceptara, para la discusión en las comisiones respectivas, las que estuvieran presentadas con documentación y claridad, no esas improvisaciones ridículas con que se solían acompañar proyectos de leyes de implicaciones graves.

De allí que deba imponerse la obligación de presentar los proyectos con exposiciones de fondo, claras, documentadas, sencillas, para que las comisiones cuenten, desde el primer momento, con bases para adelantar el estudio, y que estas, a su turno, agoten la materia. De las comisiones debería salir el proyecto tratado por todos aspectos, y nombrar un vocero defensor del informe, y un opositor, solo en el caso de que en la respectiva comisión el asentimiento no reúna mayoría de dos terceras partes, u otra que se convenga.

Las comisiones deben ser de tal importancia y eficacia, que sus estudios eviten repetición de debates en las sesiones plenarias. Más claramente, el presente, y, los problemas tan graves que tiene el Congreso, no permiten el viejo sistema parlamentario, agotador, costoso y superfluo. Ahora será necesario dedicar el tiempo a análisis metódico y estudio serio, sin halago de vanidad y aplauso, en ambiente de estudio, reposado y tranquilo. El país no tolerará la malversación de tiempo en debates sin ton ni son, en intervenciones que nada llevan. Quiere trabajo, estudio, ambiente tranquilo, seriedad en la controversia, dominio de los temas, soluciones sensatas. Está fatigado de la fronda oratoria y desea ver en sus mandatarios ánimo de acierto, que no mero empeño por pronunciar discursos. Para hablar de crédito, moneda, impunidad, café, o de “Los Prostitutos”, no es preciso citar a Platón ni agarrarse de Cicerón, para recorrer golosamente la historia luminosa de Grecia. Basta presentar sencilla y documentadamente los problemas y mostrar soluciones, tal se procede en los grandes negocios del mundo. El Congreso es asamblea de pensadores, así debemos anhelado, y no reunión arisca y excitada de papagayos ruidosos.

Pero la organización del Congreso no podrá lograrse sin elementos materiales adecuados. Se ha trabajado allí en forma pobre, apta para otros tiempos, pero de ninguna manera para el presente complicado. Los problemas actuales son de trascendencia e implicaciones tremendas, pues la sola revisión de los decretos leyes impondrá largo y cuidadoso estudio, que debe organizarse desde el comienzo en comisiones múltiples, distribuido el trabajo por materias, y con asesoría de expertos. Obrar de otro modo equivaldría a dejar vigente el caos legal y una trama de obstáculos fatales para la marcha futura del país. Esa maraña de disposiciones, si no se analiza con todo esmero y en ambiente propicio, podría crear graves problemas de interpretación y lentitud gravosa en la administración, pero para poderla cumplir, como lo desea y necesita el país, es urgente darles, a quienes hállanse obligados a adelantarla, elementos y medios adecuados. Sin empleados competentes, ni obras de consulta, ni oficinas, no será posible trabajar con método, y todo eso le falta al Congreso.

Además, el país, en muchos aspectos esenciales, se está rigiendo por normas transitorias, que no podrían caer de la noche a la mañana sin haber sido reemplazadas, pues el trastorno alcanzaría proporciones catastróficas, lo que por sí muestra la gravedad del momento y la necesidad de reposar en la oratoria para dedicar inteligencia, conocimientos, experiencia y tiempo, a la tarea inmensa de la reconstrucción institucional, que impondrá un esfuerzo sin tregua.

Debemos comprender que el próximo Congreso tiene cargas y responsabilidades excepcionales, y que, si fracasa, por faltas de sus miembros o ausencia de colaboración general, el fracaso no caerá sobre quienes lo integran sino sobre todo el país. Ya tenemos experiencia de que el descrédito del Congreso, por acción del Ejecutivo, descuido de los electores, mala orientación del trabajo, y cesión desmedida de atribuciones, condujeron al permanente régimen de estado de sitio, y a la dictadura, la desmoralización, la bancarrota, y la violencia. Estamos viviendo y padeciendo las consecuencias de no haber tenido Congreso, de haberlo cerrado, y le corresponde a este proceder, sin tardanza, a remediar los males y volver por la plenitud de sus derechos, su dignidad y prestigio, y al país, vigilar y colaborar para que así ocurra a fin de que el porvenir sea menos áspero y para que las nuevas generaciones, que no han podido entrar en vigencia, que no han podido actuar por los horrores padecidos, cuenten con una patria en paz, organizada y progresista, donde puedan colaborar como lo anhelan, con plenísimo derecho.

La generación que hizo el caos, obligada está a restaurar los contornos y perfiles que plasmaron la noble fisonomía de la República, y a reforzar las bases de su estructura constitucional y democrática; a dar ejemplo de laboriosidad y patriotismo, y a restituir parte de lo que en tormentosas horas de locura le arrebató a la tierra de los mayores, y a los hijos y nietos que han tenido que soportar, silenciosamente, inermes y atónitos, el desmoronamiento de la moral y la infame vigencia de la violencia devastadora.

El Congreso llegó a gastar meses en un debate cualquiera mientras el país esperaba ansiosamente soluciones para graves males, cuya vigencia iba abonando territorios de violencia. Llegó a convertirse en algo, también, que el público escuchaba, no para ilustrarse sobre problemas y angustias de la patria, sino para divertirse con tan jocoso programa radial.

El trato en los debates había venido a menos y alcanzado tono tal de desprecio y agravio, que fácilmente se pasó al atentado personal.

Teñido por sangre de congresistas el recinto de la Cámara, cundió desde allá el mal ejemplo fatal. No podía ya esperarse que el país desatendiera el inicuo llamamiento a la acción intrépida y despiadada, que a cada albear produce cosechas de vidas inocentes, segadas en lejanos pejugales por alevosas manos ensoberbecidas y endemoniadas.

Había llegado a nivel tan ofensivo el lenguaje de las controversias; valía tan poco el significado de los vocablos, que el Congreso daba –confesémoslo como arrepentimiento que avive propósitos de enmienda– la impresión de un baile de garrote en lejana explotación minera.

Llegaron a emplearse allí, ¿quién lo creyera?, pitos y medios obstaculizadores y ridiculizantes, y oprobiosos sistemas que abajaron la nobleza del mandato y desfiguraron la fisonomía del parlamento. Y volverán algunos de los pitadores, pero que estén ciertos de que ya el país no los tolerará, ni los toleraremos los congresistas. ¡Juro a Dios!

Antaño el Congreso había servido de modelo y ejemplo. Era lugar de grandeza donde preclaras inteligencias vertían sus fulgores a través de lenguaje sencillo, severo y noble. Cuando afloraba la ironía no se sabía qué admirar más, si el efecto desesperante que producía, o la forma como iba jugando a escondidas el veneno urticante en la castiza habla gallarda. Por aquellos claustros discurrieron varones de conciencia limpia e irrevocable fe en la democracia, gentes de virtudes, que en laborioso proceso cimentaron la República y plasmaron en constituciones y leyes, la orientación de los destinos nacionales, hasta destacarse gloriosamente Colombia en el anchuroso panorama de América, y ser ella orientadora de pueblos y gobiernos.

Mas la ironía y la respuesta fina cambiaron de ropaje para desviar en insultos e injurias el lenguaje que venía de hontanares puros por cauces de Caros y Cuervos, Ospinas y Murillos, Restrepos y Uribes, Valencias y Suárez, y hartos más de alcurnia noble, y descaeció hasta confundirse en habla alegre, y vivaz por cierto, pero innoble y plebeya, de arrieriles faenas.

El trato caballeroso dejó de ser de parlamentarios, y el grito alcanzó más que la razón, y cuando este se ahogaba en rochela de desorden o en la algarabía de pitos, los disparos pudieron sobre los gritos y la razón; pudieron tanto que abrieron los amplios caminos por donde entró, como a su propia casa, la dictadura con todo el cortejo de sus males.

El Congreso –necesario es decido– derivó a decadencia fatal, no únicamente en cuanto a estilo en la oratoria y trato respetuoso entre sus miembros, sino por otros aspectos cuyo solo recuerdo acobarda y angustia.

Las influencias de algunos sectores capitalistas, o el miedo a las organizaciones sindicales, habían penetrado hondo, y a veces parecía que fueran ellos quienes movían las cuerdas de los autómatas y obedientes mandatarios del pueblo, para producir efectos de sus conveniencias. Fue fácil observar el juego de las influencias; fue sencillo descubrir los métodos de que se valían para alcanzar ciertos propósitos o entrabar determinadas iniciativas; fue sencillo descubrir el interés o el miedo. Pero preferible olvidar.

Estuvieron muy actuantes, en el desprestigio alcanzado, gentes que por razón de los intereses que representan, y por su misma categoría, no debieron nunca propiciar actos que a todas luces eran, son y serán reprobables. Más tarde tuvieron que jugársela toda para corregir el error, para salvar al país del mismo abismo a que ellos también lo habían empujado.

Convertir al congresista en defensor de un interés particular o en acusador de un proyecto de conveniencia común y nacional, porque él afectó transitoria o permanentemente un interés particular, es acto que merece pública reprobación y castigo infamante.

No pueden, quienes están cubiertos por prestigio y respaldados por altas posiciones, valerse de medios reprobables para obtener sus propósitos, y hacerla se confunde con traición a la patria, porque desmorona el prestigio del Congreso, en donde se asienta por derecho propio la democracia. Es tanto como desmoronar los cimientos de la patria. Equivale a colocarla al borde de la disolución o en manos de la dictadura.

Animado por colocar modestísimo aporte a la tarea de reconstrucción institucional, hube de escribir la serie de notas que hoy llega a su fin, sobre algunos vicios y errores del Congreso que reclaman enmienda en la etapa legislativa próxima.

El país confía en el Congreso y quiere hallar en él remedios para los males que nos afligen. El Congreso, de su cuenta, tendrá que responder a tales confianzas y anhelos, entregándose en cuerpo y alma, fervorosa, desvelada y tenazmente, a reconstruir la averiada administración pública y a detener los crímenes y la impunidad para salvar los patrimonios morales y materiales; a derrotar la miseria, que harto duro está hincando su garra y excitando revolución y delitos; a mejorar la higiene, más claro a establecerla; a fundar la educación, tan olvidada, desestimada, mal encauzada y peor realizada; a provocar estímulos para el trabajo y expansión para la agricultura y la ganadería; a obligar a los trabajadores a que trabajen, tal se obliga a los patronos a pagar salarios y prestaciones; a fundar también la justicia, venida tan a menos, caída tan abajo. Es que todo está arruinado, corrompido y deben echarse cimientos nuevos, sólidos y firmes, para que el edificio de la República se levante majestuoso, y nada, ni nadie, pueda en hora mala resquebrajado o averiado.

Corresponderá al Congreso llenar vacíos, corregir males, derogar normas absurdas y expedir muchas leyes, que con urgencia de necesidad reclama la ciudadanía. Sobre él pesarán responsabilidades y trabajo fatigoso de todos los días y horas, porque harto hondo y ancho fue el daño ocasionado por la acción destructora de la ignorancia, amparada por la tiranía, durante el largo y oprobioso comedia del estado de sitio.

Hubimos de llegar a cuanto padecemos porque había la consigna de desacreditar al Congreso, menguar su majestad y categoría, reducir el campo de sus atribuciones, abajarle su dignidad y mancillar su decoro. Y, penoso, pero preciso es apuntado, el Congreso, en harta parte, atizó con la intemperancia y violencia verbales, o con la negligencia y descuido, la candela encendida para quemar su grandeza y trocar en humo y ceniza el prestigio, su glorioso pasado, creador y fecundo. A veces hubo de ser colaborador experto en tan mezquino y peligroso empeño.

El parlamento posee ahora vigor y grandeza. Llega a la realización de su obra, después de largo y criminal receso, sin la mancha del pecado original del fraude, limpias sus credenciales, y entonces debe usar de sus atribuciones en forma alta, ennoblecida por las tremendas responsabilidades que se han confiado, y que está obligado a sobrellevar con decidido empeñó de acierto, para conducir su tarea sin desfallecimientos ni treguas, con ardoroso patriotismo y trabajo que, dando a un mismo tiempo ejemplo, dignifique, avive y halague el optimismo de las gentes, despejando, nubarrones y abriendo claros horizontes por donde, vuelva a colarse la luz de la esperanza!, y excitando las iniciativas privadas hasta que reverdezca y madure la confianza, y se estabilicen la justicia y la paz. En resolución, para que vuelva a ser justo y honorable el país; pura y organizada la familia; honrados los patronos y obreros; cristianos los católicos.

Sobre todos los aspectos de la vida colombiana existen normas de carácter extraordinario, fruto del interés personal algunas de ellas, inspiradas otras en propósitos solapados. Y perversos, necesarias también no pocas, pero improvisadas todas a estímulo y calor de la irresponsabilidad que infundía la omnipotencia de poderes. Modificar ese desastre, limpiar la legislación para imponerle severidad, claridad, generalidad y obligatoriedad, y cifrarIa de tal suerte que le asegure a los ciudadanos la plenitud de sus derechos, imponiendo, al tiempo, al Estado y al Gobierno, el riguroso cumplimiento de los deberes que le son propios, obra será de paciencia, estudio, abnegación indeclinable y sacrificio permanente, desde luego áspera, complicada, difícil, pero desde todo punto necesaria y urgente.

Al próximo Congreso, como antes a ninguno, le está reservado planificar el futuro y desmalezar de deshonor, ignominia y arbitrariedad, el pasado de ayer. Y quienes vamos a formarIo no podremos descansar ni ser inferiores a la confianza y responsabilidad que comporta el encargo recibido. Habrá que hacer un esfuerzo tremendo, sin pausas ni reposos, empapado de buena fe, embadurnado de generosidad espiritual, conducido por caminos de respaldo y tolerancia, presidido por austeridad, cordura y desinterés; avigorado por empeño noble de reconstruir la República. Si de tal suerte no obrásemos, o si desgraciadamente resultásemos inferiores al momento y gravedad de la hora, el país volvería, sin que nos quepa la menor duda, por caminos de fuerza y dictadura.

El pueblo colombiano tiene todo derecho a vigilar celosa y constantemente que el Congreso cumpla sus deberes, y a mantener en mientes a quienes traten de entrabar la tarea de rehabilitación, o por mezquinos intereses políticos, egoísmo u otra cosa innoble, intenten estorbar la tarea que debe, adelantar el Congreso mismo.

La hora presente es demasiado grave para no concederle la importancia que merece. Estamos al borde de una catástrofe económica; por dondequiera el hambre pasa estimulando lucha de clases, excitando crímenes, sembrando pavura y desolación; por veredas de la patria se ha regado mucha sangre y están ariscos y prevenidos los espíritus; en las ciudades, en la misma capital, la vida y bienes están a capricho y voluntad de los perversos; la moral ha sufrido atroz bancarrota; la impunidad, mal que riega su mancha de oprobio y disolución para que imperen los antisociales y valgan más los delincuentes que los hombres de bien y de trabajo; la pobreza cada día es más, y para más; la juventud carece de horizontes; la educación y la higiene no existen, y ese angustioso panorama, esa horrenda y vergonzosa realidad no puede arreglarse o corregirse, o detenerse, mientras no haya un sincero y solemne acuerdo de los hombres de bien que encauce todos los esfuerzos a librar la campaña urgente de la recuperación. Cualquier desvío, negligencia, o falla, en estos momentos de angustia y desconcierto generales, nos conducirá implacablemente a la anarquía o nos llevaría nuevamente a la dictadura.

El Congreso tendrá que defenderse a sí mismo a par y tiempo que de sus enemigos; tendrá que defender al país en este momento, el más grave y duro de su existencia, y la ciudadanía tendrá que ayudarle en su tarea grande, áspera, dura, pero pidiéndole cuenta y razón a quienes no quieran servir como colombianos o pretendan mantener el estado de cosas que nos coloca a los linderos de hondo precipicio.

El presente, enrastrojado de problemas como nunca los tuviera el país más graves, reclama acción de conjunto, decisión, trabajo, desinterés, aplomo, patriotismo. No prestarle a la patria los servicios que está necesitando, equivaldría a jugar con sus destinos y suerte, y quienes así procedieran, deberían merecer la sanción que todos los pueblos reservan para quienes fugándose de los compromisos con la moral universal y la naturaleza, se convierten en traidores.

Solidarizarse con la impunidad y la violencia, hermanarse con el crimen, desposarse con el desorden, o de cualquier manera estimularlos o encubrirlos, es, ni más ni menos, traición a la Patria, y los traidores no pueden pedir clemencia ni los países tienen derecho a concedérsela en tales casos, a no ser que quisiéramos convertirnos, –que no lo creo– en protectorado o dominio de civilizaciones menos averiadas.

En resolución, el dilema es claro; o Congreso digno, responsable y laborioso, o ignominiosa dictadura. Tal es el punto a que hemos llegado. Y a los hombres de bien, que han merecido confianza de la Patria, tócales decidir en manos de quién vamos a quedar, y estamos precisamente en el momento de tomar la decisión.

¡La ambición anula el discernimiento y el poder enceguece el entendimiento!

Cuando las personas no obran responsablemente y adolecen de unos principios y valores muy sólidos, por lo general florecen los abusos y resultan incapaces de manejar la ambición, embebidos con el poder.

Tristemente las elecciones presidenciales en las democracias representativas, especialmente latinoamericanas, parecen estarse convirtiendo en un video juego o en un reality-show televisivo, donde la gente escoge entre varios productos mediáticos que no necesariamente llenan los requisitos mínimos, los que, de acuerdo con el debido interés general y el sentido común, se esperan de un gobernante.

Por eso el sistema de selección política de candidatos y avales dentro de los partidos y movimientos, atado a la costosa financiación de las campañas de elección popular, se convirtió en la enfermedad más grave de las democracias representativas.

La politiquería partidista, salvo que resulte alguien muy capaz y preparado y esté muy bien respaldado, opta por candidatos plastilina que puedan moldear a sus aspiraciones burocráticas, clientelistas y contractuales, pues sobre esa base embaucan a sus mecenas prometiéndoles que una vez estén electos les devuelven los favores invertidos.

Es claro que, en esta época del conocimiento, el debate no debería ser de derecha o izquierda, sino sobre lo que tiene sentido y es correcto, y lo que no lo es.

No me digan que con la información y las métricas que se manejan hoy, los que llegan al poder no pueden fijarse qué modelos y sistemas administrativos realmente funcionan en el mundo y simplemente copiarlos. Pero de eso nada, el trabajo serio no le calza al clientelismo burocrático que solo busca “el poder para poder”.

Hay una diferencia absoluta entre entregarle el poder a personas con experiencia profesional, ecuánimes, disciplinadas, con vocación de servicio y una comprobada trayectoria honorable, y no a un sujeto caracterizado por ser ruin, osado, mezquino, embaucador e irresponsable.

Sin embargo, por lo que el poder es una droga que emborracha y quema conciencias y principios, está llena la historia de casos en los que el poder público o privado, enceguece el entendimiento y la ambición anula el discernimiento, incluso en casos de individuos preparados, inteligentes y con una trayectoria responsable.

El asunto se agrava exponencialmente dependiendo de a quien se le entrega el poder, cuando lo que confluye en la personalidad de un líder son la indolencia acompañada de vanidad y de una enfermiza convicción y propósito de que para cambiar algo hay que destruir todo lo existente, y no de construir sobre lo ya logrado por la sociedad.

No solo es el problema de los avales a personalidades plastilina. El caso es que en el ejercicio del mando el comportamiento de la cabeza siempre ejerce sobre el cuerpo un efecto dominó. La persona que esté al comando del Estado es un factor que de inmediato afecta toda la forma en que se comporta toda cultura operativa del aparato institucional. Ocurriendo lo mismo con la conducta de aquellos a quienes se les delega la responsabilidad de administrar ministerios y entidades públicas en relación con sus subordinados.

Estrenar poder es asunto mucho más complicado de lo que parece. Encontrar gente idónea en el sector público es un problema cada vez más complejo, especialmente cuando no hay una burocracia profesional estable y fundada en solidos principios de administración pública no ideologizados.

Por lo general un nuevo regente opta por rodearse de otros inexpertos o personas que se ganan con cepillo y chinola su confianza y que ignoran por completo la debida operatividad del Estado, de la economía y la legalidad, y se dedican a atender congresistas y a tranzar votos por puestos.

De otro lado hay en la región evidencia suficiente de cómo un país entero se desbarranca cuando un líder vanidoso y con falencias personales y profesionales se rodea de personas ideológicamente obnubiladas en contra del sistema de libre empresa y mercados regulados como garantía de la inversión, de confianza y generación de valor.

Vemos hoy cómo nuestras naciones están al borde de convertirse en Estados fallidos pues no logran superar las falencias de ser mal administrados o cuando parece que pueden dar un salto al desarrollo, cambian de orientación y rumbo.

Lo anterior ocurre cuando: la ignorancia es la garantía de que se vale la retórica demagógica populista para defender un sistema diferente al de la libertad de empresa, de mercado y del crecimiento económico a partir del incentivo al emprendimiento; cuando la ambición individual doblega a la racionalidad; cuando el deber ser y el interés general sucumben en favor del enriquecimiento personal o de la arrogancia ideológica de quienes tienen por profesión la política y de los funcionarios públicos que habilitan la corrupción; cuando la inutilidad y la falta de preparación del servidor público opaca la responsabilidad en favor del engaño y la mentira; y cuando el resentimiento es el que impulsa el obrar con el rencor que se deriva de la insatisfacción consigo mismo.

La realidad es que vivimos en una región donde, el inmediatismo multiplicado por las comunicaciones modernas ha contribuido mucho a que las falencias culturales y educativas se conviertan en insatisfacción social.

No podemos ignorar que hay una correlación directa entre las votaciones y el ingreso real de las personas, ni que la forma en que los populismos llegan al poder y luego se mantienen, es vendiéndole o generándole un caos a la ciudadanía.

Los ciudadanos cuando perciben situaciones de caos, y qué más caos que una pandemia y una depresión económica acompañadas de las revueltas violentas masivas que mediáticamente se han promovido en todos nuestros países por medio de la comunicación masiva y unipersonal por las redes sociales, se sienten inconformes y desamparados, y una buena parte de la población vota inconscientemente por el cambio indefinido o embustero.

A mi modo de ver esa es la razón por la cual la gente vota por un cambio. Se trata de un fenómeno de inconciencia colectiva que al parecer está determinado por la media del nivel cultural de las naciones y por la gran desconfianza que hoy le generan los políticos al ciudadano del común.

Lo anterior degenera en una nueva forma de procesos revolucionarios disfrazados dentro de los procesos democráticos tradicionales, que están cantados desde hace años, y que hoy está comprobado que consisten en la destrucción sistemática institucional de valor económico y de la importancia de la obligatoriedad de la legalidad.

Así llegan los populismos al poder. Engañan con el discurso y luego destruyen sistemáticamente en lugar de continuar construyendo con esfuerzo y sacrificio, como debe ser, para que un país sea cada día más estable y atractivo a la inversión y a la generación de riqueza destinada a la multiplicación de oportunidades de empleo y de negocios que llevan al crecimiento de la economía, de los mercados por la senda de un desarrollo socioeconómico.

El problema es llevar al poder o preferir que estén detrás del poder quienes han tenido toda su vida, como escala de valores, un mal ejemplo atado a la ilegalidad porque han tenido una vida al margen de la ley. Por tanto, su referente es otro muy diferente a los principios de derecho que rigen un pacto social democrático.

La degeneración de las democracias es gradual y muchas veces tiene un límite irreversible, consistente en el desmonte de las salvaguardias o flotadores que la sostienen; como la solidez de la institucionalidad privada o gremial, la separación de poderes, la independencia y despolitización de la justicia y de los organismos de control y la capacidad persuasiva y coercitiva de las fuerzas armadas del Estado para mantener la seguridad ciudadana acorde al debido balance entre libertad y orden.

Esa degeneración empieza por las formas anárquicas, pasa por la autocráticas y termina en las totalitarias. Y ella empieza cuando se utiliza el garantismo para encubrir el facilismo y eludir las dificultades propias de cumplir las obligaciones ciudadanas cívicas y las normativas legales.

A ver si entendemos lo que ocurrió en Colombia el 7 de agosto pasado. Imagínense qué pasa si amanecemos un día, y de buenas a primeras al celular o al computador por el que nos comunicamos le cambiaron remotamente durante la noche de sistema operativo. Ya el aparato no prende, el software no funciona, los mensajes no entran ni salen, y si acudimos al servicio de soporte nos dicen que el sistema cambio, que hay que comprar uno nuevo y las condiciones de servicio ya son otras. Las que impone el Estado.

Pasamos de la noche a la mañana, y que nadie diga que no estábamos advertidos, de un sistema híbrido entre una democracia decadente convertida en anarquía por el debilitamiento de separación de poderes afectado por la politización, ideologización e incompetencia promedio del servidor público, a un sistema autocrático que representa el seguro a la impunidad en materia criminal y ahora en materia administrativa, y que fácilmente puede convertirse en un totalitarismo disfrazado de democracia, como ya viene ocurriendo en muchos países de la región.

Es claro que como en el deporte o en toda actividad que demande disciplina y responsabilidad, las cosas se complican mucho más aún, cuando los círculos de poder viven de rumba, tienen adicciones a la bebida y la droga, y por lo tanto estas empiezan a relacionarse con ese fuerte efecto adictivo que genera el poder.

El cambio. Le metieron a Colombia la reversa

Qué vergüenza. Colombia proponiendo legalizar la cocaína, el terrorismo y la delincuencia.

Grave intoxicación mental de un mandatario revolucionario en las Naciones Unidas. Con osadía se dio a la desatinada ocurrencia de comparar ante el mundo entero, de manera peyorativa los hidrocarburos, al glorificar la cocaína, y de enarbolar el concepto de la paz total como forma de otorgarle impunidad al narco-terrorismo y a toda suerte de organizaciones criminales.

Le ganó de largo a las locuras que allí habían atestado en el pasado personajes que han llevado naciones ricas a la pobreza, como Chávez, Evo, Ortega y el propio Fidel. Le ganó al que empeñó la Constitución Nacional en una prendería habanera a cambio de un Nobel prefabricado.

Vamos en reversa, camino al precipicio. Presenciamos una deplorable y perversa regresión mental que confunde los conceptos de libertad y orden constitucional con el libertinaje, la legalidad con la tipicidad criminal, los valores que enmarcan una sana convivencia y la responsabilidad que impone la conducción de un Estado, con la implementación de tácticas guerrilleras desde el ejercicio del poder.

Que le pregunten a los gobiernos ruso y chino si ellos van a prescindir del petróleo, el gas y el carbón. Que se pregunten por qué Cuba los mendiga y cómo se empobreció Venezuela. Que le pregunten a cualquier sociedad civilizada del mundo libre, si está dispuesta incorporar la delincuencia a las filas de su fuerza pública.

Gracias a los recursos naturales como el petróleo, el gas, el carbón, el agua y los demás minerales, los Estados cuentan con los ingresos económicos que los financian y transforman.

Esos recursos energéticos son la base de toda la movilidad física y financiera o económica del mundo, de industrias y millones de productos y servicios en nuestra civilización. Los derivados de esos recursos están presentes en casi todo lo que utilizamos y en la forma en que vivimos.

No es sensato ignorar que estos recursos seguirán siendo necesarios hasta tanto la tecnología y los costos permitan establecer las alternativas de energías renovables en las que los científicos, especialmente en las sociedades del mundo libre, están trabajando de manera acelerada, apuntándole a una transición gradual que nos lleve a una matriz energética global mucho más limpia.

Es simple, sin los ingresos de la explotación de los recursos de la industria energética tradicional, petróleo y gas, sin los yacimientos no convencionales y sin la minería tecnificada acompañada de la debida mitigación de la huella ambiental, no hay cómo pagar los costos de la transición energética.

En un país como Colombia, sin esos réditos no hay cómo cubrir el actual déficit de electrificación, no hay con qué financiar la protección del medio ambiente, ni el desarrollo socioeconómico regional de una población creciente, mucho menos cómo pagar la deuda y el funcionamiento del Estado.

La protección del medio ambiente, en especial la mitigación del calentamiento global es una problemática y una prioridad de la humanidad que le compete a todo el planeta, y que trasciende las ambiciones y aspiraciones individuales de cualquier gobernante accidental.

Hoy resulta inapropiado que alguna corriente ideológica, partido o figura política, pretenda demagógicamente apropiarse de un asunto global y agitar a cuatro vientos como suya, la bandera ambientalista.

La mayor fuente de corrupción política, social y económica en toda la región andina es el narcotráfico. El negocio de la cocaína no lo tienen a la venta ninguna de las organizaciones criminales que dicen respaldaron la coalición que gobierna hoy a Colombia de manera autocrática.

No se entiende que un jefe de Estado, en buen uso de razón, defienda la cocaína, diga que tenemos que terminar con el petróleo y el carbón porque matan, convenientemente no mencione el gas, y que pregone combatir la corrupción cuando al mismo tiempo defiende las organizaciones criminales dedicadas al narcotráfico y la minería ilegal, que deforestan su país y financian la violencia y el narco-terrorismo.

Aclaremos que ni la cocaína ni los sembrados masivos de coca hacen parte de nuestra naturaleza. Que la selva se regenera sola si se deja inhabitada. Que las poblaciones agrícolas han sido siempre nómadas, la sustitución de cultivos es un engaño político y las alternativas económicas y las oportunidades de empleo deben estar cerca a los mercados. Y que a un Estado le cuesta más una persona deforestando y produciendo cocaína que reforestando o trabajando por fuera de los bosques húmedos tropicales.

Es la presencia del hombre y sus organizaciones criminales quienes colonizan, deforestan y aniquilan la biodiversidad y todos los ecosistemas naturales andinos-tropicales de cientos de miles de hectáreas donde se originan y aumentan las aguas que mantienen la selva amazónica, uno de los principales pulmones del planeta Tierra.

El clorhidrato de cocaína solo lo produce el hombre y sus organizaciones crimínales deforestando en los países tropicales-andinos. Solo hay cocaína alcalinizando una pasta de hojas de coca a la que le adicionan ilegalmente gasolina que proviene del petróleo, cemento y otras sustancias químicas nocivas para la salud y el medio ambiente.

La cocaína y en especial todos los alcaloides, producen un altísimo grado de adición y degeneración del ser humano en todos los sentidos, desviaciones mentales e irreparables daños cerebrales y de la salud. Afirmar lo contrario es una aterradora negación de la realidad.

Los alcaloides y todas las drogas aniquilan neuronas. No digamos que el petróleo y el carbón matan más gente, cuando no se puede desconocer que más del 89% de los actos violentos y criminales se cometen bajo la influencia de alguna sustancia que afecta la mente humana.

En otras palabras, la utilización de drogas embrutece rápido y mata lentamente. Las drogas limitan mental y físicamente el desarrollo físico e intelectual de los jóvenes. Por tanto, acumulan un serio problema de salud pública para las sociedades, que no habrá sistema de aseguramiento ni subsidios a la inutilidad que lo soporten.

Las organizaciones delictivas en Colombia son responsables por más del 75 % de la producción mundial de cocaína y está claro que las FARC-EP, el ELN y los carteles criminales, se financian con el narcotráfico.

La gran mayoría de ese comercio ilegal de la droga circula desde hace años a través de Venezuela y está entreverado con multiplicidad de mafias, carteles y grupos terroristas de todo el mundo.

Ni el crimen ni el vicio desaparecerán. La lucha contra el crimen es una constante a lo largo de la historia. Eso no lo va a cambiar nadie. Es algo con lo cual hay que vivir como en la agricultura con plagas y malezas. No es algo en lo cual se pueda claudicar, la seguridad ciudadana es parte esencial del pacto social.

Los Estados no pueden promover las drogas, su obligación legal es nutrir y desarrollar jóvenes sanos, cultos, lectores, deportistas y profesionales que le aporten a la sociedad. Por ello hay que entender que la solución no es legalizar la droga ni la criminalidad, y siempre habrá que combatirlos. Más ahora que tenemos tecnologías inteligentes que lo permiten. Lo que hace falta es determinación y voluntad política, y ser capaces de invertir en la atención de la adicción.

Da vergüenza decirlo, pero es cierto. Cómo vamos, Occidente está confeccionando una “juventud zombi” llena de adicciones, que poco tendrá para aportar, justo cuando más florece la era del conocimiento.

Claro que estamos cambiando. Vamos a la lata y en reversa. Son los alucinógenos los que producen esas dilucidaciones e incoherencias cerebrales como las expresadas durante la empeliculada representación ante el mundo hablando de lobos y manadas, satanizando los hidrocarburos y realizando una equivoca apología de “la legalización de la ilegalidad” y de la impunidad como premio al crimen organizado.

Señores, ese discurso en la ONU se parece a las declaraciones terroríficas, amenazantes y destructivas del villano pingüino en contra de las personas de la ciudad Gótica en una película de Batman.

¡Lo que pasó... pasó!

El manejo acertado de la economía colombiana durante la pandemia y postpandemia.

No me trago la denominación de manejo irresponsable de la hacienda pública que ahora el populismo en el poder le quiere endilgar al Gobierno anterior. Eso no fue lo que pasó con la economía y con la delicadeza de las finanzas públicas en el período anterior.

Están igualitos al cura terrorista con el cuento de la posverdad que ignora todo el registro oficial, el histórico noticioso y los testimonios de las víctimas. El descaro siempre está bien respaldado por la ignorancia y la alteración mental ideológica en materia económica y por la mezquindad que caracteriza y nubla el entendimiento de quienes obran con odio y resentimiento.

Muchas gracias a algunos conocedores por mencionar la importancia de la participación del Grupo Empresarial Ecopetrol y del Gobierno Duque con su buena voluntad en alcanzar un acuerdo y un corte contable y ajuste de cuentas sobre el Fepec antes de terminar el Gobierno Duque. No fue fácil llegar al final a un acuerdo de cuentas pendientes, pero se hizo lo legal y lo responsable de parte y parte.

(Fepec: Fondo de Estabilización de los Precios del Petróleo – mediante el cual el Gobierno regula los precios internos y la diferencia entre el precio de mercado internacional del crudo y los que se pagan por este en el país se arbitra y liquida en este fondo).

Tengamos claro que el Gobierno es el dueño de la mayoría de las acciones de Ecopetrol, pero no es el único de la empresa que reporta en bolsa y hasta hoy, gracias a su Gobierno corporativo la junta es totalmente independiente y autónoma en sus decisiones. Ahí no se sientan ni dan órdenes ministros ni viceministros. Todo director obra independientemente de quien lo nomina, y si ve conflicto de intereses se abstiene de participar en las decisiones, que son colegiadas.

Me correspondió trabajar en el tema de la deuda acumulada del Gobierno en el Fepec directamente con el equipo directivo de ECP en nombre de la junta directiva y honrando la responsabilidad fiduciaria que tengo con el grupo como presidente.

Debo reconocer que el presidente Duque, el ministro Restrepo y los equipos de Presidencia y Hacienda obraron profesional y responsablemente honrando una deuda que históricamente nunca se había reconocido formalmente. Esto dejó un precedente sano, pues antes se iba saldando la cuenta a conveniencia, pero claro, no era responsable y no existía la presión acumulativa de los precios altos que hemos vivido en esta época postpandemia.

Y esa voluntad responsable se abona al buen criterio y a la responsabilidad, seriedad y conocimientos de Duque, al haber dejado un camino de arreglo limpio y transparente para el Fepec, sin desconocer la complejidad recursiva del asunto. Que no fue el caso de lo que Duque recibió de Santos pues la deuda no estaba formalmente presupuestada en las cuentas nacionales.

Para entender; antes, en el Fepec, se dejaba para descontar de lo que diera la vaca petrolera después del ordeño. Pero dice un adagio: “Nadie puede tomar leche y comer carne de la misma vaca al mismo tiempo”.

Debo anotar que se les olvida a muchos de los que ahora analizan el tema Fepec, y el manejo de los precios de los combustibles, que el mundo paso recientemente por una depresión económica y social debido al COVID-19 y que los fondos de estabilización son una fiducia con reglas establecidas por ley.

¿Qué pasó? – Se paró la economía global tanto en lo financiero como en la movilidad. Se le pincharon las dos llantas a la bicicleta. Se dieron choques adversos simultáneos de oferta y demanda. No fue una simple recesión ni una crisis financiera cíclica, pasamos gracias a la ciencia y la tecnología rápidamente por una depresión global que no sucedía desde principios del siglo pasado. Consideremos que todo en la vida tiene un costo, y que la recesión inflacionaria que vive el mundo y porque no decirlo la guerra fría entre súper poderes, es el costo o pago obligado de esa depresión.

En el entretanto, económicamente, ¿cómo nos explicamos qué pasó en Colombia? Pues primero, que teníamos un recurso humano y un sistema de salud el berraco, que dio la pela por el país día y noche, y fueron los héroes que le ganaron la vuelta a la parca.  Dios lo guarde.

Segundo, que estábamos bien gobernados. El Estado compró kits de test, respiradores, amplio el número de camas y se dedicó a atender la salud de todos los ciudadanos sin descanso. El presidente, al frente, todos los días dándole reporte y animo al país, administrando la crisis con tino, entereza y disciplina.

Y después, llegó la vacuna al mundo y a Colombia, y recortó a tan sólo año y medio, los tiempos de la pandemia y de la depresión económica asociada, algo que históricamente significaba 10 a 15 años de miseria para la economía del mundo. Pues bien. La vacuna salvó muchas vidas. La segunda dosis disminuyó el riesgo de muerte. Aprendimos a vivir con el COVID-19 y lo bajamos de peste a enfermedad en solo 20 meses, en promedio.

En cada país, según el manejo del Estado y la velocidad de la vacunación, el asunto fue diferente y eso se correlacionó con la velocidad de la recuperación económica. Aprendimos rápido porque teníamos los mejores del país al frente de la batalla.

Ahí Duque, su ministro Ruiz del sector Salud colombino y el Doctor Muñoz, digan lo que digan, fueron los héroes colombianos. Eso no se los quita nadie. Colombia reportó entre los mejores del mundo en el manejo físico de la peste y luego en la recuperación económica.

Y entonces, gracias al reconocimiento y a la confianza en el buen manejo del Gobierno, la inversión reactivó los mercados y la economía volvió a moverse, a dar vueltas o transar, pero no sin un costo global mucho mayor de la energía que es la que alimenta esa movilidad como el dinero alimenta los mercados financieros.

Razón por la cual el Gobierno del presidente se dio el palo de mantener mediante el Fepec un costo subsidiado a la movilidad económica, lo cual no es “alimentar carros y no personas”, como quieren decir hoy los populistas ignorantemente. Entendamos que movilizar a bajo costo una economía es poder alimentar a toda una nación a un menor costo especialmente en épocas de vacas flacas.

Y ¿cuál era la prevención y la vacuna para la depresión económica? – Buen manejo asociado a medidas coherentes, austeridad, ahorro, ayudas del Estado y transparencia. Colombia entera le dio muy buen manejo económico a la crisis. Desde el Gobierno, desde Ecopetrol y desde la berraquera, aguante y austeridad de los empresarios de los sectores productivos y de servicios, incluidos los financieros.

Gracias a que los particulares confiaron en Duque y su Gobierno, el presidente respondió con firmeza a pesar de la canalla oposición política del terrorista y su libretista, Fecode y su pacto con la criminalidad y el dinero mal habido, que resolvieron financiar el desorden y el vandalismo justo en el momento más crítico para la nación, parar el país productivo, y descalificar a la brava la consecución de los recursos para una reforma social absolutamente necesaria, que incluyó la gratuidad educativa para los más necesitados.

He incendiaron y taponaron las vías justo cuando se iniciaba la recuperación, invitando e incitando la violencia, y satanizando al Estado, al presidente, al ministro de Hacienda y a la Policía. Según lo expresaron ellos mismos, para derrocar el Gobierno de Duque por medio de violencia e insubordinación ciudadana. Acciones que están completamente documentadas en la evidencia digital existente, algo que no podría contradecir ni la Comisión de la Verdad.

Irónicamente, son los mismos que ahora plantean la impunidad anárquica que llaman Paz Total.

Sigamos. El país trabajador y emprendedor nunca se rindió, el presidente tampoco. Subieron los precios del crudo de forma exponencial en el mundo. En ese momento Ecopetrol fue líder en salud y nunca dejó al país sin suministro de energía combustible (petróleo y gas), además se amarró el cinturón, bajo gastos, racionalizó costos y no dejó de invertir. Ello le valió ser una de las únicas dos petroleras del mundo en pasar el 2020 con los números en negro. Gracias a lo anterior pudo tener luego con qué adquirir la mayoría en ISA S. A., y transferir al Estado, en estos tres años, más de 65 billones de pesos entre utilidades y pagos.

Y claro por eso hubo recursos o dinero con que mantener bajo el precio de la movilidad del país, mucho más bajo que el promedio en el mundo cuando se dispararon los precios del petróleo; todo para contribuir muy significativamente a que la economía se pudiera recuperar rápido y con fuerza, como ocurrió gracias a las ayudas y los esfuerzos económicos del Gobierno para mantener empleos y negocios vivos y no dejar que el sistema financiero y los mercados se desplomaran.

El resultado de las medidas y las ayudas de Duque, a quien toda la clase política y los gremios del país dejaron solo cuando Colombia más los necesitaba, fueron finalmente acompañadas por el Congreso que autorizó el fondeo económico con destinación netamente social, y gracias la adecuada preparación del terreno y la ortodoxa siembra de Carrasquilla, y al buen manejo político, diligente y austero de la cosecha que administró Restrepo, acompañados de la resiliencia y berraquera del emprendedor colombiano.

Eso pasó; así floreció el crecimiento y se reactivó la economía, aunque no estén aún satisfechas todas las dolencias ni las necesidades de las gentes en un país en vía de desarrollo. Estemos claros que si no fuera porque se mantuvieron los precios de los combustibles bajos a $9.000 pesos durante la crisis, Colombia jamás hubiese presentado el crecimiento económico que presentó en recuperación, ni el actual, que heredó el nuevo Gobierno.

Duque entregó el país con un crecimiento histórico, no escatimó en vitaminas para la economía, y es que a los países en desarrollo les pasa como a la gente, puede que un viejo grande y gordo ya no necesite crecer más, pero si un niño no crece la cosa es grave, hay que llevarlo al doctor.

Duque nunca dejó de invertir ni en la gente, ni en el país y su infraestructura.  Por eso hoy estamos dentro de las economías que más han crecido en el mundo. Algo nunca imaginable. Por eso llegó inversión a Colombia en el primer semestre del 2022. Gracias al presidente Duque y a la tenacidad del empresariado, legalidad más emprendimiento resultaron en mayor equidad cuando más se necesitó.

Gracias a todo lo anterior la propia dificultad acumulativa de deuda permitió que la mejor vaca del establo (El Grupo Empresarial Ecopetrol), con buen pasto y buen cuido diera más leche y por tanto se le pudieron entregar utilidades a los accionistas privados y al Gobierno que ayudaron al pago responsable del monto causado por el Gobierno en el Fepec a Ecopetrol al corte contable del semestre anterior.

El resultado: No hubo que matar la vaca. La leche que produjo dio para vender, para dejar para el ternero y la gente de la finca, para mantequilla y quesito, y sobró para salir a comprar carne fiada en el mercado.

¿Que el problema del Fepec es recurrente? Sí claro. ¿Que requiere manejo austero y juicioso? Evidente. No es asunto de culpas, es materia de reconocer el costo de las cosas y decir la verdad con transparencia para encontrar soluciones en el futuro. Dios no permita que ahora a los teóricos anti-mercado, les dé por matar la vaca de hambre quitándole el cuido o mandándola al manadero, porque ahí si quedamos sin leche, sin vaca y sin carne.

El qué entendió… entendió.

En defensa de la supervivencia de los equinos, bovinos y caninos

Nadie ama y quiere, cuida y protege mejor un equino, un bovino o un canino que quien depende de él para su propia supervivencia o la de su familia.

Nadie protege, ama y cuida quiere más una vaca, un toro o una cría, que el ganadero, el vaquero, el ordeñador o el veterinario que le dedica su vida a estos animales.

Nadie protege, ama y cuida más un caballo, una mula o un burro que quien lo cría, quien lo doma, quien lo maneja, que su jinete, su entrenador, que el herrero, el veterinario o el nutricionista que los atiende.

Nadie protege, ama, quiere y cuida, más un canino que quien se juega la vida con él, a diario, que quien depende de él para ver, que quien duerme tranquilo bajo su protección o quien maneja un rebaño con su ayuda.

En la actualidad, sin duda alguna, quienes menos protegen los animales domésticos son los legisladores, para quienes no bastan las reglas establecidas en los códigos de policía, sino que quieren eliminar todas las interacciones culturales y tradicionales del hombre con estos animales y como consecuencia ponen en riesgo su propia existencia como especies.

Hablemos del gran poder destructivo de la ignorancia cuando se trata de legislar sin hacer estudios ni comprender los factores culturales sociológicos y económicos que determinan nuestra vida con los equinos, los bovinos y los caninos.

Sin duda dentro del reino animal al cual pertenecemos, dentro de los animales domésticos, los equinos, los bovinos y los caninos, han sido y siguen siendo, los más nobles, útiles y los mejores compañeros del hombre, y han sido absolutamente instrumentales en el desarrollo de la humanidad y de la civilización. A ellos les debemos mucho, y los vamos a seguir necesitando.

Como un acto que solo se puede calificar de ser tan ignorante, sensacionalista como ególatra, siguiendo una línea política populista de burgomaestres y legisladores a quienes el electorado le confió ciegamente la representatividad integral de sus intereses, un representante al Cámara por el Huila envió con fecha agosto 16 de 2022 una carta dirigida a la secretaria de la Comisión Primera de ese órgano legislativo una proposición que dice así:

  1. Adiciónese al artículo 3º del Proyecto de Ley 007 de 2022 Cámara, por medio del cual se eliminan las prácticas taurinas en el territorio nacional y se dictan otras disposiciones, el cual quedará así:

“Artículo 3º. Prohibición. Se prohíbe el desarrollo de actividades de corridas de toros, rejoneo, novilladas, becerradas y tientas, coleo, corralejas, encierros y suelta de vaquillas, festivales cómicos taurinos y aficionados prácticos, así como los procedimientos utilizados en estos espectáculos, tanto en el ámbito público como en el privado.

De igual forma se prohíben las siguientes actividades de explotación económica de animales: peleas de gallos, equitación, concursos caninos, cabalgatas, uso de perros en labores de seguridad privada, exposición de peces en acuarios y zoológicos.”

Empecemos por la prohibición de las corridas de toros. Se reconoce que en muchos países donde la tauromaquia no ha estado atada a la cultura del pueblo está prohibida la lidia y muerte de toros bravos.

Desde antes de las eras griega y romana, en la cultura ibérica y mediterránea, a la cual estamos necesariamente atados y desde las culturas autóctonas, desde la colonia y hasta la actualidad, en Colombia, Venezuela, Ecuador, México, Perú, Texas, California y en algunos lugares de Centro América, las corridas y la lidia de ganado bravo ha formado parte tradicional y esencial de todas las manifestaciones culturales y feriales de nuestras comunidades a través de los años y a lo largo y ancho de toda nuestra geografía.

Es importante que los órganos legislativos se pregunten si: ¿Son las propuestas prohibicionistas algo que realmente que concierne a toda la sociedad, o es una nueva bandera politiquera de un solo grupo en procura de votos y con el fin de ganar protagonismo como representante de algunas audiencias o segmentos de la población que con todo derecho no están de acuerdo con las corridas de toros?

La respuesta es clara. Este es un tema politizado a cuenta del caso del marketing político adelantado en Barcelona, Bogotá y la Ciudad de México, orientado a ganar soporte político entre movimientos animalistas citadinos y en redes sociales que se declaran anti-taurinos, y reclaman la eliminación de la fiesta, sin consideración ni respeto alguno de los derechos y libertades de los demás, y en muchos casos manifestándose violentamente contra los aficionados y contra las personas y las familias que viven de las actividades taurinas.

A lo largo de la historia de la humanidad las corridas de toros y la tauromaquia como manifestación artística, cultural y actividad económica, han hecho parte milenaria del desarrollo cultural de las civilizaciones.

Han sido y siguen siendo una representación viva de las realidades de la vida, de las interacciones entre el hombre y los animales en el campo, y han sido fuente de empleo y sustento de cientos de miles de personas y de pequeñas empresas, además de generar ingresos para las localidades o municipalidades a lo largo de muchos siglos.

Negar la tradición y el valor cultural, sociológico y económico de la tauromaquia es simplemente un acto de ignorancia crasa.

No en vano grandes artistas, hombres y mujeres cultos, han plasmado en las letras poéticas y narrativas, en la música, la pintura, la escultura, el cine, el baile y toda suerte de actividades culturales, su admiración y profunda comprensión de la manifestación artística que encarna la tauromaquia, como algo que está arraigado en muchas de las manifestaciones socioculturales de un sinnúmero de naciones y comunidades con una misma herencia cultural.

Las corridas de toros, como representación de muchas faenas de campo llevadas a anfiteatros populares, si bien contienen elementos de riesgo para los artistas frente a una fuerza bruta, se centran mucho más en la conjunción plástica de la necesaria destreza mediante la cual el hombre logra sobrevivir en una lucha desigual con una fiera agresiva por naturaleza genética.

Una propuesta como esta que cursa actualmente en la Cámara de Representantes colombiana, solo demuestra que tan grave es el problema de una gran falta de cultura general de quienes nos representan en la formación de las leyes, y es prueba de su carencia absoluta de civilización, educación básica y sentido común, practicidad, realismo y conocimientos sobre el funcionamiento social y económico de las tradiciones y los comportamientos de los pueblo y de la importancia que tienen las diferencias en la historia universal y colombiana, está última atada al origen migratorio peninsular desde la colonia.

Son tan respetables las costumbres que forman cultura en todas las comunidades, es tan respetable la tauromaquia como las costumbres en casos violentas de los indígenas y las de todas las minorías.

Es ignorante por parte de un legislador, humanizar los animales domésticos o salvajes, en perjuicio de otros seres humanos. Es incoherente no ocuparse de la violencia entre seres humanos en muchas otras actividades sociales y eventos deportivos como las barras bravas, etc., y atacar las actividades taurinas sin tener idea de su valor cultural.

Durante toda mi existencia he sido parte del mundo del toro, en el campo, en las plazas como profesional y aficionado, y en el medio social en que los taurinos y los artistas de las diversas manifestaciones nos relacionamos, y nunca he visto violencia entre seres humanos ni en el ruedo ni en las graderías, nunca he visto entre el mundo de la tauromaquia más que seres humanos extraordinarios, tan nobles, honestos y transparentes en su conducta como lo es el hermoso ganado bravo, una especie que ha existido milenariamente gracias a las fiestas de toros que hoy se quieren prohibir.

Lo único que van a lograr con este tipo de medidas es dejar en la calle a miles de familias y terminar con una hermosa especie bovina que por miles de años ha sido criada y cuidada con mucho amor por el hombre pues el toro bravo es el elemento esencial y necesario sin el cual se extermina toda una cultura milenaria.

Pasemos a analizar ahora la irracional y estúpida propuesta de prohibición de la equitación

Es increíble que en Colombia quienes hagan las leyes desconozcan que la equitación es un arte al igual que lo es la tauromaquia, o la doma y entrenamiento de cualquier especie animal.

Nuestra civilización se relaciona con los equinos, bovinos y caninos desde mucho antes de los recuentos que ya se documentaron en Mesopotamia, pasando por Creta y Grecia a lo largo de toda la historia de la humanidad, en todo el mediterráneo y en partes del Asia.

Con toda seguridad ignora el proponente que entre los primeros tratados de equitación y doma está el Jenofonte 430 a 355 a.C., ignora testimonios como los de los dibujos de las cuevas de Altamira o de la utilización del caballo por parte de persas, mongoles, iberos, galos, y en el desarrollo de las Américas, de Australia, Nueva Zelanda, y de muchas naciones africanas.

Se ignora que desde entonces está documentado en la historia universal que el caballo y la equitación como sistema o lenguaje de comunicación con los humanos, ha sido el más poderoso compañero del hombre en todas sus actividades desde los inicios de la agricultura, en las conquistas y en la guerra, en las comunicaciones, el comercio y en general en todo aquello que el hombre construyó por miles de años y hasta principios del siglo pasado.

Es ignorancia y falta absoluta de cultura general no tener en cuenta cuánto aportan la cría comercial de la ganadería equina, bovina y canina, y de todo tipo de especies animales al PIB agrícola mundial y nacional, al sistema alimentario y a la necesidad de proteína, y a las actividades industriales de derivados en el ámbito global.

Ignora el ignorante e indolente proponente, que el caballo y el hombre han sido los principales protagonistas del desarrollo de decenas de civilizaciones incluida la contemporánea.

Ignora el proponente que fue el caballo el animal que nos sacó de las cavernas y las montañas a las planicies y nos hizo nómadas, nos enseñó a buscar las orillas de los ríos y nos facilitó por medio de la equitación que quiere abolir, el poder recorrer mayores distancias con lo cual obtuvimos la capacidad de haber desarrollado múltiples civilizaciones hasta la invención del motor, cuyo poder, también en honor a los equinos se mide en caballos de fuerza.

Es ignorante y falto de cultura general, pasar por alto que la equitación, que hoy se quiere prohibir en Colombia, representa la forma como se desarrolló nuestra nación desde el descubrimiento hasta la necesidad de seguir trabajando con equinos, mulares y asnales en gran parte del difícil y accidentado territorio nacional.

Es inconcebible que, en función de los votos de algunos rebeldes incultos, se desconozca que la equitación es un arte que empieza por la educación de caballo y del jinete, en los fundamentos de una cultura comunicacional de mutuo entendimiento, que se ha desarrollado a lo largo de varios milenios.

Ignora el legislador, que la industria del caballo es la primera industria empleadora en Francia y en el Estado de Texas, y la segunda industria empleadora en Estados Unidos de América y el Reino Unido, y sin duda una de las industrias que más empleos genera en Colombia también.

Ignora el proponente que la cultura ecuestre y la equitación van de la mano en el deporte o en el trabajo de campo con ganados, y que toda la actividad ecuestre está dentro de las primeras industrias de Australia, Nueva Zelanda, Argentina, Alemania, España y Portugal, y decenas más de países en todo el mundo, incluidas China, Rusia, Japón, y muchas naciones más.

Ignora que el caballo es hoy el animal más cuidado y querido por el hombre como su amigo y compañero en el deporte y en el trabajo de campo, e ignora cuánto significa esto para una economía y para el bienestar de muchas familias y muchas personas.

El ignorante, inculto y bárbaro ponente, en procura populista de protagonismos ante audiencias novatas y de votos, pasa por alto que su propuesta al eliminar las actividades ecuestres y la tauromaquia condena a la desaparición de dos especies milenarias, e ignora totalmente que el caballo, como especie doméstica, sin la equitación y sin el trabajo en equipo con el hombre, estaría condenado a sucumbir en las peores condiciones imaginables.

¿Sabe el parvo representante, el valor que agregan los caballos a la economía y el poder redistributivo de riqueza de la actividad ecuestre en Colombia y en todo el mundo?

Desconoce por completo que la industria del caballo no solo es, tal vez, el factor más eficiente de redistribución de riqueza concentrada a toda la cadena económica y de las clases más favorecidas a personas que gracias al caballo llevan una vida digna y prospera.

Ignora el atrevido representante que la actividad ecuestre o equitación, está presente en todos los países del mundo en materia de deportes ecuestres y de utilización de los equinos en toda suerte de labores y trabajos en el campo y en muchas ciudades.

Según la filosofía moderna de oportunismo político propio de los populismos actuales, lo que se pretende es evitar toda utilización de los animales por parte del hombre, en este caso bovinos, equinos, mulares y asnales al igual que de los caninos y ridículamente se prohíbe la exhibición de peces en acuarios y zoológicos que es donde los niños aprenden directamente sobre la belleza y la importancia de todas las especies que componen el reino animal.

Muchos ciudadanos de igual derecho le pedimos al representante explíqueme entonces; ¿si un ganadero compra un toro o un semental equino, no es el ganadero o propietario, sino el propio toro o el padrillo, el que define si puede cumplir con funciones reproductivas?

Cómo puedo entonces preguntarle al toro, a la vaca, al caballo o a la yegua, al burro o a la mula, si está de acuerdo o no con reproducirse, y dónde le consigno por ejemplo los réditos del semen o los embriones que se le congele o que se vendan, para pagar su manutención.

La humanización de los animales tiene un costo muy alto en materia del perjuicio que se le causa a los mismos animales y los seres humanos que trabajamos con animales.

Hablemos de la gran función que tiene el entrenamiento y trabajo de los caninos en nuestra sociedad

De las labores importantes de los caninos con las personas invidentes y minusválidos tampoco se entera el ignorante proponente.

Ignora, además, que vivimos en una era llena de narcotráfico y terrorismo en la cual los caninos le ayudan al hombre en rescates, prevención y combate de la violencia y los delitos de forma inconmensurable.

Ignora el legislador cuánto ayudan los perros en el campo, con el ganado, en la vigilancia, en la llamada de atención ante el peligro al humano, en el cariño que se forma entre el vaquero, el pastor, el vigilante y su perro.

Su agudeza de olfato, auditiva y sensorial nos supera. La educación de perros y guardias es algo que la propuesta también ignora de plano como las destrezas de los artes y deportes ecuestres, y la dificultad y las enseñanzas de vida que se envuelven tras la plasticidad de la tauromaquia.

La proposición denota la gran insensibilidad de quienes con la propuesta quieren pasar por seres sensibles, como todo lo de la retorica demagógica populista que se vale de la dialéctica inversa para engañar a la gente frente al deber ser y la realidad de las cosas en la vida real.

Con tristeza, hoy en día, con estas teorías inventadas con fines de obtener resultados mercaderistas en la política, no se logra nada positivo, nada diferente a ejercer de los humanos otra forma de violencia sobre otros seres humanos y sobre las especies animales con las cuales interactuamos, en el arte, el deporte o el trabajo.

¡Lo que pasa es que la banda está borracha!

Como dice la canción, aquí, lo que pasa es que la banda está borracha. Lo que nos pasa en la Colombia del tal cambio, es que el cambio ni es serio ni guarda coherencia alguna con la necesaria suma o añadidura constante de valor que demanda el manejo socioeconómico de las naciones en vía de desarrollo.

En una orquesta, en las grandes corporaciones y entre ellas los gobiernos, los congresos, las cortes, las entidades de control y los gremios como instituciones que representan la sociedad, en las empresas y en todo equipo de trabajo, para poder funcionar bien y de manera armónica, se requiere en la dirección una cabeza bien puesta, con experiencia, conocimientos, cordura, sensatez, objetividad, disciplina, honradez y sentido común.

Solo así puede comportarse quien dirija o conduzca una orquesta, un Estado, cualquier corporación pública o emprendimiento privado, de modo que funcione y progrese produciendo buenos resultados.

Hasta el circo más humilde necesita de un buen director, que, con coherencia y conocimiento, organice los artistas, trapecistas, animales y payazos y dirija sus funciones.

Esta sociedad, empezando por quien hoy la conduce y siguiendo con todos los nuevos músicos y con los líderes políticos y gremiales, tiene el mismo problema mental de negación del adicto. Está borracha y desconoce con disculpas y engañándose a sí misma, la cruda realidad.

El comunismo y los populismos están tan revaluados, como los buenos efectos en el desarrollo de la libre personalidad del consumo de sustancias adictivas que alteran la mente y el comportamiento humano.

Lo anterior lo demuestran los enunciados, las contradicciones y las nuevas medidas en todos los matices de una administración Estatal, anunciadas todas sobre variaciones de 180 grados en el rumbo que traía la nación, sean en materia económica, de seguridad ambiental, energética, alimentaria, impositivas o sobre la inestabilidad y relatividad de la propiedad privada.

Algunas ya son una realidad, como el pago de los acuerdos con el hampa con que el gobierno del tal Pacto Histórico, sin reparo alguno, dio de baja a cincuenta oficiales militares de alto rango, para cauterizar cualquier posibilidad de intento de golpe de Estado.

Hay otras medidas que están en el aire pegadas de toda suerte de anuncios mediáticos de cambio, que va uno a ver, y no se pueden o no se deben implementar sin desconocer un gran efecto destructivo y desequilibrante.

Hoy más que nunca, hay tremendo desconcierto en la sociedad, que no encuentra como poder bailar al son de una banda que está borracha.

En tan solo tres semanas de gobierno, no cabe duda, se está consolidando el concubinato social con la impunidad como negación abierta de la importancia de la legalidad, y se afianza cada vez más tangible e inmanejable, el hecho de convertirnos en una autocracia y en un narcoestado.

Entendamos que este problema no es sencillo ni fácil de conjurar sin entrar en estados de crisis absoluta, pues por la traba mental permanente que nos domina no hay pleno uso de las facultades y se distorsiona el debido entendimiento de lo que debe ser y lo que no le conviene a la sociedad.

Al adicto no se le lleva a la recuperación o a que elija definitivamente la perdición y un camino más rápido a la autodestrucción, hasta que no pierde todos los medios económicos para poder seguir pagando el vicio, así sea robando o a costa de la miseria de los demás.

Sin una aceptación sincera y cultural del problema no hay modo de salir del gran remolino en que nos metimos. Triste decirlo, a la sociedad al igual que al adicto le pasa otro tanto. Si no media tratamiento y este no es riguroso y estricto en materia de legalidad, cada vez la negación y la intoxicación es mayor.

Al narcoestado le pasa lo mismo que al socialismo del siglo xxi. Y se manifiesta en la perdición de las instituciones a cuenta de su negación al reconocimiento de la presencia de las formas corruptas, ilegales e inconstitucionales que lo dominan. De ahí la necesidad actual de cambiar constantemente las constituciones.

Duele saber que será más difícil curar esta sociedad y sacarla de su negación y adicción a la corrupción, la ilegalidad, la droga y a la violencia, mientras el consumo de cocaína, de mariguana, de pastillas alucinógenas y de alcohol sigan aumentando; y mientras la impunidad siga amparada por el apego a la permisividad social, por la complacencia de las autoridades con el crimen organizado, y mientras los efectos positivos de la recuperación económica lograda por el país en el gobierno anterior sigan generando crecimiento.

Tristemente vendrá el guayabo después de la borrachera. Que una economía sea sostenible demanda un manejo ortodoxo de las finanzas, ahorro, austeridad y sacrificios. Continuidad, confianza y estabilidad en el tiempo; de lo contrario lo que empiezan a hacer los populistas, intervencionistas y la anti economía de libre mercado, es quitarle el cuido a las vacas que más dan y terminan arruinando la productividad del establo.

En Colombia hay una gran mayoría de gentes ingenuas, buenas y trabajadoras, pero hay también un puñado de incorregibles y perniciosos sinvergüenzas, dedicados a toda suerte de actividades delictivas, a quienes hoy quiere indultar el Estado sin que se sepa a cambio de qué, pues si algo está claro aquí, es que el negocio de la droga, el crimen organizado y el abuso de las arcas del Estado, no están a la venta, mucho menos ahora que tienen tantos representantes dentro de la oficialidad.

Lo que no se puede es llevar a nuestra juventud a un próspero futuro si no obramos correctamente en el presente. Es decir, sin enseñarles con ejemplo cuál es el deber ser y como obrar con sentido común en el liderazgo de la nación, sin fomentar su cultura y su comprensión de lectura, sin civismo, sin deporte, sin disciplina, sin exigirles sacrificios, respeto a las jerarquías y a los mayores, y ante todo, a que se valoren a sí mismos.

Colombia tiene belleza en el paisaje, pobreza en los suelos y riqueza en el subsuelo. Así es el espacio geográfico tropical y andino sobre el cual asentamos nuestra unidad como nación.

Debemos producir conservando el medio ambiente e invertir en conservarlo a partir del rendimiento económico de la producción de los minerales hasta que logremos transformarnos en una sociedad culta y del conocimiento. Pensar que eso no cuesta dinero, ni demanda la utilización responsable de nuestros recursos minero-energéticos, es una estúpida utopía, apenas propia de la ignorancia que deambula diariamente en las declaraciones a los medios de comunicación.

Aquí, el ambientalismo que se quiere imponer está politizado e ideologizado. Es el que se tapa los ojos ante la explotación minera ilegal y la deforestación para sembrar coca y producir cocaína, al que la pérdida de biodiversidad sin debida mitigación solo le sirve de bandera electorera. Aquí la moda es negar la objetividad del progreso de la ciencia y las tecnologías, para de forma facilista justificase negando toda actividad extractiva legal que requiera y se comprometa a la debida mitigación ambiental.

Para dar un ejemplo práctico de nuestra incoherencia y no entrar a analizar más anuncios del Congreso, de las cortes o el nuevo administrativo, miremos que Colombia tiene la corrupción más grande del mundo en las Corporaciones Ambientales Autónomas Regionales, y a la vez una inconmensurable ignorancia propia de la teorización ideológica y la falta de criterio práctico en los ministerios tramite y las agencias reguladoras del Estado.

Eso no es nuevo, y hay casos en los que por difícil que sea una situación es sujeto de empeorarse, mucho más a la luz de las posiciones expresadas por el nuevo Gobierno que sin duda van a afectar nuestras vidas en materia de seguridad: física, social, energética y alimentaria, ambiental, jurídica y política.

Repito, el problema más grave es que aquí, al igual que buena parte de los invitados a la fiesta del cambio, “lo que pasa es que la banda está borracha”.

Liderazgo y equipos de trabajo eficientes y efectivos

Recuento de la gestión directiva y empresarial realizada por la Junta Directiva, la administración y los equipos de trabajo del Grupo Empresarial Ecopetrol 2019 – 2022.

Nota de referenciaeste documento enmarcado en los principios de liderazgo y trabajo en equipo que han caracterizado el desempeño de nuestra responsabilidad fiduciaria como órgano que toma las decisiones colegiadas del Grupo Empresarial Ecopetrol, se elaboró inicialmente como soporte a las palabras del presidente de la Junta Directiva de Ecopetrol, durante el Evento de Líderes realizado en Julio 29 de 2022. Su contenido pretende hacer un recuento general de la filosofía y la metodología de trabajo, la gestión y los logros de la compañía durante el periodo 2019 – 2022 para consignarlos como constancia de los resultados financieros del Grupo que en la fecha se presentan a los mercados.

Desarrollo. Muy buenos días a todos. Soy Luis Guillermo Echeverri Vélez, presidente de la Junta Directiva del Grupo Empresarial Ecopetrol, y es para mí un honor, pero ante todo un orgullo, poder dirigirme en nombre de toda nuestra Junta Directiva, ante un nuevo evento de líderes de todo lo que representa esta gran familia de la Iguana® para Colombia y para el futuro de toda la región latinoamericana.

En esta oportunidad quiero empezar por darle las gracias a cada uno de los trabajadores del Grupo Empresarial Ecopetrol y a los de sus asociados. Nosotros, entre personas de nómina y otros tipos de contrato, somos más o menos 20,000 obreros que laboramos directamente en este grupo, y hay otro tanto representado en contratistas y asociados. A todos ellos quiero mandarles un mensaje especial, en este evento sobre Liderazgo y expresarles mi admiración pues en estos difíciles años se ha demostrado que todos nosotros y nuestras familias llevamos la Iguana tatuada en el corazón.

Quiero agradecer al Ingeniero Felipe Bayón, por su liderazgo que nos ha llevado a alcanzar lo imposible, a todo su equipo directivo, y muy especialmente a los presidentes y a todos sus equipos gerenciales de las compañías del grupo, que prácticamente ya son 100 empresas. Una vez más, bienvenida toda ISA a esta la familia de la milenaria y, a la vez, moderna Iguana.

De manera muy sentida quiero agradecer al presidente Iván Duque Márquez, que ha tenido la gentiliza de acompañarnos hoy y a lo largo de esta celebración de los 70 años de este grupo empresarial, dedicado inicialmente a los hidrocarburos y que se convirtió durante su mandato, en una empresa de servicios que apalancada en la tecnología aplicada al sector energético, cumple con nuestra misión de ser “Energía que transforma a Colombia” y avanza en nuestra “Visión” para que desde Colombia podamos contribuir a la “Transformación energética que le represente un mejor futuro a toda nuestra región y al mundo”.

Reconocemos que ese sentimiento de gratitud y orgullo obedece a que durante este complejo período somos nosotros, la Junta Directiva, quienes más hemos aprendido de todos y cada uno de ustedes y de su compromiso con el grupo, el país y la región, así como con la declaración de valores corporativos. Es por eso, que los resultados históricos del GEE son el mejor reflejo de su sentido de responsabilidad y su compromiso de cumplir con el deber.

Como equipo todos hemos logrado que hoy la Iguana represente el segundo grupo empresarial más grande del mundo en materia de movilización energética integral.

Precisamente por eso quiero hablarles hoy de la importancia de la formación de buenos equipos en el liderazgo.

De cómo deben trabajar esos equipos, y de que el principal factor de éxito en el liderazgo, a mi juicio, es la conformación de equipos talentosos y ganadores.

Empecemos por que un equipo es una sumatoria de lideres individuales, pero que saben trabajar integrados. Por ello cada persona debe ser primero líder de sí mismo, de forma que se proponga y se permita a si mismo entender cómo trabajar en equipo con los demás líderes y también ser capaz de liderar un equipo cuando le corresponda. Esto es, esforzarse por responder, sin eludir las responsabilidades y dar de sí mismo lo mejor en la posición que se le asigne el equipo y desde ahí ayudar a los otros, de modo que el equipo cumpla los objetivos que se propone.

Si bien las organizaciones requieren un líder eficiente en la cabeza, lo anterior elimina el concepto de que el liderazgo es solo asunto de tener un solo gran líder, y nos explica el valor de que quien lidere o arme el trabajo, esté rodeado siempre de otros líderes que sean mejores o al menos iguales a él, de modo que puedan asumir su posición en cualquier momento.

La eficiencia en el liderazgo depende de la conformación, entrenamiento y desempeño de buenos equipos. La conformación y el trabajo por equipos incorpora como constante la sana competencia que es un factor determinante para alcanzar eficiencia y excelencia en el desempeño. Los resultados dependen de la transparencia en la información mediante lo cual se crea confianza y, de la buena comunicación, ya que la gran parte de los errores, mal entendidos y dificultades en la vida y en el trabajo se generan por falta de clara, directa y oportuna comunicación.

Entonces, es importante anotar varias cosas que puedan ilustrar y ejemplificar estos mensajes.

Hablemos del porqué de los resultados del periodo 2019 – 2022. De cómo el trabajo de todos, directores, administración, trabajadores, y la determinación de nuestros líderes, logramos: navegar la peor tormenta ocurrida en muchas décadas y llevamos el barco y la carga, a tiempo y en perfecto estado a buen puerto. Como dice nuestro presidente el Ing. Felipe Bayón Pardo, se hizo posible un imposible.

Para ello, lo primero es decir con la satisfacción del deber cumplido que tenemos unos resultados fabulosos. Resultados del esfuerzo constante que nos permitió sortear la pandemia y una depresión económica global y, a la vez ampliar nuestros horizontes y nuestras inversiones, tecnificarnos y digitalizarnos, ganar eficiencias en todos los campos de acción del grupo.

Hay que resaltar que sumados los resultados de nuestros equipos nos permitieron transferir al Estado en los años de 2019, 2020 y 2021, un equivalente a 62.5 billones de pesos, a lo cual hay sumar dividendos que entregamos con ocasión de la asamblea ordinaria del mes de marzo pasado y en la otra asamblea extraordinaria del mes pasado y además, el hecho de que por primera vez se llegó a una negociación gana-gana y sin precedentes con las autoridades en relación al pago de las deudas del Fondo de Estabilización de Precios del Petróleo FEPEC.

Pero no solo es importante nuestra relación con el Estado. Para la Iguana es tan importante este, como titular mayoritario de su composición accionaria, como todos y cada uno de los más de 255.453 accionistas individuales e institucionales, que también se han visto beneficiados de las utilidades del grupo.

Este no es un hecho menor pues este trabajo en equipo, bajo metodologías transparentes y respetuosas basadas en la debida independencia en las decisiones, permitieron también a la hacienda del país, transcurrir por estos años tormentosos y encarar la recuperación económica postpandemia con unos precios internos de movilidad menores a 10 mil pesos /galón. Sin duda uno de los factores con más peso en la ecuación de factores que explican la recuperación de la confianza y el crecimiento actual.

El Grupo Empresarial Ecopetrol contribuye entre un 2.5 y un 3.0 por ciento al PIB nacional. Cualquier empresa o sector que toque el PIB nacional, representa algo supremamente significativo en el funcionamiento integral de una economía.

Lo importante del fruto de nuestros esfuerzos y resultados positivos, es que esos recursos y esas regalías también van a las regiones y a nuestros accionistas minoritarios individuales e institucionales que igualmente son para nosotros supremamente importantes.

Los líderes del Grupo Empresarial Ecopetrol, por medio de los resultados conseguidos, han demostrado ampliamente que, los accionistas para nosotros son tan importantes como las comunidades, los gobiernos locales y cada uno de los grupos de interés con quienes interactuamos e invertimos constantemente con el fin de que todos tengamos cada día una mejor calidad de vida y contribuyamos de forma positiva al desarrollo de nuestra civilización.

Ustedes como líderes de equipos efectivos y dedicados, han logrado bajo la gran presión de tener que sobrevivir y, en un periodo récord, resultados que son muy significativos como el hecho de que una empresa nacional que se dedicaba solo a los hidrocarburos, se transformara en una empresa tecnológica de servicios energéticos con visibilidad y presencia global.

El Grupo Empresarial Ecopetrol en 2019 adoptó los estándares ESG apalancados en tecnología, se habló de T.E.S.G. en nuestra planeación estratégica de corto, mediano y largo plazo, y ustedes nuestros líderes y sus equipos desarrollaron en solo días, un nuevo concepto de operatividad empresarial que inteligentemente llamaron “SosTecnibilidad”.

SosTecnibilidad, es una nueva metodología propia del ADN corporativo de nuestra Iguana, mediante la cual se logra que los negocios sean sostenibles apalancados en el cambio convergente: digital, tecnológico, científico y en la innovación anticipada, que nos coloca como función de la velocidad de cambio de manera acelerada en el futuro.

La función metodológica de la SosTecnibilidad, ya permeó toda la familia de la Iguana y hace parte de la mística de trabajo que se vive en todo el grupo.

Aquí es donde quiero enviar un mensaje muy claro reiterando porque para mí la formación de equipos ganadores es fundamental y va de la mano de la calidad personal de todos sus integrantes.

Es importante decir que aquí en el Grupo Empresarial Ecopetrol, desde los operarios hasta el presidente de la compañía y su Junta Directiva, están integrados en equipos productivos que trabajan con mística, que se entregan a esa misión de ser energía transformacional.

La Iguana es eso: energía transformacional, valores humanos, fortaleza, resistencia, rusticidad y modernidad simultáneas, conocimiento, ciencia, tecnología, innovación, mística, ética de trabajo, colaboración. Una gran familia de equipos campeones integrados por los mejores profesionales, eficientes, efectivos, dedicados, y seres humanos dignificados por su trabajo y la gran oferta de valor que les entrega pertenecer a esta compañía.

De esta manera la compañía logró en 2020, ser una de las dos únicas del mundo del sector de hidrocarburos, que pasó la pandemia y la depresión económica con los números en negro.

Gracias a sus equipos de trabajo, el grupo presenta unos resultados extraordinarios, que no solo vienen de la bonanza de precios posterior a vacuna, esencialmente provienen de que supimos sembrar y administrar desde 2019, así como del esfuerzo que hicimos todos para resistir los choques y efectos cruzados desfavorables de oferta y demanda durante el 2020.

Hablemos de la compañía que encontramos. Desde 2019 cuando esta Junta Directiva recibió la misión de tomar las decisiones más complejas del grupo, la responsabilidad de asignar el capital, revisar las políticas corporativas en todas las áreas de trabajo y crear la estrategia transformacional; ya el GEE contaba con un sistema integrado por segmentos, integrados que van desde la sísmica y exploración a la producción y tratamiento, donde se han incorporado nuevas tecnologías y métodos de economía circular, buena reutilización de las aguas (más de un 76 por ciento), rediseños, modernización y digitalización en tiempo real de todas nuestras plantas y sistemas, donde se han desarrollado e implementado nuevas técnicas para ampliar las eficiencias de los yacimientos en producción y se han venido reduciendo los costos de levantamiento; integrando eficiencias con el sistema de transporte en ductos y poliductos, pasando luego a la refinación cada vez más moderna y eficiente en Barrancabermeja y Cartagena donde se viene trabajando al máximo con unos márgenes extraordinarios que son producto tanto de los precios como del trabajo de preparación de las plantas y su buen manejo programado desde antes; con una producción de derivados eficiente y rentable, bajo procesos internos de suministro, comercialización, importación, exportación y ventas de crudo, derivados y con el suministro de gas interno y para los hogares e industrias productivas.

Durante nuestro período hemos visto como ha sido un acierto que nuestros líderes hayan entendido el gas (Natural y GLP) como elemento puente, que habilitarán lo que será un constante período de transición energética.

Además, el gas de la mano con la autogeneración de energías limpias como los parques solares que ya bajaron nuestro costo energético, junto con la expansión en la electrificación cada vez más tecnificada, llevarán la Iguana a ser un grupo destacado entre los líderes mundiales en manejo de energías limpias como aporte a la mitigación, compensación y estabilización del cambio climático y la preservación del planeta, sin desatender su misión esencial de contribuir al desarrollo social y económico.

Reconocemos a nuestros líderes que hoy, la comercialización y venta cada vez se hace más de manera directa y exitosa. Hoy aumentando nuestra eficiencia y nuestros márgenes, vendemos C.I.F., y tenemos presencia comercial de compra y venta directa en mercados mundiales tan importantes como el asiático.

De la misma forma en este periodo, gracias a contar con un presidente y un equipo ejecutivo con amplia experiencia internacional en la industria, fuimos invitados a la oportunidad de trabajar y aprender sobre proyectos de explotación de yacimientos no convencionales en el “Permian y el Delaware Basins” en los Estados Unidos, el mejor lugar de producción de “proyectos de ciclo corto” en el mundo. A corte de junio de 2022 de la zona del Permian estamos recibiendo una producción neta acumulada de 26,800 Barriles / día, y estamos recibiendo una utilidad neta de $ 130,1 millones de dólares. Esta inversión además nos permitió mejorar nuestra presencia en USA.

Nuestros líderes no pueden desistir en la tarea de realizar toda extracción eficiente factible de YNC, mientras al tiempo avanzamos en nuestro negocio principal y en la necesaria transición energética. A pesar de sus detractores ideológicos estos asuntos deben ir de la mano. Lo primero es lo único que nos va a permitir financiar la construcción y el crecimiento de un GEE energético limpio en el transcurrir del tiempo.

Los yacimientos no convencionales son esenciales para el futuro desarrollo del país. Sin las eficiencias y los réditos económicos de su producido, no será difícil sin no imposible lograr que el país haga una transición energética y, al tiempo tenga el Estado ingresos suficientes para satisfacer una demanda creciente de electrificación, de salud, de infraestructura, educación y otros servicios públicos.

Es simple, en el corto y mediano plazo la curva agregada de demandas al Estado de una población creciente, en un país de ingreso medio y en vía de desarrollo, siempre será incrementalmente ascendiente, por tanto, la curva de ingresos no tributarios del Estado tiene que garantizar, que el ángulo que representa la diferencia o apertura entre ambas curvas sea sostenible de manera que la nación pueda financiarse.

En resumen, hay una correlación directa entre la diferencia entre egresos e ingresos del Estado y la proporción de la deuda sobre el PIB. De ahí la importancia para Colombia del crecimiento del sector minero energético y de la extracción legal, tecnificada y limpia de hidrocarburos y minerales, especialmente gas, crudo, carbón, cobre, oro y otros minerales necesarios para el progreso en nuevas formas de vida y la supervivencia de nuestra civilización.

Colombia accidentada, tropical y andina, nació como nación libre soportada por una sociedad minera y allí está la riqueza que nos dio la naturaleza aunada a la biodiversidad y el recurso hídrico. Esto debemos entenderlos y saber aprovecharlo con total responsabilidad, de modo que podamos transcender y ser en el futuro una sólida economía del conocimiento y servicios que sepa conservar su naturaleza y sus suelos con el producto de su subsuelo.

Nuestros equipos de líderes en los ejercicios de planeación estratégica con nuestra Junta en 2019 y 2020, identificaron a plenitud de convencimiento que la otra tendencia paralela a la transición energética a la que estamos abocados a asumir como grupo empresarial hacia el futuro es el aún existente déficit y la creciente demanda de electrificación, la necesidad de renovación y de transformación de redes de transporte físico y energético, junto con los servicios de distribución de energía eléctrica.

De modo que a la luz de la necesidad de convertirnos en actores activos en materia de mitigación de cambio climático y calentamiento global, y poder atender las tendencias mundiales de descarbonización y transición energética y electrificación, vimos la oportunidad única en el mundo comparada con nuestros pares en hidrocarburos, que tenía Ecopetrol S.A. como empresa de economía mixta del Estado de integrar a nuestro grupo de empresas a la multinacional ISA S.A., otra empresa que también estaba el bajo control del Estado, con el propósito de pasar de trabajar solo en hidrocarburos a poder ser un grupo energético futurista, integrando Ebitda limpio y diversas soluciones de transporte al camino recorrido y por recorrer en el gas, y al desarrollo de nuevas energías limpias como utilización de fotovoltaica, fabricación de hidrógeno verde, etc.

Entendieron también nuestros equipos en este periodo que de la misma forma en que la inversión estratégica en tecnificación, digitalización y ciberseguridad han sido un factor determinante para haber sorteado la crisis y la pandemia, en el futuro toda esta nueva estructura transformacional debe estar soportada transversalmente de conocimiento e innovación, transformación digital, científica y tecnológica.

Es así, como durante dos años analizamos la oportunidad transformacional de negocios y que finalmente en julio de 2021, le compramos a la nación su participación mayoritaria en ISA, una trasnacional que se integra al Grupo Ecopetrol y que es la parrilla de distribución eléctrica en la mayoría de los países de toda Latinoamérica.

Para todo el Grupo Empresarial Ecopetrol es esencial y necesario cubrir todo lo relacionado con las comunidades y de ser posible siempre hacer de forma anticipada la inversión socio ambiental, ello aporta al buen relacionamiento con gobiernos locales y las comunidades. Igualmente, importante es todo el trabajo constante para mantener altos estándares de seguridad física interna y externa, de todas las personas e instalaciones.

En esto se avanza continuamente e incluye tres aspectos fundamentales que trabajamos a fondo: descarbonización y gestión integral del agua. Dinamización de las economías locales. Educación y difusión de conocimiento y el acceso a servicios públicos.

Participamos también en la formación de espacios continuos de comunicación, capacitación y diálogo con las comunidades, para determinar y dar prioridad a nuestra inversión social de acuerdo con sus principales necesidades.

La seguridad física de las comunidades para nosotros es tan importante como la de nuestros trabajadores y la de nuestra infraestructura. Durante este período nuestros equipos y esta Junta Directiva le ha dedicado primordial atención a la prevención, atención y solución de atentados violentos, de robos y apropiación ilegal de hidrocarburos y al trabajo por medio de convenios que realiza la administración con las diversas autoridades gubernamentales.

En adición a todo lo anterior y de forma coherente con el desarrollo del concepto y la metodología operativa de la SosTecnibilidad, todo el grupo desarrolló un ruta de trabajo ambiciosa en el corto, mediano y largo plazo conocida como “Estrategia 2040” con metas fundamentales como: convertirnos en una empresa neutra en agua; en una empresa auto generadora y en el futuro generadora de energías limpias como el hidrógeno verde, etc.; atender todo lo que significan los compromisos de descarbonización, el desarrollo socio-económico de las comunidades en nuestras áreas de influencia, de mitigación, reforestación programada y natural; y trabajar en conservación de la biodiversidad y el medioambiente.

También quiero referirme a algunos aspectos muy importantes relacionados con nuestras obligaciones directivas y fiduciarias, que nuestros equipos han cubierto con excelencia profesional, mediante un trabajo conjunto articulado entre estos, los diferentes comités de apoyo y la Junta en pleno:

  1. Incorporación continua de nuevos negocios

Hemos avanzado en materia de incorporación de nuevos negocios que adicionan reservas, optimizan existentes y recuperando uno niveles de producción casi que óptimos de acuerdo con nuestras capacidades y necesidades, así como en la eficiencia y los costos de la operación. Felicitamos a los líderes y equipos del GEE por las recientes mejoras y resultados en exploración y producción. Por el nuevo descubrimiento que podría duplicar nuestras existencias y reservas de gas, Uchuva 1, y por otros que pueden venir en camino, por la incorporación de nuevas técnicas de manejo y tecnologías que han ayudado a prolongar la vida útil y los producidos de algunos yacimientos importantes y estratégicos.

GEE hoy, gracias a su buena conducción y posicionamiento internacional en la industria. En la Industria de hidrocarburos unos negocios salen bien, pero dadas sus características técnicas, no existe forma de ir a la fija, por tanto, en muchas exploraciones y negocios los porcentajes de éxito suelen ser bajos en comparación a otro tipo de industrias.

El Grupo Empresarial Ecopetrol en este siglo ha atravesado por un proceso de transformación que, si bien fue de difícil inicio, ha sido exitoso y se ha acelerado más en los años finales de la anterior Junta Directiva y durante el periodo de la actual.

Si algo hace parte esencial de cuanto le adicionó la llegada de Felipe Bayón y su equipo con amplia experiencia técnica y buenas relaciones en la industria de petróleo y gas, fue el posicionamiento nacional e internacional del Grupo, quien hoy es visto como un jugador más que está a la altura de las empresas importantes, pues sin ser uno de los más grandes, su organización y buenas prácticas actuales, su misión y sus metas le permiten formar parte de una liga de proyectos convencionales y de YNC en la cual antes le era imposible acceder y participar.

Hemos avanzado mucho en materia de desinversiones. Los equipos de la administración han venido trabajando con la Junta Directiva en un proceso para, a partir de la taxonomía de desinversiones adoptada por la Junta Directiva, identificar los activos que no presentan una adecuada conformidad con la estrategia corporativa, se han evaluado y se han realizado de manera diligente desinversiones que por no ser estratégicas o por ser insostenibles debido a factores exógenos o circunstanciales que se salen de nuestro control, como fuera el caso de “Bioenergy y Miraflores” entre otras.

En virtud de fallo judicial regresó al Grupo Empresarial Ecopetrol la participación accionaria en Invercolsa. Desde entonces la administración y la Junta Directiva han realizado una tarea de administración y mejora del gobierno corporativo encomiable. Ese es un caso de desinversión por desencaje estratégico que está pendiente de resolver con el nuevo gobierno, al igual que definir cómo proceder con Internexa dentro de las empresas de ISA S.A.

  1. Finanzas, auditoria y riesgos

Hemos realizado un monitoreo y seguimiento, auditoria y prevención, medición y riesgos. Esta es otra de las principales funciones desarrollada constantemente entre la Junta Directiva y los equipos financieros de la administración, con el apoyo de los auditores internos y externos y el área de cumplimiento.

Este trabajo nos permitió establecer en equipo nuevos sistemas de seguimiento en tiempo real y mejores taxonomías estandarizadas de reporte a la Junta Directiva. Incluimos análisis macro y microeconómicos y reportes sobre riesgos exógenos y endógenos que nos llevaron poder contar con “stress test financieros” en tiempo real, que nos permitieron importantes y oportunos ajustes durante las crisis por las que hemos pasado y adoptar políticas como “Net-Zero-Budget” y coberturas de precios, “Zero-Trust Architecture” con monitoreo y trampeos en ciberseguridad, aseguramiento y mejorías en las pólizas de D&O y en general en todo el aseguramiento y reaseguramiento corporativo.

  1. HSE – Salud, seguridad física y medio ambiente. (Health, Safety & Environment)

Hemos avanzado significativamente en todo lo que comprende HSE. Mediante la adopción e implementación de las prácticas y estándares existentes en el mercado.

Durante la pandemia gracias a los equipos manejo de crisis y de trabajo especializados en salud y seguridad laboral, el Grupo Empresarial Ecopetrol se destacó como líder nacional y principal colaborador del sistema de salud del país, en prácticas preventivas, atención, vacunación, acompañamiento y apoyo a nuestro universo corporativo de aproximadamente cincuenta mil personas con sus familias. Fuimos líderes en test, vacunación y acompañamiento; en facilitar el trabajo desde el hogar y en establecer normas que nos permitieron nunca parar y tener plena continuidad de negocios, sin nunca perder la continuidad operativa.

Se crearon centros de control digitalizados que operan 7/24 en tiempo real en monitoreo de operaciones, seguridad y disponibilidad en suministros y abastecimientos al país, y producción.

También se instauró un comité de crisis de funcionamiento permanente, se establecieron los protocolos para su activación y funcionamiento y se aprendió a trabajar de manera continua durante todas las difíciles situaciones que nos ha correspondido sortear: pandemia, depresión económica y de movilidad global, disturbios sociales generalizados, atentados terroristas contra las personas y la infraestructura y desastres naturales. El trabajo coordinado en equipo nos permitió anticiparnos a solucionar todo tipo de situaciones de crisis, prepararnos y estar seguros frente al escalamiento de problemas, y conseguir a la pronta solución de estos.

Con éxito los equipos de la Iguana garantizaron la continuidad del negocio durante todo el periodo en materia de problemas de salud relacionados con COVID-19, apoyo a las comunidades en nuestras zonas de influencia y donde nos solicitó solidaridad el gobierno nacional, donde sufrimos ataques terroristas, disturbios violentos, bloqueos de comunidades a plantas y vías, y accidentes geográficos en las líneas de transporte.

En materia de seguridad del personal y los lugares de trabajo también el comportamiento de los equipos de trabajo y de las metodologías y sistemas de prevención ha dado muy buenos resultados y hemos logrado reducir el número de accidentes e incidentes a récords históricos en la compañía.

En el grupo se han desarrollado todo tipo de mecanismos y procesos preventivos y de atención a este tipo de problemas que han demostrado ser exitosos, sin embargo, no estamos libres de sufrir accidentes fortuitos o descuidos, que cada vez estamos tratando de documentar, analizar y prevenir más, por medio de capacitaciones, mejores medidas de seguridad, procedimientos estandarizados y ayudas tecnológicas avanzadas, que nos han ayudado a avanzar en el consolidado de seguridad. Lamentamos profundamente las ausencias familiares y fatalidades ocurridas, siendo ineludible nuestro compromiso con sus familias y con la continua mejora en nuestros procesos e indicadores de salud y seguridad.

  1. Innovación, digitalización, ciencia y tecnologías

Hemos invertido y avanzado de manera transformacional en toda está área y en materia de ciberseguridad.

Identificación, adopción y absorción tecnológica y digital y la capacitación continua, la mejor educación y el reequipamiento en materia de conocimientos y herramientas digitales de todo nuestro talento humano, ha sido una política constante a partir de la creación del comité de CT&I solicitada en la primera reunión de esta Junta Directiva en 2019. Dentro del concepto T.E.S.G. o SosTecnibilidad el mayor elemento común es la misión de que todas las personas de la compañía tengan la oportunidad de especializarse en su campo o avanzar en otros frentes de la vida laboral y, por ello los magníficos resultados de la empresa en materia calidad de nuestros profesionales.

La inversión en mejor conectividad, digitalización, sistemas, ciberseguridad, ciencia, nuevas tecnologías ha demostrado en el corto plazo retornos y ganancias sustantivos, además de que es garantía de la seguridad y continuación operativa del negocio.

La conectividad y la digitalización acelerada del grupo fue fundamental durante la pandemia y ha sido una salvaguardia de la eficiencia en resultados operativos durante y por fuera de los momentos de crisis. El plan que se tienen es que está sea un área independiente que hemos denominado Econova® al integrar el ICP a la Vicepresidencia de Ciencia, Tecnología e Innovación, de manera que sea una nueva área de negocios que le preste servicios a todo el Grupo Empresarial y, que se soporte en cinco centros de investigación y desarrollo que operen bajo la filosofía de innovación convergente anticipada. 1. Bucaramanga, hidrocarburos. 2. Llanos Orientales, biodiversidad y medio ambiente. 3. Cartagena, hidrogeno verde, 4. Medellín manejo transmisión y distribución de energía eléctrica. 5. Bogotá 5ª., revolución industrial.

  1. En materia de compensación, manejo de recursos humanos

El talento humano y la capacitación continua son alma de la Iguana.

Ha sido crítico para los resultados obtenidos, considerar la continua capacitación, la estabilidad laboral y continuidad de las personas como forma de atraer, retener, mantener y transformar el conocimiento del Grupo Ecopetrol en la medida en que somos hoy una empresa abierta al cambio constante en función de SosTecnibilidad. En este sentido hemos procurado establecer un mecanismo de compensación e incentivos idóneos de corto y largo plazo.

Incorporamos los estándares T.E.S.G., y las metodologías de SosTecnibilidad a las mediciones de resultados de los equipos de trabajo, de los líderes y de todas las personas.

Esta Junta Directiva trabajó en la cultura corporativa existente y en equipo con la administración construimos y aprobamos una declaración de principios que definió nuestro actuar presente y futuro y que hoy está incorporada en el ADN de toda la familia de la Iguana de manera exitosa.

Se está preparando el personal de la compañía para que pueda amoldarse a los cambios constantes que demandan nuevas y mejores tecnologías. En esto nos soportamos en la Universidad de Ecopetrol y los programas continuos de capacitaciones y actividades que incentivan y les permiten a las personas utilizar parte del tiempo de trabajo para capacitarse mejor.

En el área internacional la compañía viene trabajando en la localización y reclutamiento del mejor talento disponible. Debemos destacar como ejemplar la manera como se prepararon las personas enviadas a aprender de yacimientos no concesionales, dentro del proyecto de asociación con “Oxidental Petrolium” en el Permian Basin de Texas.

  1. Gobierno corporativo y procesos internos de GB

Hemos trabajado continuamente en la mejora del gobierno corporativo de todo el GEE.

Desde la primera reunión de Junta Directiva en la que participamos en 2019, establecimos como equipo la importancia de trabajar continuamente con la Vicepresidencia de Asuntos Corporativos y Secretaría General, y con la Presidencia del Grupo en esta área. Fue este también el compromiso adquirido con el Ministerio de Hacienda y Crédito Público, y la recomendación recibida del señor presidente de la República y de comparativos de mercado que realizamos anualmente de la mano de las evaluaciones del presidente de Ecopetrol por parte de la Junta Directiva y de esta por asesores externos independientes.

Año a año en las asambleas de accionistas al igual que en la Junta Directiva y sus comités, fuimos analizando y actualizando políticas de Gobierno Corporativo. Con la ayuda de expertos y evaluadores internos y externos fuimos incorporando las mejores prácticas y estándares de la industria aplicables a compañías que, como Ecopetrol, están registradas y se financian a través de los mercados de valores locales e internacionales, y que continuamente reportan información relevante y estados financieros auditados a dichos mercados financieros.

Todo este trabajo se ha realizado pensando única y exclusivamente en el futuro del Grupo Empresarial Ecopetrol, y está plenamente documentado de modo que quienes nos sucedan puedan contar con la necesaria memoria institucional y con la independencia e idoneidad que demanda la toma de decisiones en un grupo de esta magnitud y que además está compuesto por capital mixto, regulado y monitoreado por los mercados, los analistas y evaluadores financieros, las calificadoras y todo tipo de autoridades empezando por la Agencia Nacional de Hidrocarburos, la Superintendencias Financiera, de Servicios Públicos Domiciliarios, de Sociedades y la Contraloría General de la República, la Procuraduría General de la Nación y la Fiscalía General.

Otro aspecto dentro de la responsabilidad de la Junta Directiva que se ha trabajado exitosamente es la revisión, mejora y establecimiento de una nueva “Política de Sucesión del Talento” en general, en la alta administración y en la Presidencia Ecopetrol.

  1. En este último año hemos trabajado en la implantación de un modelo óptimo de negocios para todo el Grupo Empresarial Ecopetrol.

Es así como a partir de la incorporación de ISA. S. A. en julio de 2021, atendiendo la Estrategia 2040 y las tendencias de Transición Energética de Descarbonización y Electrificación, se pone a Ecopetrol S.A. como accionista, matriz y cabeza de grupo que coordina tres líneas generales de negocio:

  1. Hidrocarburos. Exploración y producción, transporte y refinación.
  2. Soluciones de bajas emisiones. Gas, hidrógeno y otras formas limpias de generación. c. Transmisión de energía y vías lideradas por ISA S. A.

Estás tres grandes líneas de negocios estarán soportadas por soluciones transversales como lo expresado en materia de Econova / C.T&I., y otras de servicios y modelos que cada vez aporten mayores eficiencias a todas las empresas del Grupo.

Hoy el 80 % del Ebitda los aporta el segmento de hidrocarburos y el 20% restante lo aporta ISA. Para 2040 los hidrocarburos deben representar el 40 % y las otras dos líneas de negocio, soluciones de bajas emisiones, transmisión de energía y vías deben representar el 60 % restante.

Tenemos aún mucho por mejorar empezando por nuestras comunicaciones internas y externas, nuestro relacionamiento con la sociedad, grupos de interés, comunidades y los gobiernos de los países donde estamos presentes. Estas son tareas pendientes en las que estamos trabajando.

Nuestra marca es ya una marca fundamentada en el símbolo de la Iguana, está establecida, reconocida y es amada por sí misma interna y externamente, en las regiones productoras, en la industria, entre el público en general entre diferentes segmentos demográficos y en los países donde operamos. Nos debemos al cuidado celoso de nuestra marca/imagen, por ser es un cuantioso activo intangible, representa nuestra propia identidad corporativa. Debemos, además de respetarla, dinamizarla de modo que llegue al corazón de todas las personas a las que llegan nuestros servicios, nuestros productos y los de sus derivados.

Como líderes tenemos la obligación de hacer demostrar con ejemplo efectivo y de educar y comunicar a otros sobre la importancia de los hidrocarburos y sus derivados y en general sobre todas las líneas de manejo y transporte energéticas que trabajamos, y como inciden en cada momento en la calidad de vida diaria de las personas y los otros sectores e industrias que componen la economía, y sobre el debido balance equilibrio entre el desarrollo socioeconómico y el cuidado del medio ambiente.

Por todo lo anterior, gracias a sus líderes y al trabajo en equipo, el grupo empresarial de la Iguana es hoy una gran transnacional latinoamericana en favor de todos los colombianos.

Nuestro equipo dentro de la Junta Directiva

En estas últimas líneas quiero compartirles la forma cómo se realiza nuestro trabajo como equipo directivo.

Finalmente, en lo personal, quiero referirme a la gran experiencia, inesperada, que la vida me ha brindado al recibir la presidencia de esta Junta Directiva, un cargo que mi señor padre desempeñó con gran amor por el grupo empresarial entre septiembre de 2002 y enero de 2014, época en que también se transformó la compañía, iniciando el duro camino de convertirse en jugador independiente en la industria de exploración, producción, transporte, refinación y comercialización, y se dio el primer paso transformacional de apertura a la inversión privada a través de la democratización de una parte sus acciones a inversionistas minoritarios independientes e institucionales y registrándose en la Bolsa de Valores de Nueva York.

Esta junta ha tenido la libertad de obrar siempre con total independencia y transparencia ajustada a la ley, a sus estatutos sociales y a sus reglas de gobierno corporativo, con total autonomía, en función del mejor interés del Grupo Ecopetrol sin influencias externas de ninguna clase. Hemos respetado los fueros y competencias de la administración y no hemos aceptado ni ejercido presiones o injerencias externas. Nos hemos ceñido a obrar dentro del mandato y la responsabilidad fiduciaria que nos obliga, todos tratando de aportar constantemente, manteniendo la diversidad de opiniones y criterios y formando decisiones colectivas informadas y por consenso.

La Junta siempre ha sabido mantener y manejar diversos espacios bajo criterios de total transparencia e independencia en materia de información, deliberación y decisiones, y también en el relacionamiento con el presidente del grupo, la administración y los asesores externos independientes en materia legal y en todo lo relacionado con las decisiones de nuevos negocios.

Debemos destacar nuestra relación de confianza, total transparencia y trabajo en equipo con la alta administración. Para mí ha sido un honor poder servir a lado de mis compañeros en el equipo de la Junta Directiva del Grupo Empresarial Ecopetrol y del presidente de la compañía.

Quiénes componen nuestro equipo directivo.

Nuestro equipo está compuesto por nueve miembros, todos activos, sin suplencias, y por supuesto el presidente de la compañía el ingeniero Dr. Felipe Bayón Pardo.

Destaco en primera instancia la importancia de tener como presidente a un ingeniero energético con experiencia internacional que lidere y maneje la compañía. Ello despolitiza todo nuestro grupo empresarial y lo convierte en una fuente más eficiente de recursos para el Estado, sus accionistas minoritarios y todos los grupos de interés. Destaco sus excepcionales condiciones humanas y profesionales que sobrepasan además de cumplir todos los requisitos de gobierno corporativo y en materia de conocimientos y experiencia.

Nosotros por suerte encontramos dos personas fabulosas al momento de integrar este equipo directivo que representaron la continuidad y la crítica guía del conocimiento y la memoria institucional al momento de entender problemas y propuestas y tomar decisiones.

El doctor Carlos Gustavo Cano, nuestro Yoda visionario, imposible un hombre más conocedor del país, un ser humano extraordinario con una tradición variada dentro del más alto nivel directivo del país es el quien nos lidera y nos empuja hacia el futuro todos los días. Esa ha sido misión en la Junta Directiva. Tiene además amplia experiencia en formación de políticas de Estado, como banquero central, economista, agricultor, diplomático, dirigente gremial, empresario y académico.

El doctor Hernando Ramírez, un geólogo conocedor de la industria y todos sus aspectos técnicos, que siempre nos está recordando lo importante del desarrollo económico de las regiones, las premisas técnicas y operativas de la industria y el relacionamiento con los gobiernos regionales.

Sergio Restrepo y Santiago Perdomo, dos seres humanos y profesionales insuperables, financistas de primera línea con vasta experiencia en mercados, nacional, regional e internacional, insuperables en su agudeza financiera y en su percepción del riesgo, en las formalidades de gestión financiera y contable, auditorías e interacción con los mercados. Ambos, con una larga experiencia y trayectoria en la conducción de grandes grupos económicos y la gestión de grandes proyectos y negocios bursátiles internacionales desde el sector bancario donde ocuparon siempre altas posiciones de liderazgo. Ambos, con un conocimiento de todo el sector empresarial y productivo del país, y de los mercados y bolsas de valores regionales e internacionales. Ambos, con un manejo muy claro de las realidades de la economía y la política regional global.

Esteban Pedradita, un gran profesional con experiencia en Colombia e internacional y capacidad analítica, y ante todo un muy buen ser humano con profundo sentido social, formado en Harvard y en el Banco Interamericano de Desarrollo BID, exdirector de Planeación Nacional y que ya había pasado por la Junta de Ecopetrol S. A., y por muchas más de gran responsabilidad en otros momentos. Un gran líder gremial y de la academia en el sur del país, que además fue presidente ejecutivo de la Cámara de Comercio de Cali y es hoy rector de la Universidad ECESI.

Orlando Ayala. Quien por suerte para el grupo y el país atendió el llamado a servir y nos honró durante dos años largos con su amplia sabiduría y conocimientos globales, corporativos/empresariales y tecnológicos; un hombre hecho a pulso estudiando en las noches su carrera en la Universidad Tadeo Lozano que salió del país e hizo carrera hasta llegar a ser quien le ayudó a Bill Gates a llevar a Microsoft a unos 150 países. Miembro además de la misión de sabios que instauró el presidente Duque al inicio de su gobierno.

Cecilia María Vélez, que para mí ha sido la mejor ministra de Educación de este país y que dignificó el magisterio en Colombia. Educada también en Harvard es una de las economistas más profesionales agudas y acuciosas del país, fue rectora de universidad y está dotada de un gran sentido común que respaldan su capacidad analítica y decisiva y su gran sencillez y calidad humana.

Juan Emilio Posada, un gran empresario, con una ética personal y de trabajo intachable, gran administrador, ejecutor, hombre estudioso y poseedor de una disciplina y dedicación al trabajo admirables. Con vasta experiencia en todo tipo de procesos administrativos y manejos de crisis de todo tipo derivada de largos años de banquero y como CEO en la difícil industria aeronáutica.

Germán Eduardo Quintero, un gran abogado con profundo conocimiento del derecho y de su aplicación a los negocios. Con una experiencia en el sector público y privado y con unas condiciones profesionales y personales de sensatez, mesura u excelencia en el análisis y juicio de problemáticas y oportunidades, viabilidad de proyectos y ajuste a las normativas nacionales e internacionales difícil de superar.

Ganamos porque jugamos como equipo

Hemos podido cumplir nuestra responsabilidad porque cada uno sabe jugar su posición, somos un equipo capaz de enfrentar con absoluta transparencia, independencia y determinación cualquier decisión y situación que nos corresponda resolver.

Los buenos equipos dentro del liderazgo tienen que funcionar con transparencia absoluta y una conversación clara. Y eso es los que nos ha mantenido atentos y dispuestos en épocas complejas.

El liderazgo, aunque es una cosa personal, influye muchísimo en los demás. Pero no hay líder sin equipo y por eso los equipos tienen que llegar a un nivel tal de entendimiento, que su conversación se convierta en que solo sea necesario mirarse entre los integrantes, para que cada uno sepa qué es lo que tiene que hacer.

Por lo anterior estoy convencido de que nosotros hemos podido ayudar a que las políticas de la empresa y de todo el grupo empresarial se hayan mejorado bajo decisiones acertadas.

El mensaje que queremos dejar consignado como Junta Directiva es que se ha hecho un trabajo con visión estratégica, dedicación, pasión, determinación, apertura mental y mucho amor por la Iguana, y que nos sentimos orgullosos de todos los equipos que hemos soportado con nuestras decisiones pues gracias a ellos pudimos sortear con utilidades todos los acontecimientos extraordinarios del 2020 y haber conseguido resultados históricos en 2021 y lo que va del 2022.

Agradecimiento final

Gracias al presidente Bayón y a todo su equipo. Gracias a todos, hasta último obrero de la compañía y a sus familias. Gracias al señor presidente de la República doctor Iván Duque Márquez, por su continuo interés en el bienestar y crecimiento de este activo estratégico de toda la nación. Gracias a sus ministros de Hacienda, doctores Alberto Carrasquilla Barrero y José Manuel Restrepo Abondano, a los ministros de Minas y Energía, Dra. María Fernanda Suarez y Dr. Diego Mesa Puyo, a la ANH, su presidente, y a las personas de las superintendencias, órganos de control y de la Presidencia que han interactuado con nosotros en este periodo, por la confianza y ayuda por haber hecho equipo con nosotros y haber respetado la independencia de esta Junta en el cumplimiento estricto de su mandato fiduciario y estatutario e igualmente del Grupo Empresarial Ecopetrol.

Muchas gracias.

Luis Guillermo Echeverri Vélez

Presidente de la Junta Directiva Ecopetrol S.A.

¿Cambio para construir o cambio para destruir?

1- Vivimos en la era del conocimiento, en la que todo cambio debería estar enmarcado en estricta legalidad, dirigido a fortalecer el sistema de libre emprendimiento y tener como objetivo una mayor equidad social.

La sociedad actual demanda transformaciones y líderes o agentes de cambio que sean positivos, visionarios, cada día más preparados, profesionales, sensatos y honorables. ¿Estamos cumpliendo con esto?

Precisamente cuando el fracasado socialismo se vale del terror, la tensión social y la violencia para tratar de ofrecer gratis lo imposible y luego imponer procesos revolucionarios sobre naciones pobres, de ingreso medio y en vía de desarrollo, es cuando con más cuidado debemos elegir a nuestros líderes en función del desarrollo y del crecimiento del país y no de nuestras conveniencias o insatisfacciones personales.

Pensando en lo anterior y en el momento crítico que vive Colombia, quiero compartir con el lector esta alegoría que encontré hace años en una herrería de la Provincia de Huelva:

Por un clavo se pierde una herradura,
por una herradura se pierde un caballo,
por un caballo se pierde un caballero,
por un caballero se pierde una batalla,
Por una batalla de pierde una guerra,
y por una guerra se pierde un imperio.

Atención Colombia, hay que votar bien, pues por un voto por un falso cambio, envuelto en el papel de los engaños demagógicos, podemos perder el imperio de la ley.

Ese imperio de la ley es lo que más debería custodiar hoy la desdibujada justicia. La cultura de la legalidad representa la única garantía de la equitativa medida necesaria entre libertad y orden que mantiene el pacto social en procura de la sana convivencia y que otorga seguridad jurídica a la confianza inversionista de la cual depende el crecimiento económico como única forma de mejorar la calidad de vida de toda la nación.

Y es que para saber si un cambio puede ser para bien y no para mal, hay que entender que no es el Estado ni son los políticos los que generan crecimiento económico y desarrollo social. Es el trabajo de los particulares y de las empresas la única verdadera fuente de riqueza de toda nación.

Miremos las realidades de las últimas décadas en países como Cuba, Venezuela y Nicaragua, y no traguemos entero.

No nos neguemos a ver y reconocer los cambios positivos de Colombia en los últimos años y los avances logrados como nación, como país y como sociedad. Algo que a los medios y a los analistas les cuesta tanto reconocer, pues hablar de lo positivo ya no vende. Pero hay que darle tiempo al tiempo y entender que el cambiar por cambiar solo genera la destrucción del país que necesitamos para poder trabajar y vivir con tranquilidad y esperanza.

  1. ¡El derecho al progreso de una nación no es propiedad intelectual ni exclusiva de ningún tipo de ideología, menos en la era del conocimiento que vivimos!

El progreso verdadero se llama desarrollo socio-económico. Y solo se genera sobre la utilidad que produce el trabajo de los capitales privados, que con la creación de emprendimientos le imprimen movilidad y velocidad a la economía generando así crecimiento, empleos e ingresos, de los cuales se descuenta la pesada carga de una Estado fundado para mantener un orden justo y unas libertades de mercado dentro de un marco cívico de cumplimiento del deber.

Ningún sistema de conducción del Estado produce por sí mismo utilidades suficientes para mantener una sociedad entera.

Y menos aún, le dan las cuentas a socialismo alguno en medio de una cultura mafiosa impuesta por el interés anárquico del narcotráfico representado por toda suerte de organizaciones criminales que se valen del terror y del miedo, la inconformidad y la zozobra de una sociedad que les ha permitido estar inmiscuidos en el acontecer tradicional de la política compuesta de una colección de gavillas clientelistas y de corruptos y de figuras anacrónicas adictas al poder burocrático, una cómoda burguesía que habita hoy en entidades secuestradas ideológicamente, como es el caso de gran parte de las Cortes y entidades de control, y como Fecode, organización que solo genera hordas de jóvenes “NiNis” o jóvenes que ni estudian ni trabajan y creen que es el Estado o son sus padres y no su propio esfuerzo y trabajo el que tiene que mantenerlos.

  1. Hablemos claro: ¿Cuál cambio? ¿Qué cambio? ¿Qué debe cambiar y qué no?

En toda campaña política siempre hablan convenientemente de cambiar. Pero cuando los candidatos no están preparados para hacer un buen gobierno dentro del marco legal establecido, sino que sus propuestas están coartadas por la demagogia ideológica populista, siempre la embarran cuando empiezan a dar explicaciones.

Convengamos en que el cambio en el mundo actual es constante e inevitable. Somos una civilización mutante en la cual hay cambios transformacionales por lo general lógicos, constructivos, positivos, y también los hay destructivos. Hay cambios incontrolables cuando provienen de la fuerza y las evoluciones de la naturaleza, pero que cuando provienen de procesos sociales revolucionarios son controlables por medio de la legalidad. Y es que en el mundo actual muchos cambios, aunque disfrazados de falsas democracias, están realmente asociados a narcotráfico, violencia y corrupción.

Como sociedad informada, ya deberíamos haber entendido que al cambio no lo encarna un solo individuo dentro de una democracia representativa en la cual el 85% de las personas no cree en ninguno de los partidos ni de los políticos, sean ellos de izquierda, centro o derecha, y que el cambio por cambiar, evocado por la dialéctica demagógica y enarbolado por los candidatos populistas, está compuesto de embustes y premisas falsas completamente verificables.

Las culturas de las naciones son solo la suma de las conductas de los individuos que las constituyen. Entonces hay que entender qué es lo que realmente se debe cambiar, cómo cambiarlo, y cómo podemos todos contribuir dentro de una sociedad a un cambio positivo. Lo cual requiere una cultura política enmarcada en la unidad de propósito nacional de desarrollo colectivo y colaborativo, sin odios ni individualismos, y una convivencia social y económica seguras.

Entendamos que es cada individuo en relación con su formación cultural, cada institución y cada empresa, el que tiene que pensar en cómo cambiar todo un país para bien, y darse cuenta de que en esta era del conocimiento, en primer lugar, uno cambia para bien, o en segundo lo cambian para mal.

Lo anterior supone entender qué es lo que realmente quieren y pretenden los que nos están vendiendo un cambio en medio de un proceso electoral: o generar caos para luego controlar, hacerse al poder para imponer un control estatal que cercena libertades; o ser agentes del cambio positivo que nos ofrece la era de transformación digital–tecnológica y científica que vive nuestra civilización.

  1. ¡Hay que cambiar porque este es un país de corruptos!

¡Ah, pero qué fácil se dice! Y si todos somos corruptos, “que tire la primera piedra el que esté libre de pecado”. Alguien que me explique: ¿Cómo es que los corruptos van a cambiar una nación?

El hoy tan extraviado deber ser, asociado al interés general, indica que siempre hay que luchar contra la corrupción. Pero convengamos también en que aquí no todos somos corruptos, y que la gran mayoría de la gente no es corrupta y, por el contrario, la mayoría labora y vive honradamente.

Aquí, como en todas partes, hay niveles altos de corrupción que involucran tanto lo público como lo privado, pero lo grave no es solo eso, lo más grave es la cultura embustera, tramposa y mafiosa de esas minorías que han sido corruptas siempre y que ahora quieren reclamar el poder dándoselas de transparentes, acusando a las personas honorables de lo que impulsa su propio mal proceder.

  1. ¡Hay que cambiar, pues no podemos seguir en manos de los mismos de siempre!

El que diga eso, simplemente miente. No conoce, no ha estudiado y no entendió la verdadera historia política de nuestro país, ni la naturaleza de las elecciones presidenciales de lo que va corrido de este siglo, ni comprende los fundamentos y los valores éticos de quienes han apostado auténticamente por un mejor país para todos.

Hoy el populismo se vale de una dialéctica y una retórica negativa que no solucionan los problemas que presentan las democracias representativas y los gobiernos populistas de la región.

Los que van al Congreso son elegidos por nosotros, pero tristemente por lo general no trabajan por sus electores ni para el país, sino para ellos mismos o sus causas personales. Ese es el problema de tener tantas personas cuya única vocación es ser de profesión político, como forma única de ganarse la vida.

Que no digan los que llevan veinte años en el Congreso que no son ellos los mismos de siempre. Eso y la falta de procesos de selección profesional, es lo que ha permitido que los poderes del Estado, especialmente el legislativo, las cortes y algunos mandos medios burocráticos de entidades de control, y el poder administrativo que responde al caciquismo clientelista congresional, se hayan permeado de una cultura mafiosa y una carga ideológica que representa una implosión del deber ser estatal.

  1. ¡Hay que cambiar porque hay muerte, violencia, pobreza, desigualdad e injusticias!

Claro que hay conductas inhumanas y deleznables que hay que cambiar en Colombia. Aquí y en todas partes la seguridad ciudadana es el supuesto esencial que debe garantizar el Estado. La pregunta que hay que hacer es si esa problemática debe cambiarla un violento con prontuario, o toda la institucionalidad.

Aquí el problema es la institucionalización de la convivencia con el delito. Lo más fácil en medio del inmediatismo es convivir con la delincuencia. Y lo usual es culpar al Estado para así hacerse al poder, sin reconocer que en todos esos aspectos negativos que ha generado el crimen organizado, venimos mejorando cada año, cada lustro, cada década, y que no son asuntos tan simples ni tan fáciles de solucionar como cambiarse de camisa.

Decir que no queremos más violencia y que hay que perdonar ante las acciones del sanguinario narco-terrorismo comunista entreverado en los poderes del Estado, no es un cambio. Hay que comprender que la solución no es entregarle el poder del cambio a cualquiera, y menos a quienes representan las organizaciones criminales amancebadas con la política tradicional.

  1. ¡No son los mismos políticos y guerrilleros de siempre los que pueden cambiar este país!

Si queremos un cambio transformacional positivo, no es un presidente y su gobierno, es toda la sociedad y sus instituciones democráticas la que tiene que cambiar y defender el país y sus valores fundacionales.

Decía mi padre en una de sus intervenciones al frente del sector industrial colombiano sobre la importancia del debido y responsable manejo de la economía y el poder: “Si el balance del país no es bueno, el balance de las empresas no puede ser bueno, y por tanto el de las familias y las personas no puede ser bueno”.

No votes en blanco, pues con eso le estás haciendo trampa a tu país. No apoyes con tu voto a los mismos de siempre, lo peor de la politiquería colombiana asociado a la narco-guerrilla terrorista que aboga por un cambio para controlar a Colombia y destruir la libertad de empresa, los mercados y los verdaderos valores democráticos que representan las condiciones en las cuales se genera la confianza inversionista y con ella el crecimiento económico. Además, la casilla del voto en blanco en el tarjetón de la segunda vuelta de la elección para presidente, es abiertamente inconstitucional.

"Yo y el tiempo le podemos a otros dos"

Mi maestro me enseñó que cualquier destreza, virtud o solución demanda un elemento esencial: tiempo. Y de ahí el decir que “Yo y el tiempo le podemos a otros dos”. Pues, ya cuando sea tarde, solo quedan los lamentos.

Están los ánimos y las susceptibilidades caldeadas en el hervidero inevitable de la “merienda electoral” que se avecina. Y por ello esta máxima cobra peso importantísimo en materia de sensatez al entender la razón por la cual Colombia entera necesita comprender por qué y cómo votar el próximo domingo 19.

Aquí hay que ser conscientes, que la razón por la cual votaremos el 19 de junio es para ganar tiempo en libertad y tener la posibilidad de imprimirle orden al ejercicio del liderazgo en nuestra sociedad, conservando nuestros valores democráticos fundacionales de “libertad y orden”, con el único fin de asumir nuestras responsabilidades cívicas como miembros de una nación libre y seguir por el camino en que podamos construir todos, un mejor futuro.

Abstenerse o votar en blanco, es cobardía y representa negarnos el tiempo necesario para ser responsables con las generaciones futuras, representa darles el mal ejemplo de apoyar a la política tradicional encamada con el narcoterrorismo comunista disfrazado del cambio utópico que siempre ofrece el extremismo socialista bajo los efectos de la ilusión revolucionaria.

Abstenerse o votar en blanco, equivale a que voluntariamente nos dejamos rodar de cabezas por el abismo revolucionario de la destrucción total de los valores democráticos de nuestra sociedad y permitir, en un solo día, abrir la puerta de atrás a quienes vienen a destruir valor de los medios productivos que mantienen nuestra economía y sus empleos.

Tenemos pocos días para dejar de lado el chat y las noticias especulativas, y sentarnos a hablar seriamente con todas aquellas personas en edad de votar que conforman nuestro entorno, y explicarles la razón por la cual debemos votar en favor de que la nación colombiana no pierda algo que después puede resultar tan irrecuperable como su libertad, sus derechos, su dignidad y ese tiempo que representa la última oportunidad de unirse, ordenarse y prosperar en democracia.

Cuando el alumno se raja, el que no sirve es el maestro

Como sociedad estamos hoy pagando muchos errores de nuestros antepasados; yerros que como nación y país debemos tratar de enmendar con las debidas proporciones de sentido común, inteligencia y humildad, antes de que sean fuerzas afines a la corrupción, la violencia y el narcotráfico las que de forma equívoca realicen cambios profundos soportados en una filosofía revolucionaria perversa y destructiva, que luego resulten irremediables en materia de pérdida de valores democráticos, cultura media y civismo en toda nuestra sociedad.

En mi humilde opinión, todos los problemas sociales parten de la formación básica y el proceso de educación de las personas, que se origina del ejemplo que los niños ven en el hogar, en la escuela y luego en el referente de aquellos pares o grupos con los cuales se relacionan durante su maduración y formación; algo que de la niñez pasa por la adolescencia y termina con las responsabilidades que debemos asumir como ciudadanos al convertirnos en adultos.

A mi juicio, el error más grande de quienes tras casi un siglo de guerras civiles y debate desdeñable e improductivo, ignorando las realidades y las subculturas que integraron nuestra nación hace ya dos siglos, fue no haber optado por un modelo federal, en el cual la necesidad y conveniencia del espíritu asociativo o cooperativo nos hubiera unido en un sistema donde cada región aportaría las ventajas de su identidad a una federación que velaría por los intereses de toda la nación, en lugar de tener en medio de esta agreste dificultad geográfica tropical, el sistema operativo del poder centralista, acaparador, abusivo, clientelista y discriminante que tenemos.

Pero un cambio a un modelo federativo como el que tienen muchas naciones que han logrado unidad de propósito en materia de desarrollo, resulta utópico en medio de la mezquindad de las élites del poder capitalino vendidas a la conveniencia, y la dificultad que puede representar tener el poder en las manos de fuerzas criminales que nos podrían lleven a una guerra civil. Dios no lo permita.

Históricamente, nuestra sociedad controlada por la cultura encomendera centralista, ha menospreciado y mal tratado socialmente a tres actores esenciales para el desarrollo y la sana convivencia nacional:

Los maestros, que son quienes tienen la misión de educar nuestros hijos cuando no están en el hogar; los miembros de las fuerzas armadas, que son quienes custodian nuestras vidas, nuestras normas y nuestros haberes, y los jueces, que son quienes, con equidad, imparcialidad y rectitud, tienen la misión de solucionar en estricto derecho, nuestras disputas, conflictos y problemas.

Colombia no puede seguir entrando en la inercia de pregonar democracia y apertura en el debate, pero que cuando se expresan ideas diferentes, aunque no necesariamente encontradas con las del indefinible y mal denominado progresismo moderno, entonces sean rechazadas o satanizadas como polarizadoras e inadmisibles, sin sopesar su virtud en función del deber ser, el sentido común, la ética o la moral media que requiere toda sociedad para poder avanzar en el difícil sendero del desarrollo.

Vivimos en la era del conocimiento donde el internet y la conectividad representan el factor de equidad más grande que haya visto la historia de civilización alguna, vivimos en la era donde los dogmas han sido desplazados por el conocimiento de la naturaleza, y así como no podemos permitirnos que un solo niño sufra de por vida de pobreza intelectual a causa de desnutrición, violencia intrafamiliar o inseguridad física, el maestro no puede enseñar valores si no está debidamente calificado y reconocido, y menos, si su ideología está predeterminada.

La nación colombiana precisa de un sistema que forme mejor y dignifique a los educadores, para que sus pupilos puedan triunfar en la vida, un sistema que los califique para poder garantizar que el docente cumple su propósito formativo, cuando no se le rajan los alumnos.

No se le puede pedir al uniformado que defienda el deber ser, cuando quienes ostentan el poder premian a los delincuentes y a las organizaciones criminales, dándoles espacios primordiales dentro de la escala social del poder político y dirigencial.

De la misma forma, no podemos pedirle a la rama judicial que obre con justicia, cuando está politizado e ideologizado el sistema que rige su estructura. Para que una nación pueda tener un sistema económico y de relacionamiento social funcional, los jueces tienen que estar capacitados y socialmente reconocidos para que su justicia pueda ser ciega, imparcial, ética, honrada e implacable.

Algo anda muy mal en la forma en que, por un lado, ignoramos a quienes se comportan debidamente y cumplen sus obligaciones cívicas, y por otro premiamos con reconocimiento mediático, político y social, a quienes obran por fuera del debido marco del interés general, fundamentados en ideas revolucionarias y no transformacionales como son el odio, la conveniencia individual o la envidia que es el camino más corto al resentimiento.

Debemos ya dejar atrás el modelo del “Estado cantinero” en el cual con el producido del vicio se financia una educación de baja calidad, y no ir a extrapolarlo a toda otra suerte de actividades ilegales en manos de la clase política nacional.

Es el momento en que el país tiene que pensar a largo plazo y realmente darle el espacio de importancia y reconocimiento que se merecen dentro de las estructuras sociales e invertir en la formación profesional estricta, cualitativa y exigente de los maestros, los uniformados y los jueces, pues es en sus manos donde está jugado el futuro de toda la nación.

¡La oferta de valor de la lumbrera que aspira a ser nuestro presidente!

Reflexionemos sobre qué es lo tan bueno que le ofrece Petro a Colombia. Aún estamos a tiempo. Un buen amigo me recordó hoy el viejo adagio que dice: “Se puede engañar a mucha gente, durante mucho tiempo, pero no se puede engañar a todo el mundo todo el tiempo”.

Literalmente, las siguientes son parte de las promesas que componen la oferta de valor del cambio revolucionario destructivo que vociferan Gustavo Petro y el Pacto Histórico, engañando al pueblo colombiano:

  1. Escasez y carestía de energía eléctrica

Petro promete una nación sin energía eléctrica suficiente, porque dice que va a desembalsar o tumbar la presa de Hidroituango en el río Cauca que ya está terminada y que probó resistir toda suerte de problemas. Entra en operación a medio año representando el 17% de la producción de energía, en un país con una población y una demanda creciente.

  1. Escasez y carestía de combustibles nacionales (gasolina, diésel y gas)

Petro promete un futuro para el país, sin gas nacional para cocinar y para las industrias, ni Petróleo nacional (gasolina y diésel) para poder transportarnos y transportar todos los suministros de nuestra industria, comercio y consumo, pues anunció que va a prohibir la exploración futura de hidrocarburos. Lo que Petro no dice ni explica es: ¿De dónde los va a importar, con qué recursos los va a pagar y a cómo nos van a costar? Los motores no prenden ni funcionan con aguacate.

  1. Unas regiones sin regalías ni recursos para su desarrollo

Petro promete un país sin regalías para el desarrollo de las regiones, pues anuncia prohibir la explotación de las abundantes reservas de recursos minerales, mientras por otro lado sus compromisos políticos no le permitirán tocar la devastadora minería ilegal que le pertenece a sus aliados promotores del narcoterrorismo, ELN, FARC, EPL, Clan del Golfo, GAOS, bacrims, etc.

  1. Un Estado y una hacienda pública sin posibilidad de generar ingresos

De ñapa, en un país donde los particulares y las empresas no tienen mayor capacidad tributaria, Petro, sin entender realmente en qué consiste la fracturación hidráulica, anunció que prohibirá la explotación de Yacimientos no convencionales de hidrocarburos, lo cual representa negarle a la nación y al propio Estado gran parte de los ingresos futuros no tributarios de nuestro país en el corto plazo, que son esenciales para cerrar la creciente brecha actual y futura entre las incrementales necesidades presupuestales y la decreciente proyección de los ingresos del Estado. Aprendamos de errores como el cometido por Alemania que, por complacencia con presiones politiqueras internas, quedó sin producción propia y dependiendo de un solo proveedor energético que hoy la extorsiona abiertamente.

  1. Un país impune, unos territorios con sus bosques deforestados, una gran devastación ambiental y de la biodiversidad y una juventud adicta a las drogas

Cuando el mundo más necesita proteger el planeta, reforestar y sellar las selvas tropicales, Petro promete un país con un bosque tropical húmedo deforestando en proporciones alarmantes, pues anuncia que indultará a todos los que hoy hacen parte del negocio de siembra, producción, proceso de hojas de coca y producción de cocaína y bazuco. Eso sin mencionar que, con Petro, como iba ocurriendo durante su mandato en Bogotá, nuestra juventud se irá convirtiendo en una colección de adictos inútiles, irremediables y de zombis, que representan una gran carga a sus familias, al sistema de salud y al Estado.

  1. Un país administrando un empobrecimiento perpetuo a causa de una economía contributiva sin inversión y sin libertad de emprendimiento

Petro propone un país sin propietarios, pues anuncia democratización, estatización y por tanto expropiación de la propiedad de activos productivos estratégicos en los principales sectores de la economía. Ello al igual que en todos los sistemas afectados por el socialismo del siglo xxi, con seguridad pasa primero a manos de burocracias incapaces de manejarlos con eficiencia, y termina entregando a dedo, a toda clase de criminales lo que los particulares hemos trabajado y construido en más 212 años en materia de industrias y agroindustrias productivas tecnificadas.

  1. Un sector agropecuario y un sistema de actividades y sectores económicos sin crédito ni mecanismos de financiación para los comerciantes y productores de alimentos, bienes, insumos y servicios

Petro en su ignorante y embustera dialéctica demagógica populista, ofrece hacer todo lo que ya hizo el gobierno de Duque en el Banco Agrario y las demás herramientas financieras del Estado. Pero ojo vivo, que, si estos instrumentos financieros caen de nuevo en manos de sus corruptos amigos clientelistas del congreso, quedarán los agricultores, industriales y comerciantes del país sin sus principales fuentes de financiamiento.

  1. Un país sin seguridad jurídica, sin inversión privada, sin factores de crecimiento económico ni de generación de empleo

Justo en el momento en que más crece y más le puede llegar inversión productiva a Colombia, Petro espanta la inversión extranjera directa y la inversión doméstica y, por tanto, quedaría el país sin manera de crecer la economía y de generar nuevos empleos. Entendamos que sus ideas y su trayectoria generan pánico en los mercados y causan un éxodo de capitales productivos y ahorros privados, que son los que pagan impuestos al Estado y soportan el sistema financiero privado. Ni Petro ni el socialismo del siglo xxi explican, ¿cómo hará un Estado empobrecido para subsistir sin sector privado y darles empleo a 50 millones de colombianos? Pregunten qué pasa en Cuba.

  1. Un país sin acceso al financiamiento de la banca multilateral y los mercados financieros internacionales y domésticos

Las descabelladas e inverosímiles, inconscientes, incoherentes e irresponsables promesas de Petro, naturalmente producen pánico y evidencian riesgo entre quienes manejan los factores productivos de nuestra economía y quienes nos evalúan. Hoy sobre la base de las encuestas que publican los medios, ya se está generando una gran fuga de capitales, una pérdida de valor y confianza económica, devaluación de nuestra moneda, inflación y por tanto se viene una baja en la calificación crediticia de la nación, con un castigo fuerte al valor de la deuda, habrá devaluación, pérdida de poder adquisitivo del peso, encarecimiento del crédito y se cierran todas la puertas y posibilidades a Colombia en materia de acceso a financiamiento externo e interno.

  1. Un país con todos los trabajadores perdiendo sus ahorros personales y con los adultos mayores sumidos en la pobreza

Petro propuso abiertamente estatizar los fondos privados de administración de pensiones para que pasen de un régimen regulado por los mercados y por sistemas idóneos de control, a las manos de la jauría política del Congreso y los malos manejos de una administración pública clientelista, politiquera, incompetente y corrupta. Produce aún más inseguridad, la tímida y temerosa defensa de los gremios y asociaciones en esta materia, y en general su ausencia ante toda la amenaza de pérdida de institucionalidad democrática. ¿A qué tipo de asociados van a representar?

  1. Un país con un sistema de salud insuficiente e incapaz de suplir las demandas de una población creciente

Petro, propone un cambio en la salud que consiste en el desmonte del sistema de entidades aseguradoras y prestadoras del servicio de salud que demostró ser eficiente y efectivo ante el inmenso reto que le impuso el manejo de la pandemia. Propone que reemplacemos el sistema de aseguramiento actual y entremos todos en un esquema estatizado de una supuesta medicina preventiva que ya ha fracasado en Cuba y en Venezuela, y que no explica para nada, cómo ni con qué dineros, va el Estado pagar, a curar las reales dolencias y enfermedades de toda nuestra población, ni cómo podrá el Estado convertir a todo el personal de salud en empleados públicos de un Estado insolvente propio de los sistemas comunistas. Lo que Petro propone no es más que aumentar los abusos y el robo oficial ya existente en la parte del sistema de salud público nacional controlado históricamente por la corrupción política parlamentaria y regional. ¿Cómo atenderemos la salud de toda una población si esta queda circunscrita a cada barrio y a cargo de un funcionario público controlado por los políticos?

  1. Un país con un gobierno que promueve el terrorismo y valida la ilegalidad

El terrorista que aspira a la presidencia en entrevista de Semana, con Vicky Dávila, advirtió a toda la sociedad, a sus opositores en democracia y al país entero, que, si no le permiten ser presidente por ser guerrillero, habrá y tendremos que sufrir un terrorismo siglo xxi tipo ISIS. Ya en el 2021 quedó plenamente demostrada y documentada la capacidad de liderazgo incendiario y destructivo que tienen él y su libretista Bolívar para aprovecharse de la juventud y engañar al país entero en asociación con toda clase de organizaciones criminales. También advierte Petro que instaurará en paralelo con la justicia ordinaria y con la Justicia Especial para el fallido acuerdo de paz con las FARC-EP (JEP), un mecanismo de justicia especial para los narcotraficantes que terminará sin duda en un sistema inquisidor para sus víctimas, los héroes de la patria y los líderes de diversos sectores económicos productivos. ¿Contra quién, aparte del pueblo, ejercerán el terror los terroristas una vez estén encaramados en el poder?

  1. Un país sin justicia y sin explicación de cómo manejará la seguridad ciudadana y las fuerzas armadas

De lo que no parecen percatarse las cortes con sus múltiples instancias afectadas por el clientelismo y la corrupción económica e ideológica, y algunos de los entes de control que están pasando de agache, es su autodestrucción ante lo que puede ser la toma del poder por la vía democrática, mediante prácticas ilegales del poder por parte de la narco guerrilla en asociación con toda suerte de organizaciones criminales. Y es que, con Petro al comando, quedará el país sin justicia, pues, ¿Para qué tener o de qué sirve un sistema judicial imparcial, equilibrado e implacable, si un gobernante anuncia de manera dictatorial, que le dará perdón social en lugar de sanción legal o social a todo tipo de criminales y terroristas? Y esto nos lleva a preguntarnos, ¿quién, bajo qué parámetros y con qué tipo de ideología, manejarán la seguridad ciudadana y el combate contra las organizaciones criminales? Petro propone eliminar el Esmad, reformar la policía y las fuerzas armadas, no explica cómo, pero, si sus aliados en el Pacto Histórico son los más avezados políticos corruptos del país y las organizaciones criminales al margen de la ley, ¿cómo se compagina eso con unas fuerzas armadas establecidas para hacer cumplir la constitución y las leyes, mantener el orden, la seguridad ciudadana y los valores democráticos? ¿Veremos los sanguinarios criminales cabecillas disfrazados de generales?

  1. Un país con la libertad de expresión, crítica e información cercenadas

Anoten que quedará el país, como en todo régimen comunista, sin libertad de expresión, crítica e información, pues cuando los populismos se convierten en totalitarismos, ejercen control directo y absoluto de la información. ¿Veremos la defunción de los medios en una fosa común, cuando se queden sin a quién criticar porque se les prohíba o sean sometidos al reemplazo por medios estatales, a un cierre o la expulsión como ocurrió en Venezuela?

  1. La instauración de un modelo económico y de desarrollo social propio del socialismo del siglo xxi, con el cual está el pacto histórico comprometido

El cambio que nos ofrece Petro a los colombianos es negativo, y consiste en tener un país incoherente a los ojos del mundo desarrollado con el riesgo de que los abusos de poder y las violaciones al sistema legal y normativo democrático, pasen a ser exponenciales, como es el caso de Cuba, Venezuela, Nicaragua y el camino por el cual transitan Argentina, México, Perú, Chile, Bolivia entre otros. Consiste en enmascarar como pseudo democracia una dictadura revolucionaria, lo cual representa un infinito costo de oportunidad en comparación con el momento positivo de recuperación que vive el país, a cuenta de la desinstitucionalización y del odio de clases y la promoción de minorías, y un sindicalismo que sin empresas sanas y productivas se queda sin sustento ni a quien reclamarle. Las propuestas de Petro nos llevan a una fragmentación y división del control territorial del país o a tener que vivir ente una constante multiplicidad de conflictos y enfrentamientos entre la diversidad de organizaciones criminales que ya operan en Colombia.

¡Que lumbrera Dios mío! ¿Por qué no nos dimos cuenta de su astucia y lo elegimos antes?

Evitemos la destrucción del valor de nuestro país, no respaldemos al terrorismo criminal que se esconde tras el engaño populista de Petro. Votemos bien el 29 de mayo, votemos por Colombia y por nuestra libertad y la de nuestros hijos.

¡Los ladrones solo son amigos hasta que se reparte el botín!

El mundo y la región tienen los ojos puestos en las elecciones colombianas. Recordemos que los ladrones son amigos hasta el momento de repartir, y el botín en este caso, son los próximos comicios presidenciales.

Nos muestra la historia que las democracias empiezan a perderse cuando el ciudadano pierde la confianza en el sistema electoral, y empiezan a caer cuando al menos uno de los contendores con posibilidades está por encima de la ley, cuenta con recursos ilimitados, tiene respaldo armado y se vale del terror para amedrentar a la población.

Es hora de que el país entero juegue con la camiseta de ganar y vote por la libertad, rechazando los ataques de las fuerzas que nos quieren convertir en perdedores y llevarnos al decrecimiento y la autodestrucción. Esto no se soluciona firmando más acuerdos lisonjeros, con los cuales solo se legitima lo que los ilegales nunca van a cumplir.

Llegó el momento de unirnos frente a una compleja realidad; la infiltración ideológica de quienes han sido victimarios, en el sistema educativo y en muchas entidades del Estado como la justicia, el parlamento y los entes de control. Tenemos que pronunciarnos en contra de la forma como están amenazando a los trabajadores para que no puedan ir a laborar y sientan miedo de votar, generando angustias y destrucción de valor en las poblaciones más afectadas por el microtráfico y el narcotráfico.

Los colombianos somos un pueblo honrado y trabajador. No le apostemos más a las falsas promesas de asesinos, cacos, ideólogos resentidos, terroristas y seres degenerados que hablan de arreglar el país mientras amenazan con terrorismo, estatización, concesión de perdón social y creación de mecanismos jurídicos absolutorios a los actores y a las acciones de la violenta delincuencia criminal.

Exijamos que quienes nos gobiernen y lideren sean personas buenas, honorables, preparadas y con voluntad de servicio, no quienes han traspasado la barrera criminal destruyendo y eliminando vidas humanas, ni quienes los acolitan. Aprendamos que ni con el terrorismo, ni bajo amenazas de terror alguno se puede acordar o pactar nada. Eso es una burla y un negocio.

No permitamos en Colombia, lo que ya ocurrió en las dictaduras que destruyeron Cuba, Venezuela y Nicaragua, ni lo que sucedió en Bolivia, Chile, Perú, Argentina y México. No hay reversa democrática una vez se toma el poder alguien respaldado por el crimen organizado que le imponga al pueblo un régimen totalitario narco-comunista fundamentado en el resentimiento, el odio de clases y los discursos que favorecen a las minorías comprometidas y excluyen el interés general.

Si en Colombia elegimos a una persona cuya formación y trayectoria está por fuera del marco de la legalidad, y si optamos por un sistema contrario a la libertad de empresa, ¿cómo hará el estado para mantenernos a todos, cuando no existan negocios e inversionistas lícitos que generen ingresos, puestos de trabajo y paguen los impuestos?

¿Cómo hará el país y los próximos gobiernos para poder financiar su gasto operativo y la inversión social, si elegimos un sistema que sea complaciente con toda suerte de actividades ilegales, como son la deforestación para la siembra de coca, la producción de cocaína, la minería ilegal y el contrabando, y que no dé estabilidad jurídica ni garantías a la inversión doméstica y extranjera?

¿Cómo puede un gobierno aliado con el terrorismo, que se oponga a la economía de mercados y a la producción tecnificada y debidamente mitigada de hidrocarburos y minerales, mantener un nivel de deuda sostenible, invertir en preservar y mantener el medio ambiente y transformarnos en una economía de servicios?

La única forma es realizando ahora una juiciosa extracción legal, moderna y tecnificada de recursos naturales, como única actividad que le genera regalías al Estado y a las regiones, de modo que la curva de ingresos de la hacienda pública no sea cada día más insuficiente frente a una mayor demanda agregada de una población joven que requiere más educación, empleo, salud, energía, infraestructura básica y de transporte, comunicaciones, etcétera.

La elección que se avecina no es sobre la relatividad ideológica entre izquierda y derecha. Lo que está en juego es la libertad de toda una nación. Los procesos revolucionarios sean abiertos o enmascarados, pseudo democráticos o nuevas modalidades de dictaduras, son aceleradores del empobrecimiento colectivo y una forma clara de opresión e injusticia social generalizada.

No hace sentido reemplazar la constante lucha del Estado contra la corrupción, por un sistema totalmente corrupto, totalitario, narco-comunista, financiado por la ilegalidad y la devastación social y ambiental de que se nutre la criminalidad en todas sus formas y manifestaciones, y que pretende cambiar el referente de los valores que soportan nuestra normatividad y nuestra libre movilidad económica.

Cuidado que el candidato del narcoterrorismo no es Clístenes, ni las circunstancias del mundo actual son las de Grecia antigua, ni las de Francia al derrocar la monarquía. Lo que puede ocurrir en Colombia, que ha sido por 212 años una democracia constitucionalista republicana, imperfecta pero libre y con una sólida institucionalidad, es la instauración de un totalitarismo narco-comunista.

El malvado y nefasto tartufo, fue quien en Colombia convirtió lo ilegal en legal. Fue quien le dio pasaporte social a la criminalidad con su acuerdo de paz, y por ese detalle, esto se puede calentar feo e incluso llevarnos a una guerra civil.

Ese muñeco diabólico, su perverso titiritero y toda su pandilla, fueron quienes compraron la cuestionable enmienda constitucional con que le abrieron la posibilidad a toda suerte de criminales de participar en política y de ocupar cargos públicos, disfrazando de cambio a la dialéctica demagógica del populismo que siempre se vale del engaño para abusar de desinformados, inconformes, inútiles e ignorantes.

La pregunta es, ¿cuál cambio?, ¿cambio positivo para bien, con esfuerzo, trabajo y sacrificios? o ¿cambio para mal de manera facilista que nos lleve a una irrecuperable destrucción de valores y valor?

¡No le temamos a la verdad!

En su mes valgámonos de la razón para honrar a nuestras madres, fuente de valores, sacrificio y esperanza. Demos el debido respeto al origen de nuestras vidas, a las dos madres que todos tenemos, la que nos trajo a este mundo y la tierra que nos vio nacer libres y nos dio nuestra identidad como colombianos.

Pensemos hoy en el futuro de las nuevas generaciones honrando a las madres y a nuestra patria. Reconozcamos que Colombia es el mejor país del mundo y el único donde podemos convivir en familia y sentir amor por nuestra tierra, nuestra cultura y estar cerca de nuestros amigos y compañeros. Los buenos somos más. Se los debemos todos los que hemos sido privilegiados con salud, trabajo e ingreso, a los compatriotas menos favorecidos.

Colombia ha cambiado mucho dentro de sus posibilidades económicas como país en vía de desarrollo; hoy el nivel de vida es mucho mejor que el de hace 25 años. Eso no lo puede contradecir nadie. Y claro, con el incremento poblacional, también crecen y son más visibles los retos y los problemas, más aún si nos comparamos con otras naciones ya desarrolladas.

El caso es seguir trabajando unidos y con fe y esperanza para mejorar, transformándonos en un mejor país. Miremos esto de manera positiva. Vivimos el momento en que más ha progresado nuestra civilización. Elijamos en conciencia sin dejarnos equivocar por la dialéctica demagógica populista detrás de la cual se esconde el yugo destructor del sistema narco-comunista.

Hoy hay conocimiento abierto al alcance de todos, y gracias a ello, tenemos la opción de transformarnos positivamente y no caer en procesos autodestructivos como ha ocurrido con todas las revoluciones que plantea el populismo internacional desde la era del terror a manos de la degeneración idealista revolucionaria francesa, la interpretación rusa de Marx y el remedo latinoamericano e iberoamericano del socialismo del siglo XXI inspirado en Cuba y perfeccionado en Venezuela.

Dejemos de quejarnos y así aumentar las inevitables insatisfacciones sociales dando excusas a quienes de manera difamatoria promueven el caos como forma de llegar al poder. El país debe alejarse de ese mamerto negativismo morboso, que solo lo lleva a generalizar y hablar de problemas no de soluciones, pues esa mentalidad es la que le da la ventaja al individualismo egoísta sobre la unidad colectiva, a las organizaciones criminales y a la mentira que se esconde tras el discurso resentido con que se está engañando la base de nuestra gran nación a lo largo y ancho de nuestro hermoso país.

Entendamos bien el valor de tener un gobernante honesto, demócrata, que se ciñe a lo correcto y a servir. No nos neguemos a valorar los sacrificios económicos que nos han permitido tener una recuperación tan destacada. Jamás imaginamos estar de segundos en crecimiento global después de Israel en ese cuadrito que trae siempre al final la revista The Economist.

Colombia no necesita un éxodo como de nuestro país hermano. Justo cuando tenemos en nuestras manos la capacidad de transformar este país como lo hizo Japón, Corea, Singapur, Israel o los Emiratos Árabes Unidos, ¿vamos a tirar todo por la borda y a elegir un guerrillero terrorista resentido y de conductas personales irregulares?

Colombia no puede seguir descargando toda la responsabilidad de sus problemas sobre la figura de un presidente. Todos tenemos que asumir el papel del líder y elegir y respaldar al que mejor nos represente ante un mundo que tiene los deseos y la franca intención de apostarle al futuro de Colombia como una de las nuevas posibles potencias ambiental y energética a nivel mundial.

Fácil es destruir. Ahora es asunto de todos votar por la libertad, y empezar a trabajar por recuperar el tiempo perdido consintiendo la delincuencia, y continuar la construcción de un proceso de transformación positiva que bien lo merece la nación colombiana.

En agricultura como en economía, siempre hay un retardo entre la siembra y la cosecha, entre las acciones y los resultados. Gracias presidente Duque, su gobierno tomó desde el primer día las duras medidas que nos permitieron sobreaguar la pandemia y poder llegar al 2022 sobre la base del reconocimiento al manejo juicioso de nuestra economía.

Gracias presidente Duque, al igual que lo hizo el presidente Uribe, usted ha dejado claro con su liderazgo que si queremos algún día ser una nación culta y civilizada que sepa convivir en armonía, no podemos negociar con el terrorismo ni desistir en la lucha contra el crimen organizado en nombre de la legalidad, el emprendimiento social y económico y la equidad social.

Apoyemos nuestras instituciones empezando por aquellos soldados y policías que se juegan a diario la vida por proteger la nuestra. Rechacemos todo aquello que convive con la ilegalidad, la violencia delictiva y el terrorismo, y sigamos trabajando sin descanso en el difícil camino de la transformación y el desarrollo.

La pródiga iguana y la cizañera comadreja

La ignorancia degenera en odio y resentimiento cuando la maldad se vale del cobarde artilugio de la calumnia. Es así como la dialéctica demagógica populista, siempre acusa al contendor por anticipado de todo aquello que se propone realizar en materia de daño y destrucción de valor.

Mientras la malvada y cizañera comadreja engaña la opinión con injurias mediáticas la laboriosa, iguana sostiene y transforma la movilidad y aporta a la economía y el desarrollo del país.

Las comadrejas juzgan por su condición, denigran de personas honorables que prestan un servicio profesional y transparente al país, pero respaldan el discurso que espanta la inversión y el de los violentos que atentan contra la integridad de los oleoductos, destruyen la naturaleza y el medio ambiente deforestando para sembrar la mata que destruye y mata.

En 2020, para ilustración de la ignorante y parlanchina comadreja, Ecopetrol, todos sus empleados y asociados, su administración y junta directiva, fue una de las únicas dos empresas del sector de hidrocarburos en el mundo, que logró pasar ese año con utilidades y ayudar a la nación y todas las familias que integran el grupo de la iguana.

En 2021, la familia de la iguana le aportó al país 26 billones de pesos, alcanzando los ingresos más altos de su historia, de 91.7 billones de pesos con una utilidad neta de 16.7 billones, un EBITDA de 42 billones, un margen EBITDA del 46 %. Se realizaron las mayores inversiones manteniendo la disciplina de capital; se aumentó en más de 10 veces la utilidad neta por barril; se incrementaron el 12 % el margen EBITDA y el 10 % del ROACE. Se logró la menor frecuencia histórica de accidentes de trabajo, y se llegó a un 96 % de esquemas completos de vacunación sobre una población cercana a 15.000 trabajadores directos.

En materia de reactivación económica crecimos un 30% en la contratación de bienes y servicios y un 23 % en la contratación de locales en las regiones. El grupo genera más de 55.000 trabajos de dedicación exclusiva en la industria y reportó un 30 % de inserción laboral diversa e inclusiva.

La comadreja ignora que, gracias al trabajo eficiente de la iguana, en el país ruedan más de 10 millones de motocicletas, de las cuales 70 % pertenecen a los estratos 1 y 2; que ofrece una de las gasolinas más baratas del mundo, de entre $9.000 y $9.500 pesos el galón regular; y que si no tuviéramos el petróleo en Colombia costaría entre $20.000 y $22.000.

No sabe la comadreja que, gracias al trabajo de la iguana, si el gas y el GLP que ayuda diariamente a más de 38 millones de personas y llegan a más de 3.3 millones de hogares, fueran importados, las familias más necesitadas en lugar de una factura de $15.000 pesos estarían pagando entre $60.000 y $90.000.

Si la iguana no trabajara diligentemente explorando, explotando y refinando petróleo, al país le costaría importar ese crudo, más de 60 billones de pesos o el equivalente a 4 reformas tributarias.

En 2021, la iguana se concentró en abordar responsablemente los retos del cambio climático, atendiendo las tendencias de descarbonización y electrificación y la necesidad de iniciar un proceso responsable de transición energética.

Se realizó, después de dos años de análisis, la compra del 51 % de ISA S.A., con lo cual, por medio de un exitoso proceso de integración lleno de sinergias positivas, se fortaleció la presencia del grupo en el mercado regional de energía, convirtiéndolo en el segundo grupo más grande de transporte energético a nivel global. Está transacción conservó el activo estratégico en cabeza del Estado y aportó a la nación recursos sustantivos que ayudaron a la hacienda pública a sortear la crisis pandémica y abordar con firmeza la recuperación económica que le reportó al país un crecimiento del PIB de dos dígitos.

En 2021, la iguana duplicó su capacidad de generación de energías renovables. Este proceso continuará con mayores crecimientos en los años venideros, pues representa el mayor conjunto de parques solares del país, lo cual además se ha disminuido sustancialmente el costo energético de toda la operación la compañía. Se estima que en 2024 el Grupo autogenerará el 25% de su consumo energético.

Se realizó la primera venta de un cargamento de carbono compensado, y tres empresas del Grupo, CENIT, ODL y Bicentenario alcanzaron la certificación “Carbono Neutro”; además se crearon 15 eco-reservas, que hoy cuentan con 15.000 hectáreas en 8 departamentos y un gran número de inversiones en conservación y restauración como soluciones naturales al clima.

En este año la directiva de Ecopetrol ha emprendido otros grandes propósitos en materia de transición energética: Hemos diseñado una hoja de ruta en materia de producción de hidrógeno; hemos fortalecido nuestra operación de GAS; y nos hemos fijado la meta de ser “Agua Neutral en el 2045”.

El desempeño del Grupo Ecopetrol, presentó la reposición de reservas más alta en 12 años; mejoró su capacidad de ejecución y sus prácticas de recobro; fortaleció la maduración de proyectos y la gestión de campos; y realizó nuevos descubrimientos que refuerzan la oferta de gas en más de un 80 %.

En 2021, Ecopetrol transportó más combustible para atender la creciente demanda nacional. Logró un incremento del 20 % en poliductos, y restableció la operación de Caño Limón, que estuvo fuera de servicio a consecuencia del terrorismo.

Además, dentro de los planes de inversión del Grupo está la ampliación de Reficar para procesar 50 millones de barriles más anualmente, y se fortalecieron las exportaciones y la presencia de negocios en Asia y en Estados Unidos.

Se reactivaron las operaciones en el Piedemonte Llanero y se avanza en las operaciones costa afuera (off-shore), y en materia de yacimientos no convencionales fue exitosa la operación en la cuenca del “Permian” en los Estados Unidos, que aporta 51.000 barriles al día, un margen de EBITDA del 84 % y adicionó 22 % más en reservas en solo dos años. También avanzan los promisorios proyectos pilotos del Magdalena Medio, que sin duda representan una fuente única de futuros recursos necesarios para financiar el desarrollo de la nación.

Y así les rasquen pulgas a las comadrejas, bajo la visión de la junta directiva actual y gracias a la diligencia de la administración y a la gran ética de todos los trabajadores, bajo el concepto de SosTecnibilidad (TESG), el año pasado la iguana aumentó su inversión social, a un aproximado de $470 mil millones en las zonas más aisladas del país, y ejecutó 140 mil millones en obras por impuestos.  Durante los últimos tres años el grupo se tecnificó, digitalizó, fortaleció, y reportó más de 350 millones de dólares de generación de valor en tecnología, conocimiento y talento, que lo hacen más sostenible, eficiente, transparente y más responsable con la sociedad y el medio ambiente.

La verdadera noticia que tiene la iguana para el país es que la asamblea general de accionistas decretó un dividendo de 280 pesos por acción, un beneficio que le llega a 254.000 accionistas directos y si se suman los fondos de pensiones, beneficia a 18 millones de colombianos. Y la realidad sobre las críticas de la comadreja es que cualquier gobierno que se inicie el próximo 7 de agosto, puede citar a una asamblea extraordinaria y cambiar a su antojo la Junta Directiva, asunto muy diferente a la adopción estatutaria de normas de gobierno corporativo que tiendan a garantizar la continuidad en la conducción profesional, experimentada e independiente que esperan todos los inversores y el país.

Un llamado a los líderes en las instituciones del sector privado

Mucho cuidado, que la patria no corra con la suerte del ternero aborrecido y abandonado.

No más complaciente mamertería entre muchos miembros circunspectos de la dirigencia gremial, ni más “ANDI pa’ arriba y ANDI pa’ abajo”. Es hora que las agremiaciones del sector productivo cumplan con su mandato constitutivo, la defensa de los intereses de sus afiliados y sus empleados y del sistema de libertades que les permite trabajar.

El país es viable si se defiende la transparencia, se le exige pulcritud a la justicia y se le aplica sanción social a los privilegios y las concesiones al narcoterrorismo, fuente de corrupción.

Es el momento que los gremios se pongan en la tarea sistemática de explicarle a cada ciudadano, que, aunque seamos un país de ingreso medio con altos niveles de pobreza, esta solo se supera con oportunidades, con una economía creciente y no con las falsas promesas del populismo que ya anuncia a cuatro vientos la destrucción de los vectores de creación de valor.

Somos una nación libre y trabajadora llena de posibilidades, con un manejo económico diligente, un sistema de salud operante, construyendo cada vez mejor infraestructura, que conquistó el sueño de la gratuidad educativa para los más necesitados, con un mejor y más efectivo sistema de subsidios condicionados, que si bien tiene problemas de criminalidad que genera corrupción, esta, tan solo está en manos de unos pocos que desconocen la ley y que hoy apoyan descaradamente las propuestas lisonjeras de quien solo ha vivido por cuenta del Estado y pretende traer a valor presente todo el resentimiento acumulado en su trayectoria guerrillera.

Mucho ojo que ser liberal y tener conciencia social ha sido también la identidad de gente honorable, es algo que no debe confundirse pues difiere mucho de todo lo que bajo un falso ideario esconde ese narco-comunismo parlamentario que disfruta de la opulencia que a cuenta de todos le brinda el Estado.

Hace dos domingos leí un escrito en donde el ideólogo del comunismo de caviar, le daba pasaporte social a la guerrilla, amparada hoy por la activación de todas las formas de lucha para conseguir el poder, a manos de la totalidad de las organizaciones crimínales que operan en Colombia y claro, por Cuba, Rusia, Venezuela y todo el comunismo internacional. 

Escondido tantos años en la casa editorial El Tiempo, en representación del comunismo colombiano, al igual que ocurrió en Marquetalia, ya destapó su juego, consistente en la mamerta validación social de su familia oligarca a la candidatura populista de la guerrilla.

Es “surrealista” la fascinación de los pichones de “El Tío” con el comunismo castrista, inspirada por el cura “in” del entonces, Camilo Torres, que hoy los lleva en medio de su traba pseudointelectual a jugar ruleta rusa con la ideología revolucionaria, la destrucción social y del valor económico. Es patético su empeño de promover desde la burguesía la revolución, que siempre ha sido un sello claro de su conocida y decadente degeneración.

Era de esperarse el endoso a un candidato guerrillero, por quien le maneja la conciencia al diabólico muñeco traidor que engañó en 2010 al electorado enarbolando los postulados doctrinarios de la seguridad democrática, para hacerse al poder y cometer el mayor estupro político conocido hasta hoy.

Actualmente, la estrategia es la misma: Engañó mediante dialéctica demagógica populista. Disfrazar al lobo de abuelita para tragarse a Colombia entera, como si fuera caperucita.

Son guerrilleros activos, el libretista y su candidato, ricos viajeros con visa americana que no pagan nómina y visten pinreles de marca, respaldados por toda suerte de mafias, por las FARC y el ELN. Pero aquí no les pasa nada. Incendiaron el país piloteando la primera línea desde sus curules parlamentarias, y los entes de control los tratan como ciudadanos de mejor derecho. Como si la destrucción de valor y la traición a la patria no fueran conductas punibles. La prueba forense está en la data de cualquier herramienta digital analítica de escucha de la actividad de redes sociales.

Entiendo que ir en contra de una sentencia de la Corte Interamericana que favoreció al alcalde corrupto salvándolo de la flagrancia, en teoría parece complejo, pero es el sistema democrático el que está en juego, es la libertad de toda una nación la que se nos va por el voladero. 

Que nadie se llame a engaño. Como Chávez, Castro, Ortega, Evo, los Kirchner y tantos otros, una vez en el poder, ejercerán la destrucción de valor propia de toda dictadura totalitaria.

No es posible competir en igualdad de condiciones con alguien que nunca ha reconocido ni respetado la ley y está respaldado electoralmente por las armas y el dinero del crimen organizado. Y sin embargo eso es lo que hay.

Si en todo el empresariado y la institucionalidad, no nos ponemos las pilas y defendemos el sistema exigiéndole a políticos y funcionarios hacer su trabajo de modo que la ley actué contra el hampa, puede quedar Colombia al igual que nuestros países vecinos: Como el ternero aborrecido por la vaca ladrona que lo abandona, vivo pero condenado a perecer a picotazos en manos de buitres y de hienas insaciables en su ambición de medrar, una vez conquisten el poder.

Sensatez para elegir el conductor de bus en el que vamos todos

Llegó el momento en que los colombianos tenemos que razonar con sensatez, sentido común y con acierto sobre nuestro propio destino. Hay dos caminos, la opresión totalitaria tras la destrucción que ha seguido a las promesas populistas, o el difícil camino de mantener la democracia en función de libertad, igualdad y fraternidad.

Saliendo de un ciclo económico adverso y entrando en otro de dimensiones aún desconocidas, ambos caracterizados por choques exógenos de naturaleza global; el COVID-19 y la inhumana e innecesaria guerra contra Ucrania y Occidente, generan una incontrolable carestía, afectan oferta y demanda de la movilidad mundial, mercados financieros, términos de comercio internacionales, y acentúan la pérdida de poder adquisitivo en términos reales de todas las monedas del mundo.

La prohibición de reelección deja al gobierno Duque sin la oportunidad de seguir realizando la tarea que contra viento y marea ha conseguido adelantar en tan poco tiempo. El balance del país, presentado por este gobierno acompañado por la tenacidad del emprendimiento nacional y de los trabajadores colombianos, es bueno y loable, lo acreditan cifras, resultados y un comparativo con la situación de naciones vecinas.

En medio de esta elección, lo que no puede perder Colombia es el rumbo que lleva el bus en que vamos todos. Si queremos continuar el camino productivo y no el de la destrucción y miseria por el que optaron gobiernos vecinos siguiendo a Cuba y Venezuela, se puede cambiar con sensatez la titularidad de la conducción del Estado, pero no perder la continuidad y estabilidad que demanda nuestro desarrollo.

A nada bueno conduce el engaño populista. Equivale a entregarle el volante del bus en que van nuestros hijos al colegio a un conductor terrorista, ebrio de poder, resentido y asociado a un largo historial criminal, o la administración de una guardería a pirómanos y violadores reconocidos disfrazados de maestros educadores.

Es el momento de comprender que la política importa. La responsabilidad hoy es de nosotros los ciudadanos. Es ahora cuando el sector privado y sus líderes institucionales, defiendan el sistema de libertades. Cada madre, padre, hermano, trabajador, empleador, cliente, proveedor, pariente o amigo, debe explicarle a los demás que requerirnos unirnos para elegir un presidente honorable y responsable.

 

No se trata de cambiar para empeorar. Menos dejar el camino del desarrollo que nos permite transformarnos en una sociedad próspera, engañados por la dialéctica de la retórica demagógica que históricamente ha utilizado el populismo para sembrar miedo, odio, envidia y resentimiento en las sociedades. Tenemos que estar más unidos que nunca en nuestra propia diversidad.

Para comprender que el valor de la unidad de propósito como nación está atado a la transformación enfocada en la cultura, la convivencia ciudadana, el desarrollo y respeto por los principios y los valores éticos consignados en nuestro pacto social, debemos entender el valor de la Declaración de Derechos Humanos en contraposición a la herida que dejó la embriaguez sanguinaria de poder de Robespierre emulada por el populismo actual y que es solo la máscara detrás de la que se esconde la opresión que sobrevino a  los procesos revolucionarios de Francia, Rusia, China, Alemania Nazi, Corea del Norte, Cuba, Venezuela y todas las naciones que han bebido la cicuta del comunismo.

“Libertad y Orden”. Pueblos e individuos libres, dentro del marco de la legalidad. Jamás sometidos por las fuerzas anárquicas aliadas al crimen organizado. “Igualdad”. Asegurada por una administración de justicia que garantice que las oportunidades sean para quienes cumplan sus obligaciones ciudadanas, y no para personas de mejor derecho que están por encima de las normas y anteponen intereses personales e ideas políticas al bien común y el interés general. “Fraternidad”. En la conducción del Estado con sentido social, garantizando el emprendimiento y la inversión responsables y solidarias, como única forma de generar valor y poder mantener la democracia.

Vidas, destrucción de valor, carestía y agitación social

Cuando más deberían los líderes mundiales estar dedicados a unir fortalezas en materia política, que permitan al mundo capitalizar igualitariamente los impresionantes avances en materia de conocimiento científico y tecnológico y poniendo al servicio del planeta todos los esfuerzos necesarios para contrarrestar el cambio climático y el calentamiento global, entra el mundo en un ciclo negativo anticipado, que no sabemos aún dónde puede ir a parar.

Si alguna lección tenemos que aprender de la depresión, por cuenta del COVID-19, de la cual apenas el mundo empezaba a recuperarse, es que el problema más grave en un mundo globalizado e interconectado cualquier cosa que salga mal, en cualquier parte, representa un problema de marca mayor en todas partes.

Rusia y Ucrania están en guerra. No existe razón alguna para excusar al poder totalitario comunista soviético por poner al mundo al borde de una hecatombe nuclear, cuando la realidad incuestionable es que se trata de un ataque invasor que quiere mantener a cualquier costo una condición imperialista al ocupar una nación libre y un país independiente que luchaba por progresar como democracia.

Rusia siembra terror y odio totalmente innecesarios, envía un mensaje de amenaza esclavizante a todo el sistema global de libertades y garantías sociales, desencadenando una recesión, una depresión o una parálisis global que sin duda tendrá, como ya se puede prever, efectos globales negativos de magnitud hasta hoy nunca vistos contemporáneamente. Asunto injustificable que solo cabe en la mente enferma, dictatorial e inhumana de un líder como Putin.

Todo en la vida tiene un costo y esta guerra es de todos. Mientras el resto de los países observamos en televisión, internet y desde nuestros móviles pensando que el asunto no es con nosotros, la mala noticia es que sí lo es, y que ya nos afecta y nos hace sangrar a todos en un mundo global que está social y económicamente interconectado como el actual.

La desestabilización económica global genera incertidumbre política regional y dentro de las naciones, a consecuencia de toda destrucción innecesaria de valor. Ello representa el caldo de cultivo óptimo para que el populismo se apodere del descontento social y destruya el sistema de libertades individuales y económicas.

Lo demuestra en primer lugar el incremento del precio mundial de los combustibles. Sean para cocinar, lavar o refrigerar, para producir o para calentar los hogares, para el transporte, la distribución o la movilidad colectiva y personal, sea que tengamos una moto, un carro o que utilicemos transporte público, todo aquello que demanda petróleo, carbón o gas.

¿Qué pasa cuando debido a las sanciones este petróleo deja de entrar a los mercados globales? Se alteran de inmediato las fuerzas de oferta y demanda y el mercado empieza a reaccionar ante señales complejas. Antes de la agresión ya el crudo estaba alrededor de $100 UDS el barril. A los tres días el precio subió $10 dólares rompiendo un récord de 8 años. Hoy las ventas futuras de crudo están rayando los $125 USD/Barril.

El 12 % del petróleo del mundo viene de Rusia, uno de los tres principales jugadores globales en el mundo de hidrocarburos. En un día normal, Rusia exporta 5 millones de barriles de crudo. Claro, las personas naturales no compramos crudos, pero, cuando las refinerías empiezan a pagar más por cada barril de crudo ente $100 y $140 dólares, le empiezan a pasar ese sobrecosto a los distribuidores mayoristas, que a la vez le cobran más a las estaciones minoristas y estas a los consumidores.

Viene entonces un efecto cascada que todo lo encarece. Esas proporciones incrementales se correlacionan directamente con alzas de precios en todo el sistema energético que a la vez incrementan las tarifas del gas, de todo tipo de transporte, enfriamiento, calefacciones y plantas productivas, encarecen el costo de las meterías primas, de los alimentos y de todo aquello elemental que necesitan las personas para vivir y las economías para funcionar.

Cuando el petróleo se encarece, todo inmediatamente es más costoso. ¿Qué tan costoso? Un ejemplo: el banco de la reserva de India, un país importador del 80 % del petróleo que consume, dice que cada $10 USD que se incrementa el precio del petróleo a ellos les significa un incremento inflacionario de 0.5 %.

Esta guerra así parezca un asunto regional dentro de la antigua Unión Soviética, ya causó una gran disrupción negativa en el mercando energético europeo y global. Aproximadamente 40 % del gas de Europa viene de Rusia. Por otro lado, Ucrania tiene las segundas reservas petroleras de Europa, algo muy significativo para los países libres y democráticos.

Veamos ahora qué están tratando de hacer los gobiernos para proteger sus economías y por ende a los ciudadanos en medio de una nueva crisis inminente y de dimensiones aún desconocidas.

Es impredecible cuál va a ser el comportamiento de los otros países productores que no hacen parte de la OPEP, y como afecta toda esta problemática las tendencias de transición energética, descarbonización y electrificación diversificada a las que el mundo viene aportando soluciones.

Los Estados Unidos, según lo anunció Biden, planea llevar a los mercados reservas estratégicas. India ya anunció total soporte a este tipo de iniciativas tendientes a ganar estabilidad, reduciendo volatilidad de precios energéticos. Europa y NATO comprenden la gravedad de la trampa de osos tendida por Putin. Las Naciones Unidas demuestran la inoperancia de las grandes burocracias globales afectadas por la falta de efectividad propia de teóricas tendencias ideológicas.

Occidente cerró el acceso de los bancos rusos al Sistema de Seguridad de Telecomunicaciones Interbancarias de la Sociedad Mundial Financiera (SWIFT). Esto sin que aún se sancione directamente el mercado energético ruso, afecta dramáticamente al mercado global energético pues las compañías globales están suspendiendo su participación en ese 12 % de la oferta mundial que se origina allí, agregando a la incertidumbre que ha encarecido sustancialmente los precios globales de los combustibles.

Cada bala que se dispara en Ucrania representa carestía para cada ciudadano en el mundo entero pues incide directamente en el precio del crudo ya que el mercado tiene incertidumbre sobre qué tan devastadora y qué tan larga y qué puede terminar desencadenando esta innecesaria e incongruente guerra.

Todo aquello que afecta la movilidad mundial, de inmediato se refleja en inseguridad en los mercados bursátiles y financieros globales.

Cada bala que se dispara, cada bomba que destruye vidas e infraestructura incrementa las sanciones y afecta el sistema financiero de Rusia. Los activos de los bancos han sido congelados, un número creciente de compañías globales dejaron ya de hacer negocios con Rusia y con una Ucrania que está siendo devastada.

Hoy tiemblan todas las naciones que después de la caída de la cortina de hierro optaron por llevar una vida libre y tener un sistema democrático. El daño humanitario es tremendo en vidas, desplazamientos forzosos y desmembración de familias. Igualmente, en materia de la seguridad física y alimentaria de las naciones.

Cada bala que se dispara afecta la seguridad alimentaria de los países importadores y las exportaciones de aquellos que se verán obligados a reducir sus ventas a otras naciones.

El problema de encarecimiento de los aceites comestibles ya afecta la economía y los costos de todas las cocinas del mundo y de todas las proveedurías. Rusia y Ucrania son grandes exportadores globales de alimentos básicos. Ucrania aporta el 50 % del aceite de girasol que consume el mundo y para entender la magnitud del problema digamos que la India, importa el 70 % del aceite de Girasol que consume.

La gran despensa Ucraniana, que históricamente alimentó a Rusia y luego a la Unión Soviética todo el siglo pasado, es hoy el quinto exportador mundial de maíz. En 2019 Ucrania exportó al mundo casi 36 millones de toneladas métricas de maíz. Rusia y Ucrania juntos, le reportan al mundo el 20 % de la producción de maíz. En consecuencia, se encarecerán muchos alimentos y bebidas de consumo humano, los concentrados para animales y sin duda toda la producción agropecuaria. Ucrania es el mayor proveedor de maíz de la China, lo cual representa un 30 % de las importaciones actuales del gran poder emergente.

Pasando a los demás granos, Ucrania produce el 10 % del trigo que se exporta a todo el mundo; y Rusia es el mayor exportador de trigo del mundo, con una participación del 20 % del comercio mundial. En 2021 el 70 % del trigo ruso se vendió en su mayoría para el Oeste asiático y el África, lo cual quiere decir que estas regiones ahora van a tener que pagar mucho más caro todos los derivados del trigo, siendo ellos gran parte de su base alimenticia. En materia de cebada y arroz, Europa depende principalmente de Ucrania, mientras los mercados mundiales de estos granos necesariamente van a tener disrupciones enormes.

Esta guerra pone a tambalear los mercados y el debido equilibrio o balance entre oferta y demanda de energía, alimentos, fertilizantes, minerales y metales incluidos, el oro, las piedras preciosas y otros artículos que preservan valor en las crisis.

Ucrania está catalogado entre los países con grandes reservas de carbón, de petróleo, de hierro, manganeso, titanio, circonio, caolín, sulfato de potasio y de sodio, y por tanto es un gran productor y exportador de fertilizantes. Para dar un dato, el 42 % de la urea que consume nuestra agricultura provenía de Ucrania.

Esta guerra sin duda ya afectó todo el funcionamiento global de movilidad, encareciendo el transporte aéreo y de carga naviera. Actualmente están suspendidas las operaciones portuarias del Mar Negro, lo cual se suma al problema logístico que ya venía experimentando el transporte global en materia de costos, disponibilidad y demoras.

Esta guerra significa para todas las naciones, una drástica importación inflacionaria. Lo cual sin duda creará descontento social asociado a una menor discrecionalidad de ingreso disponible y una merma en el ingreso real, un factor tan determinante para la estabilidad democrática, especialmente en épocas electorales. Las monedas perderán mucho valor y el mundo parece ir en reversa cuando más herramientas tiene la civilización para transformarse en lugar de autodestruirse.

Fuentes: Escrito fundamentado en información pública en la www y en apartes de traducción comentada del reporte de “Gravitas Plus, de Palki Sharma del 7 de marzo de 2022”.

El futuro está en la transformación, no en la revolución

“Toda transformación surge siempre de un liderazgo auténtico, visionario y estratégico que respete los principios fundacionales de las naciones y construya futuro a partir de los mismos. La revolución destruye los cimientos de los pactos sociales y engaña al pueblo con la retórica de un discurso demagógico y populista de odio de clases, del cual hoy se vale el comunismo narcoterrorista para alimentar el descontento social y proteger su negocio, manteniendo estados de anarquía, caos e ilegalidad que solo pueden producir miseria y desesperanza”.

Mientras la transformación agrega valor, la revolución lo destruye. Es la gran conclusión que resulta después del análisis de las realidades de nuestra región en contraste con las grandes transformaciones en las últimas siete décadas de naciones como Japón, Corea de Sur, Singapur, Hong–Kong y Emiratos Árabes Unidos. Los números y los hechos no mienten, demuestran la razón del desarrollo de estas naciones.

En este lado del mundo, desde la revolución francesa, quienes, sin logros propios, se adueñaron de la intelectualidad, nos vendieron la basura revolucionaria comunista, que en siglos pasados los propios europeos nunca aplicaron más que como herramienta para reemplazar un sistema opresor o un autoritarismo por otro.

Hoy, Cuba y la retrograda izquierda Iberoamericana, nos siguen empaquetando como socialismo del siglo xxi, el virus revolucionario del comunismo opuesto a la libertad de mercados que sostiene las democracias. Única forma de justificar la esclavización de naciones enteras que pierden la esperanza, la moral y la ilusión que alimenta el espíritu libre de nuestros pueblos.

Pongámonos las pilas y salgámonos del ring de boxeo entre izquierda y derecha. Como están las cosas en la geopolítica actual, respetando los principios fundacionales con que iniciamos hace doscientos años sobre los conceptos de libertad y orden, hoy más que nunca, Colombia vuelve a tener la oportunidad de abordar con unidad de visión, estrategia y profesionalismo, una transformación histórica para atraer inversión global y salir del subdesarrollo.

El país debe aprovechar el relevo generacional e ideológico que representó el triunfo de Duque en 2018 por más de dos millones trecientos mil votos sobre la absurda presencia de un candidato guerrillero con un claro pasado antisocial.

Le queda ahora a la sociedad y a la clase dirigente nacional la tarea de encontrar una unidad de visión para proteger la institucionalidad y continuar el camino del desarrollo y el progreso. Colombia unida debe desechar la devastadora propuesta atada a las ideas revolucionarias, y construir sobre las “Políticas de Estado transformacionales” que le deja la presidencia de Duque al país como doctrina de progreso para la construcción de un mejor futuro para todos en materia de legalidad, emprendimiento y equidad.

Está en manos del pueblo, del nuevo parlamento, del sistema judicial y de quien llegue a conducir al país; elegir entre el costo y el poder destructivo de una revolución que lleva al caos totalitario, y el camino de la transformación productiva responsable marcado por el gobierno de Duque.

Anexo. Ocho políticas de Estado que le deja el gobierno de Duque al país

  1. Gratuidad en la Educación para los jóvenes más necesitados

Con visión y audacia en el momento económico más crítico del país, Duque logró establecer esta política de Estado, como la única vacuna de equidad a largo plazo contra la pobreza. Ello garantiza elevar el nivel cultural de la sociedad en función de una convivencia civilizada y la continuidad futura de los procesos transformacionales.

  1. Vacunación masiva ejemplar y fortalecimiento del sistema de Salud

Los resultados son el producto del trabajo del gran capital humano con que cuenta el sistema de salud colombiano y la dedicación constante, profesional y personal del presidente y su equipo, a la protección “igualitaria y equitativa” de todo el pueblo colombiano frente a una pandemia.

  1. Asistencia humanitaria sin precedentes en las crisis migratorias mundiales

Al lograr solventar, con herramientas de formalización y solidaridad social, la llegada de dos millones de desplazados por la dictadura venezolana, con poca solidaridad internacional, Duque le hizo frente a este problema migratorio con un sentido humanitario sin precedentes en ninguna otra crisis similar en el mundo.

  1. Formación de una verdadera cultura de la legalidad

El gobierno de Duque, con profundo respeto de los derechos humanos, se ha dado a combatir la violencia por medio de la formación de una verdadera cultura de la legalidad. No ha negociado con la ilegalidad ni con las organizaciones criminales. Sin necesidad de cambiar constituciones en favor de la impunidad, ni poner en riesgo los derechos de las víctimas ni las libertades de todos los ciudadanos que cumplen sus obligaciones, rompió toda una tradición de diálogos, que de antemano se sabe que son estériles mientras las organizaciones criminales no se sometan voluntariamente al respeto y la observancia de la Ley.

  1. El Estado al servicio del emprendimiento económico, la inversión, los mercados y del sector privado como principal generador de empleo y reactivación económica

Duque ha defendido sin cálculo político, el sistema de libertades y la economía de mercado solidaria, razón por la cual ha sido constantemente atacado por todo tipo de opositores, y de alcahuetas o defensores de las economías clandestinas y el crimen organizado.

Veamos que ha hecho Duque con los empresarios:

5.1. Se recuperó la confianza inversionista y las cuentas deficitarias recibidas en 2018.

5.2. Enfrentó la depresión causada por el COVID con transferencias a los más necesitados.

5.3. Ayudó a los empresarios a mantener empleos y evitó el desplome del sector productivo.

5.4. Ayudó al sector financiero a poder mantener su papel de articulador de actividad económica.

5.5. Llevó al país a una franca recuperación del PIB y el ingreso real de los ciudadanos.

5.6. Se protegieron las finanzas de los servicios públicos y el suministro energético. (Electrocaribe, EPM).

5.7. Se preservó la propiedad de ISA en cabeza del Estado creando un conglomerado energético regional.

  1. Protección a la biodiversidad y el medio ambiente, y transformación energética

6.1. Ejerciendo un liderazgo diplomático que parte de la responsabilidad compartida, Duque posiciona a Colombia como líder global en protección y mitigación ambiental.

6.2. Concientiza al mundo de la correlación entre la producción de cocaína, la pérdida de biodiversidad por medio de la deforestación que acelera el calentamiento global y el cambio climático amenaza la capa de ozono y la existencia de la atmosfera.

6.3. Propone sellar gradualmente la selva tropical húmeda y las zonas de producción natural de agua, e inicia una dinámica de mitigación ambiental que no afecte la explotación y utilización de los recursos naturales, multiplicando la generación y utilización de energías limpias, economías circulares y la modernización y tratamiento en el manejo de aguas y desastres naturales.

6.4. Propone un cambio de enfoque en la lucha contra la deforestación, reemplazando la teoría de la sustitución de cultivos por la relocalización del desarrollo socioeconómico y la generación de empleos rurales con cercanía a los mercados, en función de la protección del ecosistema Andino-Amazónico y la modernización y tecnificación de la producción extractiva.

6.5. Promueve la educación en materia ambiental, la cultura de la siembra de árboles y la reforestación natural y programada, mientras combate la deforestación, la colonización, el desarrollo ilegal y siembra y producción de coca y el narcotráfico como principales causas de destrucción de la biodiversidad del país y el medio ambiente del planeta.

  1. Transformación digital del Estado y construcción de incentivos a la innovación y la creatividad de la mano de la construcción de infraestructura física con una ejecución transparente sin precedentes

La digitalización del Estado y la conectividad han avanzado mucho más que nunca, lo cual habilita el desarrollo de la innovación en las industrias y economías creativas y los procesos productivos. Al tiempo el país avanzó mucho en: conclusión de obras de infraestructura física, vías 4-G, secundarias y terciarias, eficiencia en puertos, vivienda y propiedad habitacional, calidad de los combustibles y del aire en las grandes urbes.

  1. Ejemplo presidencial de manejo responsable y transparente del Estado y la hacienda pública

Duque ha conducido el Estado con voluntad de servicio, conocimientos, seriedad y sensatez, sin comprometer la transparencia en la utilización de los recursos del Estado, combatiendo las prácticas clientelistas generalizadas, y trabajando por garantizarle al país niveles altos de seguridad nacional y ciudadana, respetando la independencia de poderes, combatiendo la criminalidad, y soportando una oposición violenta apoyada y financiada por el crimen organizado narcotraficante.

Emiratos Árabes Unidos: reflexiones desde Dubái Expo-2020

¡Parece que vamos a convertir a Latinoamérica en la Tierra del Olvido!

  1. Educar es construir cultura, lo cual demanda vocación, conocimientos, profesionalismo, generosidad, dedicación y disciplina. En cambio, destruir y malcriar es asunto sencillo.

Nuestra civilización entró en la era del conocimiento y dependemos de un ámbito global intercomunicado en tiempo real gracias a la convergencia digital, tecnológica y científica. Lograr o no la “SosTecnibilidad” del planeta y de sus especies requiere que el balance económico y social de cada país sea bueno, para que a los negocios y a los ciudadanos les pueda ir bien en materia de empleo, ingreso real y calidad de vida. Además, es imprescindible que cada región o bloque de naciones con identidad cultural, camine en la misma dirección, pues del progreso o el atraso de cada mercado depende del de sus vecinos o naciones hermanas.

Presencial o virtualmente nuestros maestros y los medios en buen uso de su misión de informar a la sociedad, con ética, mística y mentalidad positiva, deberían mostrarle como ejemplo a la juventud estudiante, todo lo que representa esta impresionante exposición mundial Expo-Dubai 2020, que encarna el globalismo y las comunicaciones convergentes, en lugar de seguir abonando la mediocridad y el resentimiento social, con la trasnochada sopa del populismo regional asociado con el terrorismo.

Al contrastar los estándares de progreso de regiones como la Unión Europea, algunos bloques asiáticos y del mediano Este, con el conjunto de las sociedades de América Latina, se concluye que, en lugar de progresar vamos en un franco retroceso. Mientras que el Asia galopa, en nuestro hemisferio, la inversión y las personas que desarrollan negocios en el sector privado, que son quienes contribuyen y mantienen nuestras economías, no encuentran cómo confiar en aquella otra parte de la sociedad que realiza la conducción política, judicial y administrativa de los Estados.

Al compararnos con casos de éxitos más recientes cómo los de Corea del Sur, los Emiratos Árabes Unidos, Israel, Singapur o Malasia, vemos cómo sus líderes crearon una cultura de superación basada en el respeto a la ley, el orden, la disciplina, el cumplimiento de las obligaciones, el ahorro y la seguridad ciudadana fundamentada en un comportamiento respetuoso de los derechos de los demás. Son naciones donde la sociedad castiga con fuerza la ilegalidad y la corrupción, y tiene un objetivo común: Trabajar para progresar.

  1. El elevado costo de los egos, vanidades e Individualismos y de la politización del liderazgo institucional.

Cuando el interés general está primero que el personal, se invierte en educación y no en resentimiento, la justicia representa una garantía, se construye una infraestructura moderna, con la planeación adecuada, se mejora la eficiencia de los servicios básicos, la movilidad y la conectividad, se mantienen los sectores extractivos respetando el medio ambiente con eficiencia, y en general se vive un espíritu de progreso colectivo permanente.

Con escasas excepciones, el liderazgo político e institucional de nuestra región ha demostrado mediocridad y esterilidad en su capacidad constructiva y de ejecución, y cuando asoma la cabeza un buen líder, los egos y vanidades de sus pares, predecesores y opositores, levantan la mano y lo apedrean con alevosía, no sin estar ellos libres de pecado alguno.

Cada país acusa sus propios problemas, pero quienes tenemos responsabilidades institucionales debemos unirnos para reflexionar antes de que sea muy tarde y para que en lugar de décadas perdidas lleguemos a un punto de no retorno en materia de atraso y miseria colectiva.

Y es que cuando China y Rusia se han integrado a la globalización, no sin diferencias, claro está, son innegables los desastres políticos, sociales y económicos de Cuba, Venezuela, Nicaragua, para no hablar de lo que viene ocurriendo en Bolivia, Perú, Chile, Argentina, México y Ecuador, y de las amenazas ideológicas latentes en Colombia, Guatemala, Honduras y El Salvador.

No hay que ser ilustrado para entender que a diferencia de los líderes mundiales que construyen progreso y bienestar para las sociedades que conducen, el problema en Latinoamérica, más que un asunto de derecha e izquierda, es una mezcla de comunismo y populismo, agravada por falta de integridad personal y de responsabilidad, y por la permisividad con la corrupción y el crimen organizado.

Hoy, cuando más profesionales educados y capaces tenemos en la región, no se comprende cómo los egos y las vanidades de los líderes, no les permiten a los partidos fichar profesionales éticos y preparados, sensatos, con experiencia demostrada, alejados de la reencauchadora del clientelismo, caracterizada por reciclar personas “de profesión político”, que nunca han pagado una nómina ni enfrentado un estrés financiero en su vida.

Es culpa nuestra no elegir a las personas con las mejores aptitudes, calidad humana, formación ética, atributos profesionales y con vocación de servicio a la patria y retribución a la sociedad, y no solamente a su peculio o al de sus mecenas electorales de ocasión.

  1. Un ejemplo de cuánto significa la conciencia social colectiva en función del progreso.

No hay que ir muy lejos para ver las diferencias de los modelos. Si un empresario argentino que da empleo y labora honorablemente va al Uruguay, observará un país mucho más pequeño pero organizado, que crece económicamente de manera estable, donde la gente está tranquila y convive sin miedo, donde la inflación es baja y el PIB per cápita es de tres o cuatro, aunque sus recursos y posibilidades no le lleguen a esta ni a los tobillos.

Lo que está claro es que el pueblo uruguayo asume con seriedad y responsabilidad sus posibilidades y es una sociedad más culta que la argentina, y donde la derecha es mejor que la derecha argentina y la izquierda es mejor que la izquierda argentina, y donde el pueblo es más educado, más sobrio, más humilde, y sabe que debe trabajar duro para vivir mejor. Un país donde todos cuidan un propósito común que se llama Uruguay, porque saben que necesitan que al país le vaya bien para que a todos les vaya bien.

  1. ¿Y si Colombia se mira en el espejo qué pasa?

Pareciera que vamos a perder contra la mediocridad, sin darle una buena batalla. En la contienda del 2022 tenemos que ser inteligentes y como nación con 210 años de tradición democrática ininterrumpidos debemos hacernos las siguientes preguntas para no perder el rumbo del país:

4.1. Seguimos durmiendo con los enemigos del sistema de mercado y libre empresa.

¿Vamos a seguir el camino democrático sustentado en los principios fundacionales de la libertad y el orden que inició Uribe y hoy ha continuado Duque, o volvemos a la “lavandería” y la estafa electoral y legislativa en que nos sumieron con el acuerdo de Cuba?

¿Qué dicen quienes lideran los gremios productivos, acaso tenemos una crisis de unidad de propósito y liderazgo?

¿Cuál es la posición oficial de los gremios frente a que sigamos vinculando a la delincuencia organizada en los procesos políticos?

¿Cuál es el papel y la responsabilidad social de los medios de comunicación? ¿Será defender el sistema que los alimenta como empresas que son, o van a seguir alentando la mezquindad propia del discurso demagógico que maneja el populismo?

¿Quién, en lugar de criticar y renegar todo el día, se atreve a defender a un líder justo y sensato como el que tenemos? y ¿Quién es capaz de condenar a un puñado de proxenetas del terrorismo, indignos de toda consideración?

4.2. Sin seguridad jurídica no hay inversión; sin inversión no hay generación de empleo; y sin empleo las familias no tienen suficiente para mercar.

¿Qué dicen las desprestigiadas Cortes sobre su propia responsabilidad en relación con la impunidad y la sequía de justicia, que espanta en lugar de custodiar la inversión?

¿Qué tan politizadas y burocratizadas están las entidades de control como balanzas del equilibrio en la división de poderes?

¿Por qué da la impresión de que se dedican a obstruir a los que construyen, pero no se meten con los grandes delincuentes?

¿Qué dicen los controles internos, que deben tener las Cortes, sobre quienes mendigan o empeñan la “toga” y sobre los que se sabe que van al congreso para enriquecerse o para ayudar otros a robar?

¿Qué dicen sobre la realidad de una justicia paralela confeccionada a la medida de los intereses del narco-comunismo revolucionario internacional?

4.3. ¿Cuándo vamos a entender las razones por las cuales no se puede negociar con el terrorismo?

¿Qué opina la justicia democrática de los que están defendiendo las ideas importadas del movimiento inspirado en una revolución cubana de hace siete décadas, que desde sus inicios fracasó convirtiéndose en un régimen totalitario, opresor, esclavista y al que solo le queda mantener a su gente en la indigencia para poder exportar al resto de la región el virus de un comunismo violento y totalmente revaluado, en asociación con grupos narcoterroristas que se financian con todo tipo de actividades ilícitas?

¿Es democrático tener que competir en cualquier tipo de elecciones contra candidatos respaldados por las armas del narco-terrorismo y el crimen organizado?

4.4. El cambio es una constante en todo en la vida, menos en el liderazgo político colombiano.

¿Por qué no renovamos nada en la política regional y en la colombiana? La respuesta parece ser que, en nuestra cultura politiquera, a diferencia de las sociedades cultas donde los políticos que pierden una elección se hacen a un lado y permiten la sucesión, mientras aquí los políticos, ganen o pierdan, son más inmortales que los temibles “zumbies” de las películas de terror.

¿Por qué seguimos apegados y rindiéndole pleitesía a los mismos líderes anacrónicos de izquierda y de derecha que fracasaron, a los mismos actores clientelistas que no sueltan la teta y emulan una cultura mafiosa que no ha permitido que nos desarrollemos ni hayamos crecido a los niveles que deberíamos estar creciendo?

¿Por qué nadie logra armar un movimiento coherente, honorable, y con espíritu de servicio al progreso de nuestra sociedad?

¿A dónde vamos si los partidos están convertidos en agencias de empleo estatal de casi todos los populismos remedos de democracias actuales, especialmente en Iberoamérica? Va uno a ver los partidos de toda la región y encuentra que están inundados de estructuras abusivas y procedimientos sinuosos y son, casi todos, incapaces de calificar a nadie medianamente apto para conducir un país, por más que los resquicitos legales sean tan solo la cédula, la mayoría de edad, publicar cualquier mamarracho y hacer una que otra pavada.

  1. En la primavera colombiana de abril y mayo pasados, a muchos líderes les pudo su vanidosa y mezquina arrogancia sobre su flaco compromiso con la patria.

En el contexto latinoamericano actual, resulta inaudito que en Colombia, los grandes líderes de los partidos políticos tradicionales incluidas sus disidencias, los expresidentes y hasta los altos directivos de los gremios, hayan impedido la entrada al Congreso de una obligada reforma social, y además hayan dejado solo al presidente de la República para que se arreglara como pudiera, precisamente cuando una oposición populista aliada con el comunismo regional, el castro chavismo y el narcoterrorismo criollo, que no le rebajan al presidente el calificativo de “dictador”, optaron por el terrorismo y las manifestaciones violentas, y trataron de bajarlo del poder a golpe de terrorismo cibernético y físico, liderando violencia en las calles y bloqueos a la economía en puertos y carreteras y en los barrios de las ciudades capitales.

El presidente Iván Duque, ha sorteado con firmeza tres tormentas al mismo tiempo:

  1. La herencia de unas finanzas en crisis y un acuerdo leonino con el crimen organizado, forzado en la Constitución Nacional desconociendo la voluntad del electorado.
  2. La crisis sanitaria y la depresión económica causada por la pandemia; y

iii. Una oposición violenta vinculada al terrorismo urbano y cibernético y a las noticias falsas generadas por grupos ilegales, opositores políticos y perseguidores mediáticos que no le perdonan haberse elegido al lado de Uribe, un gran líder al que algunos injustamente han tratado de convertir en “El Diablo”, para ellos poder pecar.

El gobierno de Duque ha promovido una cultura de legalidad y emprendimiento, y ha manejado con éxito la prestación de los servicios de salud y la vacunación, las ayudas económicas para la continuidad de los negocios y para mantener empleos durante la pandemia, y las catástrofes naturales; ha realizado y entregado muchísimas obras de infraestructura que estaban paradas; ha combatido sin tregua el crimen organizado y el narco-terrorismo; pero, además, Duque alza hoy de manera ejemplar ante la comunidad internacional dos banderas importantes para Colombia, el mundo y la civilización:

  1. El manejo probo de una crisis y un éxodo humanitario fronterizo sin precedentes, y
  2. La implantación de políticas de estado ambientales que compaginan la utilización de los recursos naturales con la mitigación y adaptación al cambio climático, y evitan la deforestación y la destrucción de la selva tropical húmeda, de la biodiversidad y de las cuencas acuíferas, sin menoscabo del desarrollo sostenible de nuestra sociedad.
  3. La importancia de las políticas de Estado en materia de continuidad y consistencia.

Sin posibilidad de ser reelecto, los hechos muestran el gran trabajo de Duque y su equipo en medio de todo tipo de dificultades inconmensurables. Se equivocan de bola a bola los medios y los candidatos al creer que atacando al gobierno de Duque y a su gestión construyen algo positivo. Eso es tan estúpido como comprar una tierra produciendo y en lugar de abonarla, cuidarla y recoger la cosecha, destruyen los sembrados porque al nuevo dueño no le cae bien el anterior propietario.

Aquí jugaron todos los gallos al mismo tiempo, y por ahora no parece haber nadie determinado a recibir la posta y seguir avanzando en la construcción de futuro sobre la base de la legalidad y el emprendimiento en función de una mayor equidad social. No creo en la disculpa de la amplitud democrática frente al mérito ganado con esfuerzo, ni en las bondades de roscas políticas clientelistas, menos cuando llevan engendrada la trampa en favor de la conveniencia personal.

No me como el cuento de que avalemos a cualquiera para aspirar a conducir los destinos del país por el solo hecho de venir del abanico de figuras públicas mediáticas, más conocidas por sus escándalos que por sus realizaciones, y mucho menos por el hecho de ser un guerrillero resentido, permisivo con el narcoterrorismo, activista social, intelectual radicalizado o académico despistado.

  1. Colombia tiene que asumir el liderazgo democrático y la representación regional dando ejemplo de valores y sensatez.

No nos equivoquemos. Ni nos conformemos con importantes victorias parciales en la región. El tema es de fondo y la crisis de valores no es asunto de Derecha o Izquierda, es generalizada. Convengamos en que hemos permitido que se genere inconformidad, y de ahí la locura de apoyo parcial a los populismos.

Los ciudadanos que no pertenecen al cerrado circulo de la contienda política lo que quieren escuchar se relaciona con la incertidumbre de cuál será su futuro en materia de confianza, y esto es: su seguridad física y la de su familia, su empleo y la estabilidad de su ingreso, el acceso a la salud, la seguridad de sus ahorros, las garantías jurídicas a la inversión acompañadas de menor intervención del estado y más facilidades para desempeñar el emprendimiento y la actividad privada. Aquí en esta cultura latina, unos pecan por la paga y otros pagan por pecar.

Aprendamos del propósito de orden, disciplina de las naciones que lideran el progreso, respetando la virtud de nuestras libertades democráticas, y levantemos entre todos a Colombia y a la región. No dejemos a los indefensos en manos de los mismos, de la mediocridad de los cínicos que operan un sistema infestado de demagogia, ni de las alimañas que respaldan a quienes predican el populismo injurioso y el odio de clases disfrazado de justicia social.

En Colombia, la gente está gravemente enferma de envidia

Digámonos la verdad. ¿A quién jode, y cuál gran mentira y engaño descubre, el éxito del presidente Duque en su contacto con el colombiano de las regiones y en sus exitosas actuaciones internacionales en favor de todo un país?

Preguntémonos ¿cuál es la comparación que está haciendo la opinión calificada de todo el mundo sobre Colombia gracias a la dedicación y la forma seria, profesional y eficiente en que Duque representa al país?

El presidente Duque trabaja como una hormiga y construye una buena imagen de país, y como una abeja produce resultados que nos benefician a todos. Es un hecho incontrovertible.

Critican a Duque y a todo lo que representa su entorno por trabajar con éxito por Colombia día y noche con el propósito de recuperar el tiempo y el producto interno de la nación, perdidos durante el COVID, y, por otro lado, quienes deberían ser sus propios defensores partidistas, lo critican también por no pelearse con los medios sobre noticias falsas y críticas personalizadas en contra de su persona y su familia, que no pasan de ser materia malévolamente descontextualizada e imaginativa.

Pero lo grave y lo triste no es solo eso. Nada tiene de malo si la familia inmediata acompaña al señor presidente en un viaje. Ellos hacen parte de la familia que representa a Colombia ante el mundo. Y hay que ver, de qué manera ejemplar, bonita, simple y dedicada lo hacen, sin dejar de ser unos seres humanos comunes y corrientes, además de que los caracteriza igual que al presidente, la demostración continua de una conducta de vida ejemplar.

Lo más grave es la calumnia. Pero el país sabe que está bien gobernado y al final la vida no se queda con nada.

Mienten desvergonzadamente. Y le mientan al país en la cara unos pocos seres llenos de envidia y de resentimiento que desde los medios parecen no ser capaces de nada diferente a un constante ataque personalizado al presidente, a su gestión y a todos los suyos. Y mienten tendenciosamente, quedando como alimañas cuando la realidad es que, por ejemplo, en este viaje a Escocía, Dubái e Israel, no iban ni la señora, ni los hijos, ni comitivas de 130 invitados que es la noticia acomodada con la cual se despista al escucha, al televidente o al lector.

La realidad es, que Presidencia incluyó en la comitiva a Glasgow por motivo de ingreso a ese importante evento mundial, a todos aquellos que justificamos la importancia de la asistencia en favor de los intereses del país.

¿Porque será que hay unos que todo lo distorsionan y lo sacan de contexto y en lugar de escribir o reportar con talento notas afirmativas andan es a la casa de oportunidades para generar controversia?

Y se pregunta uno, ¿Por qué hacen daño al buen nombre de otras personas y no les pasa nada?

Eso de qué Duque abuse de sus prerrogativas presidenciales, es solo un sartal de paja. El hombre es austero y le sirve al país en función del interés general y eso, incomoda a quienes solo se sirvieron del poder para vanagloriarse personalmente por el resto de sus días.

Y sí, su hermano lo acompaña y lo asiste y ayuda muchísimo en sus recorridos. No tiene cargo, ni representa intereses de nadie, ni promueve fundaciones o causas propias ni ajenas, pero respetuosamente siempre y de forma discreta, ayuda a su hermano y a todos los que viajan con él.

Soy testigo de que Andrés Duque trabaja y colabora como cualquiera de los que hacen parte de las comitivas en viajes donde lo único que se hace es trabajar para dejar en alto el nombre de Colombia.

Yo fui a Glasgow y fui a Dubái, por mi cuenta, y fui incluido en la comitiva de Glasgow pues fui a representar al Grupo Ecopetrol, y en ninguna parte vi 130 integrantes de una comitiva. No eran ni 30 los que acompañaron al doctor Duque.

Pero eso sí, nadie menciona que ahí mismo en la comitiva “viajan” los periodistas y camarógrafos de todos los medios. Ni que estos, hacen parte de la comitiva y trabajan duro como lo hace siempre el señor presidente.

Es decir, es evidentemente falaz y perniciosa la crítica a los viajes del presidente, porque los medios siempre tienen ahí su propia gente. Y ellos ven quién viaja y quién no en un avión tanquero donde solo hay 8 sillas en la cabina principal, y el resto es un espacio donde todos los viajeros se ven la cara, y sea dicho de paso en ese tanquero militar no hay 130 aciertos, ni de casualidad.

El ataque personal es permanente y está teledirigido, desde otra parte, no hay duda.

Y claro que hay invitados especiales que también llevamos un propósito patrio en los viajes en que participamos como parte de unan misión de representación del país.

El caso es darle palo a este presidente por obrar con transparencia y corrección. Porque, al que vendió la constitución y los fundamentos de la democracia por propia vanagloria y a favor de la delincuencia en La isla de Cuba, nunca lo criticaron por la romería que llevaban a la isla a traicionar la patria y entregar la legalidad a los propósitos del narcoterrorismo. Ni criticaron a su familia por viajar y rumbear con sus amigos como parte importante de su cotidianidad.

Para mí, toda la crítica rastrera y mezquina a Duque se origina en los celos de los expresidentes que controlan aún segmentos de una caótica prensa inmediatista y mamerta.

Veamos. El hombre lleva 5 salidas del país cada una más exitosa que la otra. Y eso a algunos los tiene enfermizos.

Fue a Brasil, Corea a NYC y WDC 2 veces, a Escocía donde lideró con ejemplo en la conferencia de cambio climático, paso a París a consolidar su excelente relación con Macron, atendió en Dubái a la Expo Mundial y luego pasó a Israel a solidificar esa importante relación. Todo en tres meses alternando con su presencia en muchos rincones del país como La Mojana, Turbaco. Barranquilla, Leticia, Antioquia, Caldas, Cartagena, los Llanos Orientales, etc.

Y lo curioso es que sin duda en todo evento y en toda reunión de trabajo el hombre habla con coherencia, gestiona resultados, produce anuncios positivos, promueve al país y los comentarios de los presentes es que en todo saca 5/5.

Señores dejen ya la mezquindad, construyan y destaquen lo bueno, el país está cansado ya de sus embustes, y pongan cuidado, es por su propio bien, hablar con la verdad no hace daño, ojo vivo que se los come la envidia y con tanta falsedad en lo que expresan van a terminar creyéndose sus propias mentiras y enfermos en un hospital mental.

¡Patriotismo, menudencias!

¿Adónde se perdió el propósito de servirle bien al país, de quienes más obligación y compromiso moral tienen de hacerlo? Para algunos, todo eso quedó empeñado en una prendería clandestina en la tierra que Colón bautizó como Isla Juana, en honor a la que después se convertiría en “Juana La Loca”.

Mientras en ejercicio responsable, serio y comprometido con el cumplimiento de la ley, el presidente de Colombia lidera el Estado y la actividad económica con un rigor y un profesionalismo democrático ejemplar, y lo hace sin llorar por la complejidad de lo heredado, ni por la época y vicisitudes que le han correspondido sortear, ex gallipollos y avechuchos de toda suerte de plumajes afiliados o no a las agencias de empleo político partidistas, la mayoría de los medios del país y algunos de la madre patria, no le perdonan, ni le perdonaran jamás a Duque, el haber llegado al poder en total convicción y franco compromiso con las banderas de los valores democráticos con que gobernó Álvaro Uribe y le mejoró las condiciones de vida al pueblo colombiano entre 2002 y 2010.

Raro resulta que, cuando uno de estos rimbombantes pajarracos se subió al anca del caballo de Uribe para luego engañar el electorado y al país, o cuando se desconoció de tajo la voluntad democrática del pueblo expresada en las urnas en octubre de 2016, el asunto de un atropello constitucional no fue criticable, todo parecía ser algo plausible y que no acreditó reproche alguno.

Y resulta aún más inadmisible al simple entender de los mortales, la mezquindad y falta de patriotismo demostrado por esos mismos “líderes políticos e institucionales”, durante el terrorífico intento narco populista de derrocar la democracia en el pasado mes de abril, cuando nuevamente primó el silencio inexplicable de la gran prensa, sobre toda lógica, razón o consideración al sentimiento que nos obliga esa embolatada noción del patriotismo.

Observe el lector que es justo ahora, cuando al igual que en enero de 2019, nuevamente bajo el liderazgo de Duque, vemos un claro proceso de recuperación afianzado en el esfuerzo y el trabajo público y privado bajo un marco de legalidad, emprendimiento y equidad, que esos mismos egos viscerales llenos de las menudencias propias de la vanidad, la envidia individualista y la orfandad de poder, envían “propios” a criticar desde España, Brasil y los Estados Unidos, cada acción de un presidente honorable, que gústeles o no, los aventaja.

No sin razón entonces, se pregunta el ciudadano: ¿Cuáles habrán sido y a qué precio, los compromisos ocultos que se asumieron en La Habana, hipotecando nuestra carta constitucional a un gran costo social, político, económico y moral, con tal de dejar tranquilo y hasta fortalecidos la deforestación y narcotráfico?

Y es que no se entiende ni se explica, cómo es eso de que ahora, la inseguridad es asunto nuevo en esta tierra y es a cuenta de Iván Duque, ni cómo diablos quienes viven a la caza de un escándalo, callan y ocultan que hay un partido deforestador que se nutre de la ilegalidad, amparado por redes milicianas de guerrilla rural y urbana, por algunas dictadoras y gobiernos populistas, por bandas de micro y gran narcotráfico, y por una corruptela infiltrada en algunos de los círculos de control de los poderes del Estado, al cual algunos de estos patronazgos demagógicos se empeñan en proteger a cualquier costo, sin importar para nada, casos como los recientes bloqueos violentos a la movilidad y a la economía nacional, los atentados contra la vida del señor Presidente, la reincidencia criminal de Santrich o la participación en crímenes de lesa humanidad de cabecillas narcoterroristas como Granda y tantos otros, incluidos congresistas violadores y asesinos de mujeres y de niños campesinos.

¡Qué orgullo!

El orgullo de tener un gobernante que representa lo mejor de Colombia ante el mundo.

Duque deja en alto ante las naciones del mundo la fortaleza, integridad y entereza democrática que caracteriza la generosa nación colombiana. Ello deja en evidencia, ante la mal informada comunidad internacional, la realidad de lo mejor y de lo peor que da la tierra.

Después de pasar un año y medio dedicado a responder por la salud, por la economía y a resistir toda suerte de ataques y presiones del narcoterrorismo asociado con una feroz oposición política que raya en lo delincuencial y, también, de los “amigos” que desde que llegó a Colombia en el 2014 lo menospreciaron y luego pensaron que tenían el primer derecho a tirarle a la piñata con los ojos destapados, Duque lleva al mundo evidencia de ejemplo en el ejercicio democrático del poder, de cómo cumplir son su deber frente a todos los colombianos por las vías del entendimiento y el respeto por la legalidad.

En una región que hace parte de un mundo globalizado, conectado e informado, donde la tecnología y la ciencia ya están abiertas a todas las personas, Duque empieza a ser alguien muy importante, no solamente para Colombia sino para todos estos países.

Soy testigo de que quien abona y siembra con amor, cosechará la generosidad de la tierra, e Iván Duque empieza a ser reconocido por su vocación de servicio a la Patria y a los graves problemas humanitarios y sociales de la región, y por eso se agradece también en otras latitudes su esfuerzo por contribuir a solucionar los problemas del planeta.

Iván Duque tiene solo 45 años y mucho por ofrecerle aún a Colombia. Está abriendo un camino que lo va a convertir en un gran latinoamericano. Duque se ha propuesto demostrarle al mundo que nuestra región tiene mucho más que aportar que todo aquello por lo que nos estigmatizan en los medios locales e internacionales, y yo creo que lo está logrando.

El hombre tiene una gran vocación de servicio, tiene calidad de estadista, tiene la capacidad de hablar en inglés o en español, con la misma claridad, elocuencia y transparencia, con las personas más humildes y las comunidades más necesitadas en toda la geografía nacional o con grandes mandatarios del mundo, con los empresarios que lideran el cambio tecnológico y con quienes aportan a la preservación del planeta.

Y eso es lo que hay que valorar en la gestión que Duque ha hecho en tan solo 20 meses de normalidad, pues a los 38 meses de trabajo productivo se le pueden descontar 18 de pandemia.

Y así haya detalles y cosas que se le puedan escapar, y así muchas veces su seriedad y su mesura sean superadas por la mediocridad propia del inevitable clientelismo y la maldad que caracteriza delincuentes y tramposos, la verdad es que hoy el mundo admira su sensatez y su racionalidad y el hecho de ser un hombre que toma decisiones muy ponderadas, que así todas no sean idóneas, todas son honestas y buscan servir el interés general de toda una nación.

Duque es un hombre de una conducta intachable y una capacidad de trabajo impresionante; soy testigo de cómo, después de esta gira que hicimos por España, Washington y Naciones Unidas en Nueva York.

A la elocuencia de sus palabras la preceden horas de estudio, de lectura y preparación. El hombre es como Uribe, una máquina de trabajo disciplinado y aplicado. No para de trabajar por Colombia. Cuando nosotros regresamos cansados, este tipo se bajó del avión en Cartagena después de que durmió solo cuatro horas durante 10 días de gira, se bañó, salió, y venga, voy por el presidente Piñera, voy a Turbaco a un evento popular, venga esto, lo otro, cumplió con el mandatario chileno y siguió a “La Mojana” a acompañar a la gente afectada y a ver como ayuda. Todo siempre con la mejor disposición y aunque le critiquen envidiosos y malevolentes, lleva el país en el corazón y en la mente acompañado de una energía tremenda.

Duque es un hombre que está pensando en grande, y en eso estamos empeñados en ayudarle, porque es que, si este país no tiene clara una línea de pensamiento a largo plazo, se jode.

¿Acaso vivimos en una sociedad amancebada con la anarquía?

Hace 211 años que celebramos unidos un grito de independencia. Como la hemos tenido, ahora no la valoramos y una minoría violenta quiere romper el equilibrio democrático entre libertad y orden, que garantiza equidad y justicia en el ejercicio de la legalidad.

Como hice parte de la directiva de entidades internacionales, no me cuesta reconocer que sus burocracias también se equivocan y son sujeto de contaminación ideológica que desvirtúa su loable propósito. Diga lo que diga la CIDH, el reconocimiento del derecho a la protesta, sin garantía ni penalidad en caso de resultar en un abuso de los derechos fundamentales de todo ciudadano, representa el camino más corto a la anarquía.

El reconocimiento constitucional del derecho a la protesta pacífica, pierde toda validez cuando está asociada a paros y bloqueos que vulneren otros derechos, afecten la libertad de movilidad y el abastecimiento de bienes y servicios, se efectúen mediante amenazas y actos terroristas, daños a la propiedad pública o privada, agresiones físicas a personas, ataques contra la fuerza pública, violencia ciudadana, vandalismo, asonadas, incendios y destrucción de infraestructura, con las consecuentes pérdidas económicas y en general cuando las protestas resultan asociadas a cualquier acto que sería punible cuando un individuo obra en solitario o por su propia cuenta.

El derecho a la protesta debe estar antecedido del cumplimiento de las obligaciones ciudadanas de acuerdo con la ley[1].(*)

En medio del lamentable silencio de gobiernos democráticos, organismos y organizaciones internacionales, las protestas en Cuba están plenamente justificadas por 60 años de opresión dictatorial comunista y represión de todas las libertades y derechos existentes. Igualmente, representan el último recurso en países como Venezuela y Nicaragua, causadas por décadas de destrucción de valor y valores, se remiten a realidades de descomposición, miseria y empobrecimiento, a manos de regímenes totalitarios disfrazados ideológicamente.

Y estas protestas en contra de las dictaduras, de ninguna forma validan las que se han vivido recientemente en Barcelona, Estados Unidos, Chile o Colombia. Por el contrario, devalúan y desvirtúan la falsa narrativa populista que se le vendió al mundo como un justiciero y loable propósito.

En el caso de las manifestaciones de protesta en Colombia y la violencia asociada a las mismas, se han ignorado todas las reglas de convivencia en pandemia, generando miles de contagios y muertes innecesarias.

El problema de los abusos a las libertades de toda una nación, no es asunto de filosofías ideológicas, ni del grado de qué tan liberal o conservadora sea la forma de pensar de quienes las expresen, son atentados contra los principios que comprenden la legalidad en la que tenemos que convivir como seres civilizados.

En democracia no se vale adoctrinar indefensos por fuera de los valores intrínsecos a la misma. Ni movilizar masas con un discurso engañoso. Menos pagar delincuentes y azuzar inconformes e ignorantes para que con violencia se encarguen de sembrar terror, desconfianza e incertidumbre, destruyan vidas, la economía, bienes e infraestructuras que mantienen las empresas privadas, los empleos y los ingresos de los que dependen los ciudadanos.

Tampoco se vale mentirle al mundo para validar los intereses cobardes del populismo, afines a un socialismo del siglo XXI, que no han podido aceptar que, ni todos podemos vivir del Estado, ni que las organizaciones criminales narco-comunistas, que se quieren tomar el poder por medio de la combinación de todas las formas de lucha, no pueden ser quienes habiendo cometido crímenes de lesa humanidad participen en el proceso legislativo y de control político democrático.

Criticar es simple. Destruir es fácil. Construir valor, sociedad, cultura y civilización, es tarea para líderes, gobernantes y comunicadores ejemplares. Honremos hoy con respeto la libertad.

Anexo. Terrorismo digital asociado a las protestas en Colombia.

Durante más de 20 días me he dedicado a hacer un análisis técnico comparativo de varias herramientas digitales cuantitativas disponibles en el mercado (SML – Escucha de Redes Sociales). En un periodo observado de abril 25 a mayo 20 de 2021, los resultados demuestran la narrativa que se construyó en más de un 95% desde Twitter, y estuvo concentrada en que el Estado, que no fue el agresor, era quien atacaba violentamente a la ciudadanía colombiana en franca violación de los Derechos Humanos.

La narrativa sobre “Violencia Estatal” estuvo asociada a sucesos en Cali, intervención de organismos internacionales (ONU), críticas de oposición política al gobierno de Duque y acusaciones a Uribe. Luego pasó de estar asociada “propuestas ciudadanas”, a actividades de Anonymus (Ciber-ataques & cierre de twitter), actuación del gobierno, asociación con Venezuela, censura en internet y apoyo a Duque.

Más del 80% de las cuentas observadas, interactuaron con los usuarios de redes de comunidades activistas supuestamente defensoras de Derechos Humanos y políticos de izquierda. Y aproximadamente el 60% de la conversación general estuvo asociada a violencia.

Unos veinte mil usuarios o el 1 % de la conversación total de la red presentaron alta actividad anómala, un promedio de 3 publicaciones por segundo pero generaron aproximadamente el 40 % de la conversación, que fue cercana a los 10 millones de comentarios, de los cuales, el 85 % acusaron al gobierno y a la fuerza pública de la violencia en las manifestaciones, amplificaron internacionalmente una narrativa de crisis socio-política validada por mensajes de apoyo de todo tipo de celebridades, mientras solo el 10 % de los comentarios favorecían al gobierno y a la ciudadanía indefensa ante bloqueos, violencia y asonadas, estratégicamente planeadas con el auspicio de organizaciones criminales.

La narrativa fue difundida principalmente por twitter.com y amplificada exponencialmente por cuentas anónimas o impersonales, Trolls y Robots fabricados con código por mercenarios mediáticos, como el caso de Yac News asociado con Anonymus (ciberataques), por sistemas masivos de distribución de información venezolanos y rusos como TeleSur, Marzo4F.com controlado por Diosdado Cabello y rt.com (RusiaTV), de los cuales se nutren rutinariamente otras agencias noticiosas y medios internacionales como El País, The New York Times, The Washington Post, CNN, BBC, etc. Las noticias y opiniones que difunden comentaristas radiales, televisivos y mediático-digitales colombianos se dedican a expandir esas versiones informativas, en muchos casos sin validar su autenticidad y veracidad.

Las herramientas analíticas registran que el origen de dicha narrativa proviene especialmente del twitter de senadores de oposición plenamente identificados, de sus grupos de trabajo digital, y de medios internacionales más distribuidos por usuarios anómalos, desde Venezuela, Colombia, Alemania, Rusia, España, Francia, USA, e Inglaterra; siendo los 10 más distribuidos: el medio Bolivariano marzo4f.com, elespectador.com, eltiempo.com, semana.com, france24.com, wradio.com.co, dw.com, cnnespanol.cnn.com, cuartodehora.com, elpais.com, y las plataformas más utilizadas fuera de Twitter, Youtube.com, Facebook.com, Instagram.com.

Las consignas o hashtags relacionas con el paro en todo el país, difunden en su mayoría videos asociados a manifestaciones y violencia policial. Los de mayor impacto inicial, fueron: #SOSColombiaDDHH y #ColombiaEnAlertaRoja. Se observaron picos incrementados por menciones de políticos y analistas como los de los días 14 y 15 de mayo creados por la noticia falsa de una supuesta agresión sexual de miembros de la policía contra la menor Allison Meléndez, #SOSpopayan, #ParoNacional, #PrimeraLínea, etc., seguidos por otros contra los escuadrones antidisturbios de la fuerza pública y contra el gobierno: #DuqueRetireLaReformaYa, #EstadoAsesino, #NosEstanMatando, #DuquePareLaMasacre, #DuqueMandoAMatarnos, #DuqueNarcoParacoYAsesino, #IvanDuqueAsesino, #IvanDuqueRenuncie, etc.

La conversación asociada a un “Golpe de Estado” dentro de una supuesta “crisis socio-política en Colombia”, #golpedeestado, se dio entre más de 50,000 usuarios que la multiplicaron más de 100,000 veces, en su mayoría cuentas de activistas de DDHH, y se originó principalmente en Twitters de Gustavo Petro, quien comparó el Gobierno de Duque con el de Pinochet en Chile, y en asociación de otras cuentas circularon la falsa idea de que Álvaro Uribe está desestabilizando la población para dar un golpe de Estado contra Iván Duque. De otra parte, algunas cuentas conservadoras hablaron de un posible golpe de Estado por parte de Petro en alianza con sectores de la izquierda y el narco-terrorismo.

En cuanto a los 10 usuarios más influyentes en la conversación general, están las cuentas de: @IvánDuque, @DiegoMolano, @ONUHumanRights, @GustavoPetro, @GustavoBolivar, @Col_Informa, @Contagioradio1, @CIDH, @IvanCepedaCast, @JMVivancoHRW.

[1] (*) Constitución Política de Colombia 1991. Artículo 2. “Son fines esenciales del Estado: servir a la comunidad, promover la prosperidad general y garantizar la efectividad de los principios, derechos y deberes consagrados en la Constitución; facilitar la participación de todos en las decisiones que los afectan y en la vida económica, política, administrativa y cultural de la Nación; defender la independencia nacional, mantener la integridad territorial y asegurar la convivencia pacífica y la vigencia de un orden justo. Las autoridades de la República están instituidas para proteger a todas las personas residentes en Colombia, en su vida, honra, bienes, creencias y demás derechos y libertades, y para asegurar el cumplimiento de los deberes sociales del Estado y de los particulares. 

Ayuda a Colombia desde el exterior

– No más noticias falsas, digamos la verdad.

Pedimos ayuda a todos los colombianos y a los amigos del país que viven en el exterior, a nuestros embajadores, a los cónsules y conciudadanos.

Por favor contactemos por redes, por medio de llamadas directas, e-mails o cartas a medios, periodistas, representantes políticos locales y a influenciadores digitales para que les expliquen lo que realmente está pasando en Colombia.

Hoy una sumatoria de violentos incitados por propaganda y dineros subversivos, sube a las redes información falsa contra la policía y el gobierno de Iván Duque, nos inundan de noticias falsas e historias a medias que luego activistas en redes, corresponsales y agencias de medios, HRW y hasta la ONU, se apresuraron a difundir, sin analizar la verdad de lo que acontece, generando oleadas de enunciados sobre percepciones falsas que a la vez desencadenan violencia, brutalidad digital y multiplicidad de ciberataques.

Las protestas en Colombia son en su gran mayoría violentas y destructivas, y organizadas con el propósito de destruir valor y crear pánico y más inseguridad ciudadana. El Comité del Paro, es una fachada para encubrir actividades destructivas, terroristas y subversivas contra la sana convivencia ciudadana y el estado de derecho.

Los disturbios son financiados por el narcoterrorismo y están inspirados por el movimiento “Colombia Humana” liderado por Gustavo Petro (ver: M-19), cuyo objetivo es la toma del poder por medio de actividad política fundamentada en la protesta ciudadana, quien está acompañado de otros líderes que fueron guerrilleros y por narcoterroristas autores de crímenes impunes de lesa humanidad, que fueron llevados al parlamento por el fallido proceso de paz de Juan Manuel Santos con las FARC.

Están además infiltradas en la organización de actividades terroristas, el G-2 Cubano, pandillas conectadas con el régimen comunista venezolano, y milicianos urbanos narco-terroristas de las FARC y ELN, liderados por los prófugos de la justicia colombiana que operan todo tipo de actividades criminales desde territorio venezolano y por las llamadas disidencias de las FARC-EP, que se identifican como “Movimiento Bolivariano” y que están apoyados por el dictador venezolano Nicolás Maduro y el líder Diosdado Cabello.

Los disturbios y actos de violencia destructiva urbana y sitio estratégico para desabastecimiento e inmovilización de las grandes ciudades colombianas hoy son apoyados por los alcaldes de Bogotá, Medellín, Cali, Cartagena, Santa Marta, Zipaquirá y otras ciudades que se suman a una extrema izquierda vinculada a organizaciones crimínales que operan y actúan como guerrilla urbana.

Entre las organizaciones dedicadas a pagar jóvenes para cometer actos vandálicos y linchar y matar policías se destacan el nuevo JM-19, el sanguinario ELN y Las FARC-EP que resurge con fuerza y que, como se dijo antes, hoy cuenta con representantes, miembros activos en el parlamento, utilizando lo que siempre han pregonado como: la combinación revolucionaria de todas las formas de lucha por el poder.

Las manifestaciones que se presumen pacíficas sólo cuentan con un pequeño grupo de marchantes que protestan por un sentimiento genuino de inconformidad. Los grupos guerrilleros organizadores respaldados por dineros ilícitos amenazan líderes sindicales y líderes de gremios transportadores y de otras profesiones, obligándolos a participar o pronunciarse en favor de los paros.

La realidad es que, con dineros sucios de FARC, ELN y narcotráfico, pagan y movilizan comunidades indígenas, jóvenes pandilleros urbanos organizados en grupos de vándalos dedicados al microtráfico de estupefacientes, que con el fin de destruir la funcionalidad de las ciudades, atacan sistemáticamente objetivos estratégicos como el transporte masivo, los puntos de fácil suspensión del tráfico vehicular y la destrucción de centros de servicios comunitarios como bancos, supermercados, tiendas, centros comerciales y centros de salud.

Defendamos a Colombia y sus ciudadanos de bien, y apoyemos a un presidente y un gobierno honorable, trabajador y bien intencionado, que se ha dedicado a construir con ejemplo de sensatez y mesura, una cultura de la legalidad y a respaldar un empresariado que genera y mantiene empleos en medio de la gran crisis por la cual atraviesa en mundo debido al COVID-19.

Promover e incentivar marchas, actividades y congregaciones masivas pacíficas o violentas en medio de la emergencia pandémica por la que pasa el país no solo es un acto inhumano e irresponsable, es doloso y delictivo.

¡El problema de haberle vendido el alma al diablo! - Parte dos

– Parte Dos. Del Populismo. (Serie Cultura de la Legalidad)

La política importa, y está en manos del sector privado y los medios productivos de la economía, que son los que generan empleo y bienestar, evitar que el populismo se trague la democracia.

Todos cometemos errores, eso está claro. El asunto difícil es, cómo reconocerlos y corregirlos. Y aquí, en la lucha por el poder, parece que se vale de todo y los partidos políticos ya le vendieron el alma al diablo del clientelismo.

Pareciera que en las próximas elecciones “vamos a pagar, justos por pecadores”, a cuenta de la ausencia de entendimiento de los partidos sobre lo elemental que implican los valores fundamentales de la democracia, y de las estúpidas e irresponsables indolencias de un fardo de inútiles que dicen que quieren ser presidentes, sin estar preparados para sortear la recuperación económica de un país entero después de una pandemia global, y que no se dan cuenta de su incapacidad para suplir en solitario, las necesidades de desarrollo socio-económico de la nación.

Colombia necesita la continuidad del camino trabajador y honesto, constructor de legalidad, que le ha marcado al país el actual presidente en medio de dificultades sin precedentes. No es criticando al gobierno que se conserva el espíritu democrático. Miremos bien en la frontera nororiental y en nuestras calles, las consecuencias de haber dejado descarrilar los valores esenciales de una democracia.

Se demanda una persona, sensata, honorable, con buena experiencia de vida y vocación de servicio, que sepa administrar y que sea capaz generar compromiso con el deber ser y la legalidad. No es solamente cuestión de un nombre reconocido en el sector público, ni de inflar un muñeco famoso de la política que nos presida por otro período. La cosa es, poder contratar a alguien debidamente acreditado para la responsabilidad democrática que confiere el mandato.

Aquí a un ciclista o a un futbolista para ser contratado o para llegar a la selección Colombia, a un profesional para ser gerente o presidente de una empresa privada importante, le toca pasar por un estricto proceso de acreditación y validación. Tiene que tener un parte de sanidad física y mental, credenciales que validen una calidad probada, una trayectoria efectiva y un buen comportamiento; en resumen, comprobar realidades que lo acrediten como el más competente para el oficio.

Pero cuando de ser candidato a presidente o de vivir del Estado se trata, parece que los criterios de selección de la gente se invierten y contradicen el deber ser y los valores de cualquier otro proceso de selección en búsqueda de excelencia.

Parece que para ganar el favor de los que se acreditan el poder de la formación de opinión, hay que manejar un discurso bien mentiroso y presentar todo un cuento que encubra las verdaderas intenciones que tenga un sujeto, pues, mientras más escandalosa y atrabiliaria sea su arenga, más mencionada y reconocida resulta ser la persona.

La cosa es, que no nos hagamos trampa con lo que digan las especulaciones tempranas de los medios y encuestadores, donde cualquiera puede ser candidato sin que medie un verdadero proceso de precalificación fundamentada en una trayectoria honorable y efectiva de servicio a la democracia que debían cumplir unos partidos que hoy solo están dedicados a la rebatiña por medrar de la misma canoa.

Tal y como se presenta el panorama actual, parece que vamos a un mundial en el báratro, con un equipo de mochos. ¿Habrá que volver a importar jugadores ajenos al manoseo de la hacienda pública, capaces de romper todos los esquemas politiqueros?

¿Será la elección, entre un mediocre incapaz de mantener el orden democrático que enmarcan las leyes y que garantiza la libertad, o caer al abismo totalitario a manos anárquicas de un corrupto faccioso con mascará de líder social de oposición al establecimiento y apoderado de un discurso propagandístico cargado de falsedades y resentimiento, que apele al descontento social y al odio de clases para engañar la juventud, en la misma forma que se pregona que ha sido engañado por quienes hasta ahora han tenido la responsabilidad de conducir la nación?

Pues el problema del populismo es como dice el refranero, que: “La mona, aunque la vistan de seda, mona se queda”. Y es que quienes se auto nominan y quienes se autodenominan de oposición, “ni rajan ni prestan el hacha”. Son lo mismo de lo mismo, ya que sus actos y sus conductas personales solo encubren un pasado y un presente corrupto y en veces hasta criminal, pues todos practican una politiquería clientelista, sucia y parasitaria que no podemos desconocer.

Terminemos diciendo que tristemente no existen en Colombia verdaderos movimientos y partidos políticos con valores, y que esto es: “río revuelto, ganancia de pescadores”, pues se perdió la verdadera vocación democrática y los conceptos ideológicos partidistas fueron reemplazados por las mentiras más convenientes para engañar al pueblo que todos pregonan representar.

Reflexionemos. Hablémosles a los padres, y como padres a los jóvenes con sinceridad sobre nuestros errores, hablémosle de la importancia de que, en su sed de cambio, no se dejen endulzar el oído por el populismo y perdamos los rieles de la libertad y el orden sobre los cuales rueda la justicia que acarrea el desarrollo en las democracias.

¡El problema de haberle vendido el alma al diablo! - Parte uno

– Parte uno. De la sociabilización de la injusticia. (Serie Cultura de la Legalidad)

Hablando en términos reales, pero con expresiones figurativas: “Cuando alguien le vende el alma al diablo, la apelación es en los infiernos”

Veamos porqué se descarriló la democracia, cuando ante la imposición de la impunidad, calló la justicia.

Para entender la gravedad de un problema de la justicia, que no es nuevo en Colombia, el colmo lo marca el hecho particular de que “un presidente” se haya dedicado ocho años a sociabilizar la injusticia. Es así como se rompió la unidad democrática y la independencia de poderes, cuando en procura de pasar a la historia el gobernante resolvió de manera arbitraria, vanidosa y entresijos, endosar los principios constitucionales a una pila falaz de negociadores embusteros y resentidos, que resultaron empeñando la legalidad en una prendería de quinta categoría en La Habana, en favor de las fuerzas narcoterroristas del crimen organizado.

A cambio de una medalla, se vendió al mundo una falsa ilusión de paz y se le dio sepultura a la autenticidad de un sano debate democrático. Se le dio rienda suelta a la ideologización y los abusos de las cortes en una estructura judicial que ya estaba politizada. Se construyó la moda de una nueva ola de publicidad propagandística enmarcada en una irresponsable corrupción ideológica, con la cual, bajo la complicidad de un parlamento vendido, se engañó al pueblo, a los medios y a la propia la justicia representada en algunos de sus más altos jueces y magistrados, que bendijeron el establecimiento de nuevos órganos paralelos para legalizar todo lo que antes era ilegal.

Siendo muchos jueces y magistrados personas integras y verdaderos apóstoles del derecho, no se puede desconocer que aquí ya parece que no hay a quién se le pueda reclamar en justicia. Menos cuando las actuaciones más visibles de la rama judicial demuestran abusar del poder en favor de los delincuentes.

Cuando los jueces toman abiertamente posición ideológica en los asuntos propios o ajenos a su competencia, se trapea con la legalidad. Cuando se calumnia la honra de las personas en redes y en medios, se le usurpan a “Themis” la venda y la balanza, y es la impunidad lo que resulta después de la mayoría de los atropellos contra la vida, honra, bienes y la libertad de los ciudadanos del común.

Es claro que hoy empezamos a sentir en el diario vivir del ciudadano del común, el efecto nefasto del estupro político que violó la voluntad del constituyente primario desconociendo el triunfo del “no” en el 2016. Hecho con el cual se legitimó en el Congreso un atraco a la democracia a cambio de contratos y cuotas clientelistas, que en su mayoría encajan perfectamente en el concepto de corrupción administrativa.

En medio de un constante mama-toco con la impunidad, las verdades se construyen con acusaciones temerarias en el foro mediático de algunos pasquines y radio-juzgados matutinos, donde en contraposición al derecho universal del debido proceso y la presunción de inocencia, las actuaciones propias de juicios y las condenas, se realizan en lo que dura un programa, y se ratifican, en algunos noticieros de la noche.

Entre tanto, vemos a la propia justicia sufriendo, convertida en negocio transaccional donde hay un trueque de sentencias y penas, a cambio de convenientes informaciones, que luego llevan a otras acusaciones, y en el medio, se pierden los conceptos de la verdad y el equilibrio que debe mantener quien a jurado decidir en justicia.

En resumen, aquí son “los pájaros los que le disparan a las escopetas”, y a menudo, es creando escándalos impertinentes, como a golpe de pluma y micrófono, el cuarto poder es quien resulta determinando con ánimos alevosos, cómo se imparte justicia en Colombia.