Artículos | Andrés de Bedout

Andrés de Bedout Jaramillo
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Hace un año murió mi madre

Lo que más admiré de mi madre fue su capacidad de procreación al mejor estilo católico, relaciones sexuales para la procreación de siete hijos, hoy entre los 57y 69 años. Fueron 12 años para la creación de 7 hijos, con un marido con el que compartió cerca de 30 años. Perdió a su marido a los 53 años y a su primer hijo a los 85 años.

Fueron 10 años pariendo, 50 manejando un hogar y educando hijos, viuda más de 30 años y cerca de 10 años con alzhéimer progresivo.

Su fortaleza y carácter lo heredó de su madre Ana Peláez y de su padre Roberto, apenas lo conoció, murió cuando tenía cerca de 5 años.

Estuvo muy comprometida con nuestro padre Jacques en los proyectos educativos de sus hijos, del Colegio de Los Benedictinos, del Colegio Jesús María y del Colegio Cumbres. La formación católica en valores y la educación, fueron prioridades en su existencia.

Nos enseñó sobre la importancia de la unidad familiar, siempre andábamos juntos, los 9 cabíamos en el mismo carro, en la misma casa, salíamos todos juntos a vacacionar, en fin, ahí aprendimos amor de hermanos, tolerancia, a compartir, a ser responsables, solidarios, estudiosos y trabajadores. También aprendimos a competir, a ser celosos, reservados, peleadores y muchas otras cosas aparentemente malas que los humanos interiorizamos para pasarnos la vida desaprendiéndolas; así es que formamos para vivir. Aprendimos a escoger entre el bien y el mal. Todos los amigos de sus hijos e hijas la recuerdan con cariño, aprecio y agradecimiento; en su casa los trató como a sus hijos e hijas.

Nos separamos muy pocas veces excepto las que podríamos llamar trágicas separaciones, la primera cuando por cuestiones laborales nuestros padres y los dos mayores viajaron a Alemania a preparar el terreno para la llegada de los cinco hijos que quedamos esperando en Medellín. El momento de reunirnos otra vez fue frustrado por un trágico accidente de nuestros padres en el exterior, que impidió los planes originales. Superadas las dificultades nos volvimos a juntar en Medellín. Luego vino la segunda y más difícil separación, la muerte trágica de nuestro padre hace ya 44 años y posteriormente, hace cerca de 10 años la muerte súbita de nuestro hermano Santiago y ahora hace un año la muerte de Nora nuestra madre. Estas tres últimas separaciones, de por vida, la muerte es la muerte.

Las crisis económicas hicieron parte de nuestra formación, fueron difíciles, estábamos acostumbrados a que no nos faltara nada y si bien nunca nos faltó nada, tocó abrocharse muy duro el pantalón y trabajar sin descanso (sin fecha, ni horario, ni calendario).

Nora, en este primer aniversario de tu partida te quiero pedir perdón por los momentos difíciles y agradecerte infinitamente todo lo que hiciste por toda tu familia y tus congéneres.

Son tres los angelitos que tenemos en el Cielo, que siempre estarán vigilantes para ayudarnos, siempre de la mano de nuestro Señor Jesucristo.

La esperanza está viva

En las elecciones presidenciales se impuso un mandato a la unidad, a la austeridad, a la lucha contra el abuso y la corrupción, en la búsqueda permanente del bien común, del interés general, dentro de un ambiente de polarización extrema y de un 50% de desconfianza en el nuevo gobierno definido democráticamente; la incertidumbre está presente y la esperanza está viva, la invitación de Petro al diálogo, ha sido escuchada por casi todos los colombianos de los diferentes partidos y movimientos, inclusive por el Centro Democrático, o mejor, por Álvaro Uribe, su máximo líder y opositor, quien en un acto de grandeza y en contra de muchos de sus más cercanos seguidores, aceptó la invitación a un diálogo encaminado a encontrar los puntos en que pueden estar de acuerdo y la forma en que podrían sacarlos adelante.

Yo diría que el tema principal gira en torno al dinero requerido para solucionar el problema más urgente, el hambre. Ese dinero en mi humilde opinión y en la de muchos colombianos está fácil de conseguir rápidamente, a través de una gran cruzada por la austeridad en el gasto irracional y desmedido en los gobiernos nacional, departamentales y municipales de las tres ramas del poder público y de los organismos de vigilancia y control; el gran pacto por la austeridad.

Yo estoy seguro de que este necesario actuar, inmediato, permitiría ubicar los recursos para alimentar esos veinte millones de colombianos, se recuperaría en muy buena parte la confianza en las instituciones y en sus funcionarios, mientras se definen y tramitan las reformas requeridas por el país, donde todos tendremos que ceder para evitar desgastes, incremento en la desconfianza y en la polarización.

En el cruce de Twitters entre Petro y Uribe, yo le doy mucho valor a los términos: el mismo país y un país común, ahí ya hay una identificación que permite iniciar el diálogo, que repito con un pacto de austeridad total, permitirá los recursos para satisfacer la primera necesidad de nosotros los humanos: el hambre.

Los demás temas vendrán por añadidura, concertados y alimentados por la sabiduría de nuestros líderes, que ya tienen la lectura exacta que busque conciliar lo que queremos los colombianos, unirnos dentro de las diferencias para poder salir adelante.

Démonos la oportunidad, depongamos las agresiones, las desconfianzas, el proceso de recuperación económica va por buen camino según los indicadores, hay que frenar la salida de capitales, hay que formalizar la economía, hay que generar muchas oportunidades de empleo, educación, salud, etc. Para lograrlo hay que quitarles el hambre a los que lo están padeciéndolo, la plata está en la racionalización del gasto público, cojan los presupuestos, estúdienlos, retiren todo lo superfluo, lo innecesario, lo que solo satisface intereses personales y pásenlo urgentemente para alimentación sería, responsable y de buena calidad para nuestros niños, nuestros jóvenes y nuestros adultos mayores.

Llenémonos de optimismo, nuestro señor Jesucristo no nos desampara; si todos mejoramos nuestro comportamiento, saldremos adelante. La unión hace la fuerza. La esperanza está viva, no la matemos.

25 años del Colegio Mano Amiga

Nos invitaron a Bello, barrio El Trapiche, a celebrar las bodas de Plata de este colegio de los Legionarios de Cristo.

Los Legionarios tienen sus raíces en México, se dedican a la evangelización y a la educación de alta calidad en todos los estratos de la sociedad, con las marcas Cumbres y Mano Amiga.

La cita en el Colegio de Bello era a las 8:00 a. m. y salí de la transversal intermedia en Envigado a las 6:00 a. m. hacia la estación Ayurá del Metro. Como el integrado bajaba lleno, opté por hacer el trayecto a pie y me tardé 22 minutos, 3 minutos menos que en el bus. Hacía meses que no usaba el sistema, compré nueva tarjeta cívica, costo $6.000 más recarga de $20.000, servicio rápido en la taquilla, además de máquinas para hacerlo directamente, muy buena cantidad de usuarios y de frecuencias para evacuarlos y tanto las estaciones como los vagones, en excelente estado, impecables, los buses integradores no tan en excelente estado ni tan impecables, pero prestando un muy buen servicio, con posibilidad de pago en efectivo o con la tarjeta cívica.

Una hora nos demoramos entre las estaciones de Ayurá y Niquia – Bello, un trayecto de reconocimiento y recuerdos, espectacular. En Bello tome el integrado hacia el Colegio Mano Amiga, me dejó a una cuadra, tarde 2 horas en mi recorrido y llegué puntual a la celebración.

El lote donde está el colegio tiene más de 25.000 metros cuadrados, fue donado por Conconcreto, empresa emblemática de Antioquia para Colombia, comprometida con las causas sociales y el desarrollo de la infraestructura en nuestro país, injustamente tratada por el suspendido alcalde Quintero, quien se ha encargado de ponerla en alto riesgo, con su equivocado actuar.

El Colegio Mano Amiga de Bello Antioquia ya cuenta con más de 800 alumnos en unas instalaciones físicas impecables, con un personal capacitado, profesional, comprometido, con un grupo de papás que han entregado todo por esta hermosa e importante obra que ya tiene más de 11 promociones de bachilleres, de orientación católica, de buenas personas para la sociedad, que han podido hacer sus estudios profesionales en las universidades de nuestra área Metropolitana y desempeñarse en el sector público y privado con lujo de detalles.

Del Colegio pasamos a la iglesia principal de Bello, en el Parque, grande, blanca, hermosa, con unas pinturas en sus cúpulas y paredes, que alimentan el espíritu y nuestra cercanía con el Creador. La misa de agradecimiento a Dios por estos 25 años fue concelebrada por los Padres Legionarios de Cristo, en un 99% colombianos. Ellos trabajan en revivir las vocaciones sacerdotales, tan difíciles hoy, supongo, por el alto grado de sacrificios y privaciones que ellas implican para el ser humano que decide tomar el camino del servicio 7×24. Me descrestó la presencia ordenada y piadosa de todos los alumnos, participativos, colaboradores, agradecidos.

Cómo está, hay miles de obras en Colombia, donde la Iglesia y la sociedad, a veces con la ayuda del Estado funciona, cuando elegimos buenos gobernantes que trabajan por el interés general, logrando integración, satisfacción y desarrollo.

Definitivamente la unión hace la fuerza; ayudemos a Mano Amiga, patrocinando al menos un estudiante con una beca de $220.000 mensuales.

Gracias Mano Amiga, gracias Legionarios, gracias, padres de familia, gracias Cumbres, que nuestro Señor Jesucristo los siga iluminando y que nos ilumine ahora el 19 de junio para votar por el ingeniero que tiene las mejores intenciones para golpear a los corruptos, quitándoles las exageradas prebendas que dejan sin oportunidades a los más necesitados.

Gracias por la invitación, la pasé de maravilla, aprendí muchísimo, compartí con personas ejemplo para la sociedad. A las 12 inicié el regreso a casa, integrado-Metro-integrado, otras 2 horas de reconocimiento y buenos recuerdos.

Medellín visto desde sus ciclo rutas

El sábado pasado resolví recorrer a Medellín en bicicleta por las ciclo rutas, en solitario.

Salí tipo 10:00 a. m. desde la transversal intermedia de Envigado. En EAFIT me monté en la ciclo ruta que va por el separador central de la avenida Las Vegas, poniendo a prueba mi equilibrio, mis reflejos y mi atención, cualquier error podría ser fatal. Me sentí seguro y tranquilo hasta la Cra. 30, de ahí en adelante tocó abrir muy bien los ojos, templar los nervios y apurar el paso en la medida de las posibilidades de las señales de tránsito, que no permiten un avance fluido, continuo. Quería evitar la posibilidad de ser abordado por algún atracador, ser arrollado por un motociclista e inclusive, arrollar algún peatón. Es que a los motociclistas y a los peatones les encantan las ciclo rutas.

Recorrí la avenida San Juan, pasando por el peatonal habilitado como ciclo ruta, como preparación para entrar en la zona de la plaza de toros La Macarena, zona de habitantes de calle y recicladores, muy afectados por la drogadicción. Al llegar a la unidad deportiva Atanacio Girardot luego de recorrer la Cra. 70, vi la importancia de los espacios públicos para la comunidad, personas de todas las edades y grupos de niños con sus profesores, aprovechando toda la oferta deportiva. Luego subí hasta la Cra 80 y bajé a la 70, al parque Juan Pablo Segundo. Quería llegar a la Terminal de Transportes del Sur, lo que me obligó a meterme por detrás de la pista del Aeropuerto Olaya Herrera, Barrio Antioquia, una zona muy miedosa, que recorrí a la máxima velocidad que permitieron mis piernas; tenía un compromiso con mi recién fallecida empleada Escilda Rodríguez, despacharle mi bicicleta a su hermano, apodado Pelo Malo, en Arboletes.

El próximo 19 de junio, como en la ciclo ruta, estarán a prueba nuestro equilibrio, nuestros reflejos, nuestra atención, para votar por Rodolfo Hernández que nos ofrece la verdadera lucha contra la corrupción y las exageradas prebendas de nuestros políticos, priorizando el interés general sobre el interés particular.

Que nuestro Señor Jesucristo tenga en su gloria a Escilda y nos ilumine el día de las elecciones presidenciales.

Colombia pide castigo

Mi lectura personal a las elecciones del domingo es similar a la de muchos opinadores, los colombianos queremos gente normalita en el poder y piden castigo a su desaforada e incontrolada adicción al abuso, a tener, sobre los demás, ventajas irracionales que rayan en el descaro.

Muchos opinadores hemos venido advirtiendo sobre la necesidad de una especie de pacto de la austeridad, de la eficiencia y del bien común, pacto que debió haber surgido de los poderes del Estado (ejecutivo, legislativo, judicial, organismos de vigilancia y control, partidos y movimientos políticos), inclusive le sacaron el cuerpo en tiempos de pandemia y solidaridad. Los colombianos dijeron ya no más y el mensaje de castigo del ingeniero, caló. Eso les pasó por angurriosos y tragones, cuando ellos solitos pudieron autorregularse, solo por sostenibilidad, les van a quitar todo.

Pues bien, el ingeniero, con sus 10 decretos iniciales, los va a hacer poner los pies sobre la tierra y las manos en sus corazones, para que dejen de sentirse seres superiores. Se les fue la mano, mucho sueldo, mucho carro, mucho escolta, muchos asistentes, muchos pasajes y muy poco trabajo por Colombia; el pueblo fastidiado, los quiere trabajando muy duro por el interés general de los colombianos, normalitos, con lo estrictamente necesario, sin polarización, poniéndose de acuerdo en la satisfacción de los intereses generales.

Todas las propuestas están calienticas, la mayoría de ellas se pueden implementar porque al parecer están de acuerdo con ellas o por lo menos así lo dieron a entender en los debates.

El cambio con castigo va a ser brusco, pero necesario, de años atrás se les viene advirtiendo y siempre creyeron que en vez de bajar las irracionales prebendas las podían seguir incrementando.

El ingeniero los va a poner en su sitio a la fuerza, sin preguntar, sin necesidad de pactos de austeridad y eficiencia, y si lo logra, Colombia gana de entrada. Todos tendremos que cambiar, convertirnos en mejores personas, con mejores comportamientos, más humildes, más sencillos, más responsables; la platica va a rendir, la justicia va a llegar, el hambre y el desempleo se van a disminuir, las empresas van a mejorar y todo basado en la austeridad total, freno de mano al derroche descarado de nuestros dirigentes.

Que nuestro señor Jesucristo ilumine al ingeniero, que le dé la fuerza necesaria en la implementación del cambio y del castigo a los descarados derrochadores que solo piensan en la satisfacción de sus intereses personales, que los hay por montones sobre todo en El Pacto Histórico.

En la segunda, yo voy a votar por Hernández.

Votemos en blanco en las elecciones para Senado y Cámara

En 160 días, algo más de 5 meses, los colombianos debemos decidir si vamos a seguir permitiendo que los congresistas se sigan burlando de nosotros o les vamos a dar con el voto en blanco, única y más inmediata herramienta que nos permite la Constitución, un primer escarmiento, por su mal y abusivo comportamiento.

Expresemos en las urnas, con el voto en blanco, coherencia con los niveles de desaprobación que tenemos sobre los senadores y representantes; que sientan que esa inconformidad es de verdad, que si no se autorreforman, vamos a ser capaces de llegar hasta una constituyente para de una vez por todas terminar con sus odiosos y abusivos procederes y exagerados sueldos, regímenes pensiónales y prebendas.

No nos dejemos asustar con la teoría de que el voto en blanco es como botar el voto; no señores, el voto en blanco es un voto sanción, es un voto de inconformidad, que si lo hacemos la gran mayoría de insatisfechos, no solamente por el escaso y poco fructífero trabajo de los senadores y representantes, indignados por la exageradas diferencias que ellos mismos han tejido para gozar de salarios, prebendas y regímenes especiales, que no aguantan ningún análisis de costo – beneficio, además de ser insostenibles en el tiempo, de los que se han venido contagiando las demás corporaciones públicas (asambleas departamentales y concejos municipales), las otras dos ramas del poder público (ejecutiva y judicial) y las autoridades de vigilancia y control (contralorías, personerías, fiscalías, procuradurías, etcétera) entidades que tampoco están rindiendo y que necesitan racionalización urgente en sus tamaños, salarios, prebendas y terminación urgente de los regímenes diferentes a los de los demás colombianos.

El voto en blanco que propongo es el voto responsable y libre que vamos a depositar en urnas el común de los colombianos; no queremos que venga de un grupo significativo de ciudadanos que se inscriba como promotor del voto en blanco, para luego poder reclamar como cualquier político, las gabelas económicas para la financiación de la campaña por el voto en blanco y menos el reconocimiento económico por cada voto obtenido.

Si no utilizamos esta herramienta del voto en blanco, seguiremos patrocinando el abuso y la burla de los congresistas que elegimos en las pasadas elecciones, donde son muy pocos los senadores y representantes que hacen o mejor, intentan hacer su tarea.

Ya no tenemos nada más que perder, el voto en blanco en los tarjetones de Senado y Cámara será el inicio del cambio responsable en Colombia, será la muestra del arribo a una madurez política, que permita al interés colectivo ponerse por encima de los intereses particulares que hoy reinan en nuestro país.

Que nuestro Señor Jesucristo nos ilumine para que la insatisfacción la manifestemos votando en blanco, para que tenga algún valor, porque la insatisfacción de las encuestas no vale nada ya que no obliga a nuestros senadores y representantes, por el contrario, se burlan de ellas.

Se me dañó el opinadero

En los pocos años que llevo tirándomelas de opinador sobre temas de actualidad, opiniones que muy amablemente me publican en algunos blogs y que me hacen sentir vigente, siempre he creído que mis humildes aportes puedan ser útiles.

Hoy vengo atravesando una especie de crisis con auto cuestionamientos y lo primero que me he estado preguntando es ¿quién soy yo para andar opinando?, ¿mis opiniones sí servirán para algo?, ¿la polarización si será el camino?, ¿se podrá recuperar la confianza en las instituciones?, ¿los partidos y movimientos políticos estarán interesados y dispuestos al cambio?, ¿si le estamos parando bolas al medio ambiente?, etcétera.

Estos auto cuestionamientos me han desmotivado y por eso creo que se me dañó el opinadero. Aunque viéndolo bien, mis artículos de opinión han sido acertados; por ejemplo, insistir en el interés general sobre el particular, en la necesidad de un muy buen comportamiento de todos, de trabajar por el medio ambiente, empezando por nuestros hogares con la separación en fuente, solicitar que los sectores políticos saquen adelante los temas en que al parecer están todos de acuerdo y que con pequeños ajustes de grandeza se superarían; reiterar la necesidad urgente de austeridad y eficiencia del Estado en las tres ramas del poder público y en los órganos de vigilancia y control, alertar sobre los efectos económicos, sociales y políticos de la creciente informalidad, que va bien ligada con la ilegalidad de la coca, porque ya el tema de la marihuana va tomando su rumbo medicinal y hasta recreativo, cosa que debería seguir con la coca, sin descuidar la asistencia social de recuperación para alcoholismo, drogadicción, prostitución, juego y otra cantidad de conductas que atentan contra las familias colombianas que, de paso, debemos priorizar como núcleo natural de la sociedad.

Como abuelo y jubilado, sigo buscando dónde pueda ser útil, siendo lo más claro y prioritario mi ambiente familiar, sin estorbar ni exigir más presencia de la solicitada y requerida por ese entorno. En segundo lugar, ayudar en el entorno vecinal, que considero se debe robustecer como el segundo grupo objetivo de personas para la sana convivencia, por supuesto luego del familiar, para tratar de pasar al campo de la ayuda social que toque a los más necesitados, empezando de adentro hacia afuera.

Ya las épocas en que me creí parte de emprendimientos por haber estado durante muchos años en creación de empresas, pasaron y se olvidaron, con la entrega generacional de lo construido.

Nuestro país sigue adelante, nuestras vidas también, hasta que nuestro Señor Jesucristo lo disponga y con su ayuda superaremos todas las dificultades, si nos dejamos abrazar por la humildad, la tolerancia, la inclusión y la generosidad que implican la convivencia.

Por las experiencias en el sector público, me encanta hablar de política, pero es como arar en el desierto. Los sectores políticos de todas las tendencias siguen convencidos de que la polarización es la que les permite mantener las condiciones favorables para sus intereses particulares.

Los programas que hemos venido trabajando sobre el Pacto Global de la ONU, con sus 17 objetivos para el desarrollo sostenible, con miras al 2030, se ven de muy lejano cumplimiento y más ahora que, según dicen las malas lenguas, las ideologías de la izquierda dizque están permeando las diferentes organizaciones y mecanismos de esta importante organización, argumento que me resisto a creer; si alguien debe ser totalmente imparcial, debe ser la ONU.

Agradezco la paciencia de las pocas personas que me leen y me escuchan, a las que ofrezco disculpas por los errores, de redacción y ortografía y, por supuesto, por las ideas y comentarios entendidos en oportunidades en sentido contrario al pretendido.

Estoy tratando de superar esta crisis para poder mantenerme vigente en este ejercicio de opinión, si Dios me lo permite y con la iluminación del Espíritu Santo, tarea que implica estudio y trabajo, para que sea del interés de los lectores y no sólo para llenar espacios con contenidos.

Mil gracias por su comprensión.

¿Se puede democracia representativa?

Según lo establecido en nuestra Constitución del 91, en Colombia tenemos un sistema de democracia representativa, lo que significa, que supuestamente, son el presidente, los gobernadores, los alcaldes, las juntas de acción comunal y las juntas administradoras locales, además de senadores, representantes, diputados y concejales, los que deben representar los diferentes estamentos de la sociedad, que votó por ellos. Estas personas, elegidas con nuestros votos, se supone deberían estar en contacto permanente con el pueblo (indígenas, negritudes, desempleados, centrales obreras, estudiantes, comerciantes, industriales, gremios, ambientalistas, etcétera, pero desafortunadamente este mecanismo de representación democrática, de participación ciudadana, no está funcionando correctamente, por haberse perdido el norte de lo que significa la prevalencia del interés general sobre el interés particular. Es que el estatus económico, social y político de nuestros presuntos representantes esta tan elevado, que los aísla en una burbuja que les impide vivir, sentir y compartir, con y como el común de los colombianos.

Todos nuestros supuestos representantes, están de acuerdo con el paro, pero dicen no representarlo, porque por lo general siempre está acompañado de hechos vandálicos y violentos, que por supuesto rayan en el código penal y afectan la paz y tranquilidad que nos merecemos la gran mayoría de los colombianos. Es como si el país estuviese en manos de un poco de bandas de delincuentes dispuestos a, por la violencia, destruir todo lo construido para el bienestar de toda la sociedad. Y nuestros supuestos representantes nada pueden hacer, ni siquiera se les ocurre nada.

Este tipo de actitudes, obedecen a que la democracia representativa no está funcionando por estar dedicada a la búsqueda de intereses personales, tanto de quienes nos representan, como de los vándalos violentos que nos quieren exterminar, para poder perpetuar a sus anchas, el caos y el desorden, del que solo se pueden aprovechar unos pocos. Es muy raro que sean los sectores que tienen sus senadores, sus representantes, sus concejales, sus diputados, sus alcaldes, sus gobernadores, sus JAC y sus JAL, los que están marchando. La mayoría lo hace pacíficamente y unos pocos ejercen la violencia, aprovechan las marchas, apoyadas por todos, rechazadas por todos y que nos afectan a todos. Mejor dicho, se trastocaron los valores, el interés general es el de mantener el caos, amparados en una actitud, débil e hipócrita de nuestros supuestos representantes, bien pagados, dotados de camionetas blindadas, escoltas y equipos de asesores.

Hemos acostumbrado tan mal a nuestros supuestos representantes con sueldos, camionetas y escoltas, que el mejor negocio es el de buscar por todos los medios una elección popular en un supuesto cargo, que los coloque en prelación frente a los demás colombianos; prueba de ello son los miles de candidatos que participan en la contienda de la supuesta representación popular.

La señal que están dejando es la de representar sectores y no representar a nadie, para que, ingenuamente, el pueblo crea que va a ser tenido en cuenta, haciéndose sentir, perjudicando y perturbando el interés general, como quien dice: el cambio social se logra incomodando y destruyendo a la sociedad, pero resulta que la sociedad no se va a dejar, la paciencia se está acabando.

Ante tanta violencia, desorden y confusión, no puede ser posible que ahora la fuerza pública no pueda cumplir con su función constitucional de defender la vida y los bienes de la sociedad, defensa que tienen que hacer buscando a los vándalos, a los violentos dentro de los pacíficos marchantes, quienes terminan sirviendo de idiotas útiles de los que se quieren quedar con el botín del Estado.

Cuando hay una emergencia sanitaria, acompañada de una emergencia social y política, es la oportunidad para que nuestros dirigentes de las ramas legislativa, ejecutiva y judicial, además de los organismos de vigilancia y control, se pongan a tono con la situación que vivimos, mostrando que son colombianos, como lo somos todos, iguales ante Dios, la patria y la ley; ya no vale la pena seguir obrando en contravía del grito enfurecido e interminable de todos los colombianos, que reclaman un comportamiento más acorde con la realidad, que permita recuperar confianza en las instituciones, para que estas funcionen en pro del interés general.

Yo no sé si en las reuniones del presidente con los congresistas, los partidos políticos, los magistrados de las diferentes cortes y organismos de control, han tratado el tema de sus altos salarios y beneficios, para plantearle a los colombianos algo más racional, más acorde con la situación real que vivimos. Cómo sería de bien recibido y cómo ayudaría en la búsqueda de recuperación de confianza en las instituciones, una decisión de autorreducción de salarios y prestaciones de congresistas, magistrados, diplomáticos y de todos los funcionarios del Estado, cuyas ganancias rayan en la exageración, aun en épocas de bonanza, y que ya los colombianos no somos capaces de seguirles pagando.

Sería muy saludable para Colombia, altos funcionarios que se conecten y compartan, que se comporten como colombianos comunes y corrientes, saliendo de la burbuja que los tiene atrapados para alcanzar un posible contacto con la realidad, acercándolos al pueblo. Ellos no escuchan, porque ni siquiera lo ven y las necesidades de los colombianos no dan tregua, como para seguir aguantando la ineficiencia e ineficacia de nuestros supuestos representantes, lo que ha quedado al desnudo durante esta crisis económica, política y social. El descrédito de los partidos y movimientos políticos y por ende de las instituciones del Estado, es total, los sentimos muy lejos de nosotros, al común de los colombianos. No nos están prestando los servicios y menos la representación para la que fueron establecidos. La desconexión es total, lo que hace más difícil la recuperación de confianza en las instituciones.

No puede ser que la Unidad de Protección tenga más de 3.000 carros, en su mayoría de alta gama, blindados y yo no sé cuántos escoltas, ni cuántos conductores, sin ningún aparente control eficaz. Lo único claro es que eso es una sinvergüenzura que se debe acabar. Todos debemos estar en igualdad de condiciones frente a los innumerables riesgos que a diario tenemos que enfrentar los colombianos, a excepción de los protegidos, nuestros supuestos representantes. Si se hace un estudio de costo beneficio, pierden el año, hasta delinquen en los carros suministrados por el Estado. El que quiera carro que lo compre o que lo rente y si quiere escoltas, que los contrate de su propio bolsillo.

El pueblo no quiere más protegidos, a costas de los desprotegidos y más cuando esos protegidos, como que no son los que nos representan.

Que el Espíritu Santo, toque los corazones de nuestros políticos, los ilumine para que tomen rápidamente las medidas de autocontrol que les permita ser y sentir como cualquier colombiano, sacándolos de la burbuja que ellos mismos crearon para beneficio propio y de sus cercanos.

Me vacunaron

Los sentimientos de miedo generados en estos momentos de pico de la pandemia, yo diría que se dividen en tres: miedo a enfermarse, miedo a que se enferme un ser querido y miedo a no poderse vacunar rápidamente. Estos miedos solo se disipan buscando fuerza, paz y tranquilidad en la oración, trabajo y ejercicio diario, alimentación sana, orden, aseo y dormir lo suficiente, además de tapabocas, distanciamiento y lavado de manos, permanentemente, y hasta en la casa.

Soy mayor de 65 y convivo con personas del grupo de 60 a 65, supuestamente próximo a vacunar. Mi decisión inicial estaba tomada: esperar, primero a que me llamaran, respetando un orden y segundo, que todos los del grupo quedáramos vacunados, francamente me parecía lo más lógico, lo más justo, lo más correcto. Nos postulamos en Mi vacuna, actualizamos datos en la EPS, Coronapp, Medellín me cuida; mejor dicho, listos para recibir la vacuna dentro de los planes del Gobierno.

El viernes 16 de abril, en los medios de comunicación locales informaron sobre vacunas en riesgo de perderse en Bello, Antioquia, supongo por los temas de cadena de frio. Francamente no paré bolas, mi plan estaba dispuesto, esperar ordenadamente a que me llamaran, dentro del grupo 60/65 años, para vacunarnos lo más juntos posible, quienes convivimos en la misma casa.

Llegado el medio día, mientras yo seguía en la reunión virtual en que me encontraba, mi hija y mi esposa procedieron con las averiguaciones sobre la veracidad de la noticia para hacer uso de esta oportunidad (inclusive se conoció por redes la convocatoria al personal de la salud), la cual, además, daba cabida a los mayores de 70 años que faltaran en primera y segunda dosis. Suspendí la reunión habida consideración de la importancia del tema y la gran presión de mi mujer y mi hija. Personalmente no me parecía bien vacunarme yo y sin poder hacerlo los demás. Me pareció que no esperar el llamado oficial de mi vacuna, sería generar más desorden e indisciplina. Desconfié de la vacuna, qué tal que ya esté vencida, pensé si valdría la pena ir hasta Bello cuando debería por lógica vacunarme en Envigado. Inclusive pensé que me podrían rechazar. En fin, decidimos emprender camino, pusimos el Waze y en una hora estábamos en nuestro destino, el coliseo al frente del Hospital Rosalpi de Bello. Por la cantidad de gente, carros, taxis y buses, todo nos llevó a concluir que la fila iba a ser muy larga, con el agravante de una tarde lluviosa; tres cuadras de personas por lo general mayores de 65 años, muchos acompañados por jóvenes, todos dotados de paraguas, buen abrigo, mecato, agua y, lo más importante, la esperanza de recibir la primera dosis; de entrada hicimos la fila, quedamos de últimos, nadie sabía nada, la fila no avanzaba, el aguacero arreció, como para abandonar el intento; ganó la fuerza de la esperanza, nadie desistió, inclusive los acompañantes menores de 65 años se la jugaron por si sobraban vacunas, a lo mejor alcanzaría para ellos también.

El sistema se había caído, como decimos. La vacunación estaba suspendida, qué paradoja. La vacuna lista y sin poderse poner por fallas en el sistema; mejor dicho, se pudo haber perdido la vacuna, ¿por culpa del sistema? Después de un par de horas de silencio, empezó a fluir la fila lentamente, lo que avivó la fuerza de la esperanza, aunque sin la certeza de poder lograr la vacunación, pues iban siendo como las 4:30 p.m., lo que nos llevó a pensar: se perdió la tarde, no vamos a entrar. Pero seguimos firmes en la fila y las niñas de la Secretaría de Salud de Bello, salieron a repartir unos improvisados boletos, lo que nos regresó la esperanza de ser vacunados con la primera dosis. Entramos al pequeño coliseo, perfectamente ordenados, todo el personal super amable. A las 5 p.m. salimos vacunados. Valió la pena esperar, mojarse, hacer la fila, creerle al rumor, no esperar llamada ni de Mi vacuna, ni de la EPS, ni de Medellín me cuida, ni de Coronapp.

Las vacunas son un recurso escaso, los laboratorios que las producen están sobrevendidos, inclusive han incumplido entregas; por ser un producto nuevo para esta emergencia, cualquier insignificante y aparente situación que se pueda asociar a la vacuna, obliga a su suspensión. Ya ha pasado con dos marcas en otros países. Acá no nos podemos dar el lujo de rechazar nada ante tan difícil situación. Yo estoy muy agradecido por haber sido beneficiario de la primera dosis, confiando en que las metas trazadas por el gobierno se van a cumplir y vamos a tener la inmunidad de rebaño a finales de 2021, principios de 2022. Ojalá que los privados puedan superar los impases en la consecución de las vacunas, para agilizar el proceso.

De todas maneras, debemos estar preparados para todo, cuidándonos para poder cuidar a los demás; el tapabocas, el distanciamiento, el orden y el aseo deben ser nuestros aliados permanentes. Si por alguna circunstancia terminamos contagiados en estos momentos y requerimos de hospitalización y de cuidados intensivos, esto implicaría una separación de la familia, pero es muy posible encontrar todo saturado, lo que aumentaría el sufrimiento de pacientes y familiares. Los desenlaces fatales aumentan día a día, inclusive en Chile donde se ha vacunado más del 30% de la población.

Ante la incertidumbre, la impotencia y el miedo, solo nos queda pedirle a nuestro Señor Jesucristo que nos dé fortaleza, nos proteja y nos ayude en esta situación mundial tan difícil.

Déficit de caja en Colombia

Estamos a un poco más de 300 días para las elecciones parlamentarias y a algo más de 400 días de las presidenciales, tenemos caja para 6 semanas según el Ministro de Hacienda, estamos en un pico de pandemia muy bravo que requiere de muchísimos recursos económicos. ¿No será que es el momento de que los congresistas, todos, reduzcan sus salarios y prebendas a la mitad, para ayudar en algo a este déficit de caja próximo a llegar? ¿No será oportuno que los líderes de las misiones diplomáticas revisen sus plantas de cargos y las reduzcan a lo estrictamente necesario, independientemente de consideraciones personales, para ayudar en algo al déficit de caja?, ¿no será que todas las entidades estatales en el ámbito nacional, municipal y departamental deben revisar sus gastos y establecer un verdadero plan de austeridad?, ¿no será que las autoridades de vigilancia y control deben también ajustarse el cinturón?

El panorama económico que nos pintan: un déficit de caja en los próximos seis meses, una reforma tributaria; posibilidad de que caiga aún más la calificación crediticia de nuestro país, tanto que si  tratáramos  de financiarnos con bonos, estos serían considerados como bonos basura, y en consecuencia nuestras posibilidades de crédito implicarían costos muy altos; a su vez nos cuentan los medios de comunicación que Colombia calificó como el país más corrupto del mundo, que la justicia está tan congestionada que son muy pocos los casos que alcanza a resolver, que el sistema de salud está colapsado, que las vacunas están escaseando; que solo tres millones de los nueve millones de familias están recibiendo subsidios económicos, que a duras penas les permite medio subsistir; que no sabemos el número de desempleados derivados de la pandemia, ni el número de empresas que ya han desaparecido del mercado o están a punto de hacerlo.

Lo extraño de todo esto es que todas las entidades públicas siguen gastando a chorros, creando nuevas dependencias, invirtiendo en imagen, comprando camionetas blindadas, haciéndose incrementos superiores al porcentaje del mínimo legal vigente (caso congresistas), llenando nóminas diplomáticas costosísimas, etcétera.  Inclusive está  la Comisión de Sabios creada desde 2017 para recomendar el fortalecimiento de la austeridad del gasto del Estado; parece ser que esa comisión no ha presentado el informe oficialmente por lo poco que se conoce, o si lo ha hecho, o son paños de agua tibia o el gobierno no les está parando bolas, porque es mucha la mermelada la que hay que repartir, quedando solo el camino de la reforma tributaria, sin ni siquiera un compromiso de austeridad de todas las entidades de las tres ramas del poder público.

La reforma tributaria, con todo lo que nos han dicho, seguramente es necesaria, por lo visto muy apoyada en la clase media y ojalá haciendo justicia, cobrando más impuestos a los grandes asalariados y benefactores de prebendas en el Estado, como congresistas, magistrados, diplomáticos, etcétera.

La reforma tributaria para golpear lo menos posible a los colombianos, debe estar necesariamente acompañada de un compromiso, concreto y medible, de todas las entidades del Estado.

¿Porqué será que no han podido entender: que el interés general debe estar por encima del interés particular, que estamos en emergencia, que la plata de los colombianos ya no alcanza para todo lo que se le ocurra a la supervivencia política, que no están llenando las expectativas de los colombianos, que le han abierto de par en par las puertas a los representantes del  populismo, para que en un poco más de 400 días, el pueblo los escoja como gobernantes, y así se replique lo de Medellín en Colombia?.

El régimen salarial y prestacional de los congresistas riñe con el derecho a la igualdad, establece beneficios y prerrogativas desproporcionadas e inequitativos en relación con la realidad de la mayoría de los servidores públicos y empleados del país. Esta realidad es de conocimiento público, se la he oído a congresistas de los diferentes partidos y movimientos, pero no han sido capaces de ponerse de acuerdo para solucionar tan odiosa injusticia, a sabiendas de que son ellos los que hacen las leyes.

Hasta del impuesto solidario del 20% se salvaron los congresistas, mejor dicho, ni para la pandemia tuvieron que aportar.

Yo insisto, señores congresistas, es el momento de dar ejemplo, es el momento de ponerse de acuerdo en lo que se está de acuerdo, para que el país pueda hacerle frente a tan difícil situación y avanzar.

Que nuestro Señor Jesucristo los ilumine y dote de valor, para acometer reformas que, aunque los afectare a ellos personalmente, hagan justicia con el resto de los colombianos.

Los intentos de renacimiento del Partido Conservador

Los esfuerzos que viene haciendo el Partido Conservador, por llegar a las elecciones presidenciales con candidato propio, se constituyen en un ejercicio que desde hace muchísimos años no se veía; la presentación de precandidatos hace unos días, denominada: Gira Virtual Conservadora – Instalación Encuentro Precandidatos con Concejales y Diputados, utilizando los medios tecnológicos, nos muestra un partido que está haciendo la tarea, presumo, con el ánimo de recuperar liderazgo partiendo de los verdaderos principios y razón del partido, contenidos en el himno, que nos recuerda a los fundadores Caro y Ospina, defensores de “La justicia contra la opresión, de la igualdad sin privilegios”, como el motivo de orgullo de ser un buen Conservador, “defensor de Dios y patria con valor, luchando siempre por la libertad, por ser la doctrina conservadora, la que al pueblo redimirá, porque unidos vamos a triunfar, defendiendo la democracia contra la tiranía”.

Viéndolo bien, el partido conservador tiene unos principios y una ideología bastante adecuada para estos tiempos, donde ya no hay respeto ni temor a Dios, donde la democracia y la doctrina conservadora están amenazadas, primero por la tiranía y segundo por los intereses individuales de quienes tan mal nos representan, cosa que realmente no aceptamos; me refiero a los líderes conservadores egoístas, que perdieron el rumbo de la doctrina conservadora, del interés general sobre el particular.

¿Cómo es posible que un concejal de Medellín y un congresista, apoyaron a Aníbal gobernador y dejaron solo al candidato oficial del partido en las pasadas elecciones, echándolo hasta de las instalaciones?, ¿cómo es posible que los concejales conservadores en compañía de sus líderes, al parecer acompañaron al alcalde Quintero que tantos dolores de cabeza está trayendo a la ciudad?

¿Cómo es posible que la injerencia del Centro Democrático en el Partido Conservador, sea tan invasiva, que los intentos de precandidaturas conservadoras, sean tan mal vistas por estar integradas por exfuncionarios del gobierno Santos, cuando personalmente considero en ellos personas muy preparadas y conocedoras de los problemas del país, con hojas de vida de mucho recorrido y experiencia, que les permite construir un programa de gobierno claro, creíble y realizable, como case para el inicio de la contienda del candidato único?

Parece que estos intentos de precandidaturas presidenciales, con conservadores más técnicos que políticos, con unas hojas de vida espectaculares, se quedaron en la reunión virtual con concejales y diputados, no volvieron, que yo sepa, ni siquiera a reuniese, o por lo menos no lo han sacado a la luz pública. Yo personalmente no creo que el Centro Democrático les acepte estos precandidatos, porque además van a preferir los de su partido; aunque hablar de Centro Democrático y de Partido Conservador es prácticamente lo mismo; inclusive se podrían fusionar; no es sino mirar el proyecto de alargar los periodos por dos años más, para unificar con las elecciones municipales y departamentales, donde extrañamente los que terminaron poniendo el pecho fueron los conservadores, cuando los del Centro Democrático terminaron escurriendo el bulto; esto tuvo que ser una componenda de tanteo, previamente planeada.

Qué bueno sería que renaciera el partido, abriendo puertas, motivando a sus huérfanos militantes, estructurando un programa de gobierno serio, coherente, cumplible, aprovechando esos cuatro o cinco precandidatos de lujo con que cuenta actualmente, que de hecho al parecer aceptaron esa responsabilidad, seguro conscientes del rechazo que tendrán por haber sido integrantes del gobierno de Santos, estigma que debe desaparecer, para un intento que el partido no hacía desde muchísimos años atrás. El éxito de este intento implica desmarcarse del Centro Democrático, para que el Partido Conservador no se siga considerando como un apéndice de dicho partido y quien quede designado por alguno de los mecanismos que se establezcan, pueda con un partido robustecido convertirse en opción de poder al competir con los otros candidatos de derecha y de centro derecha, de centro y hasta de pronto con candidatos del centro izquierda. Lo importante sería que los programas de gobierno que presenten sean claros, creíbles y cumplibles.

Hay mucha gente pidiendo pista en el partido, queriendo pertenecer a los directorios municipales y departamentales, pero desafortunadamente, parece que hay tanto egoísmo y ambición, que no caben más, o tan poquitos que se les facilita el manejo de las prebendas del poder que surgen de votos conservadores, que hasta donde entiendo van en decadencia y no están interesados en compartir.

En las manos de las directivas del partido, de los senadores y representantes, gobernadores, alcaldes y concejales, y por supuesto de los precandidatos que hoy están al parecer definidos a la contienda electoral, reorganicen el partido, incluyendo a los excluidos, presentando un programa de gobierno, repito, entendible, creíble y realizable, para poder enfrentar a los otros partidos que sacarán el candidato de la derecha + la centro derecha, el centro y yo diría + la centro izquierda, para ganar en primera vuelta. Si hacen el esfuercito, son muchos los puntos que los unen, para que por lo menos, en los detectados, vayan avanzando.

Revisen la carnetización, establezcan comunicación directa con los copartidarios, capaciten nuevos líderes, inviertan bien la platica de los votos de las pasadas elecciones, rindan cuentas y me atrevería a decir que no admitan a los que se fueron a otros partidos y ya están carnetizados y matriculados allí, y que no se permita, que conservadores que ya están en el Centro Democrático u otros partidos, trabajen con las dos camisetas, para no generar confusión en este proceso de escogencia de precandidatos, con miras a llegar con uno fuerte, ojalá fresco. Lo más importante es la escogencia del candidato único de estos sectores políticos que se tienen que unir para evitar la llegada de Petro con su cacareado castrochavismo.

Desde este momento los sectores que están en el gobierno deben iniciar un plan de austeridad total, no más salarios y prebendas injustas y desproporcionadas, para congresistas, magistrados, cuerpo diplomático, entidades de vigilancia y control, etcétera. El gobierno de Duque nos debería presentar un balance del costo beneficio de todas estas entidades. De esta austeridad, podría salir gran parte de los recursos que se buscan en la tercera o cuarta reforma tributaria de este gobierno, que también juró en piedra no subir los impuestos; la socialización de las rentas es tan peligrosa como la socialización de la propiedad privada; por eso estamos en manos de la informalidad y de las rentas ilegales; es que me atrevo a creer que el país vive en su gran mayoría de las rentas ilegales y de la informalidad creciente.

La lucha por rebajar la canasta familiar, en los temas de servicios públicos (acueducto, alcantarillado y aseo, internet, celulares, televisión, servicios bancarios, de seguros, etcétera) se debe concertar rápidamente con las empresas públicas, mixtas y privadas, con y sin capital extranjero (hay congresistas conservadores que han trabajado y siguen trabajando en algunos de esto temas); bajar el costo de todos estos servicios, sería el mejor aporte a la canasta familiar de los colombianos.

Dios y Patria, son los esfuerzos por los que debe trabajar nuestro partido, las condiciones están dadas, ya arrancaron, no la dejen caer, seria retroceder en el intento, saquen un programa de 10 puntos entre los precandidatos hoy resueltos a trabajar por el país desde el Partido Conservador.